En los cuatro albergues temporales para la acogida de refugiados y migrantes en Boa Vista, capital del estado de Roraima en Brasil, han destinado un espacio conocido como el «rincón de la vergüenza», un lugar para confinar a indígenas venezolanos en estado de embriaguez.
En un video inédito obtenido por Repórter Brasil se muestra un área cercada, de aproximadamente dos metros cuadrados, con una silla de plástico y una persona acostada en el piso de tierra y grava.
La persona que graba las imágenes asegura que se trata del «rincón de la vergüenza» y que colocaron alambres en la valla de seguridad para evitar que los detenidos se escapen.
El video fue grabado en el refugio Pintolândia, que integra la Operación Acogida creada en 2018 por el gobierno del expresidente Michel Temer, bajo responsabilidad del Ejército brasileño en asociación con organizaciones no gubernamentales.
Uno de los caciques venezolanos de la etnia warao en Boa Vista afirmó a Repórter Brasil, en condición de anonimato, que los militares brasileños les tratan como delincuentes e incluso usan armamento dentro de los refugios.
«No tienen compasión por lo que estamos pasando. Dejan a la persona allá, sucia, en el piso. Y además la graban. Duele mucho», confesó.
Carta de denuncia
El medio de comunicación brasileño también tuvo acceso a una carta de denuncia, del 4 de julio, firmada por profesionales de la salud que trabajan en los albergues de la Operación Acogida.
«A quienes regresan al albergue en estado de embriaguez los están obligando a permanecer en este espacio confinado, denominado ‘rincón de la vergüenza’, hasta que un militar integrante del equipo de coordinación del albergue decida si puede ser liberado», dice la carta.
Los firmantes del documento calificaron las acciones como prácticas de violencia y tortura. Además, revelaron que en ocasiones los militares toman a los indígenas y los amarran por un brazo a las vallas de seguridad.
Los funcionarios piden en el documento una urgente intervención del Ministerio de la Mujer, la Familia y los Derechos Humanos de Brasil, así como actuación por parte del alto comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, agencia de la ONU que da apoyo al Ejército brasileño en los 14 abrigos del estado de Roraima.
Repórter Brasil también entrevistó a Ivo Cípio Aureliano, abogado del Consejo Indígena de Roraima, quien confirmó haber recibido tanto la carta de denuncia como un pedido de ayuda de los indígenas venezolanos el pasado 8 de julio, cuando ocho líderes le habrían relatado la existencia del espacio de confinamiento.
“Lo que ocurre allí es una violación grave y abuso de poder. Hiere la dignidad de la persona, la honra”, señaló.
“Una denuncia como esa, venida de una acción como la Operación Acogida, con toda la construcción de leyes de atención humanitaria, es gravísima y requiere investigación inmediata para tipificar, inclusive, qué tipo de violaciones se están cometiendo”, afirma Camila Asano, directora de programas de la ONG Conectas.
En entrevista concedida a Repórter Brasil en condición de anonimato, uno de los funcionarios públicos responsables de la carta también cuestionó la grabación: “¿Por qué filmar a una persona inconsciente, en condición de alcoholismo? ¿Por qué exponerla? ¿De qué manera la exposición la ayuda en su tratamiento? Eso es una aberración. Allí es la casa de esa persona ¿no estamos para protegerlas? El objetivo es crear consternación”.
El abogado y el cacique warao afirmaron que el video no fue realizado por los indígenas, pues la persona que grabó habla portugués. También dicen que los indígenas no pueden filmar los albergues.
Organizaciones piden desmantelar el espacio
El Grupo de Tareas Logísticas y Humanitarias de la Operación Acogida, en nota enviada a la Casa Civil, reconoció la existencia de estas áreas: “En ese lugar, el indígena alcoholizado permanece bajo observación de los encargados de seguridad del albergue y tiene a su disposición los servicios necesarios para su recuperación”, dice el comunicado.
“A ningún indígena se le obliga a permanecer en este espacio. No hay alambre alrededor de estas áreas, que están delimitadas por vallas de seguridad, normalmente utilizadas para la señalización y el control de flujo de entrada y salida de personas en los albergues”, aseguraron.
La entidad afirmó que “investigará la situación y que en caso de comprobarse cualquier tipo de maltrato contra migrantes y refugiados, tomará las medidas pertinentes”.
También en declaración, Acnur confirmó a Repórter Brasil que sabía de la existencia del “rincón de los maltratos” y que había solicitado la desactivación de estos espacios.
“Luego de recibir esta información, la oficina de Acnur en Boa Vista contactó con el comando del Grupo de Tareas Logísticas y Humanitarias de la Operación Acogida, en Boa Vista, para expresar su preocupación por la medida y solicitó la desactivación de tales espacios”, informó la organización.