Alexander Yánez Deleuze, representante de Nicolás Maduro ante las Naciones Unidas, tildó este viernes de “ridículo panfleto” el nuevo informe oral emitido por la Misión de Determinación de Hechos sobre Venezuela que reitera las graves violaciones de los derechos humanos cometidos en el país.
“Este Consejo sigue escuchando bufos informes de agentes políticos que es una muestra de la errática deriva de esta institución del sistema de Naciones Unidas”, dijo Yánez durante su intervención frente al Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
El diplomático chavista aseguró que el documento redactado por “una misión ilegítima creada por el Grupo de Lima cumpliendo órdenes de Washington para propiciar el cambio de régimen del gobierno legítimo de Venezuela”.
«Los países occidenteles insisten en convertir a este Consejo en un instrumento de coerción y chantaje contra los pueblos y gobiernos soberanos del sur”, dijo.
Misión de Determinación de Hechos denuncia torturas a detenidos tras las elecciones en Venezuela
La Misión de Determinación de Hechos sobre Venezuela presentó este viernes su último informe, en el que denunció una nueva ola represiva sin precedentes en Venezuela tras las elecciones presidenciales del 28 de julio.
Documentaron que las detenciones arbitrarias, torturas y violencia sexual son una continuación de las violaciones que en el pasado consideró que constituían crímenes de lesa humanidad.
“Estas violaciones son el resultado de un plan diseñado anticipadamente y ejecutado a través de diferentes modalidades de represión: un plan para desalentar, silenciar, y anular la oposición política y las voces críticas al gobierno del presidente Maduro o a quienes reclaman transparencia de los resultados electorales”, dijo en el Consejo de Derechos Humanos la presidenta de la Misión, Marta Valiñas.
«Continuaron los actos de tortura y tratos crueles, inhumanos o degradantes. La misión identificó una serie de métodos de tortura utilizados por las fuerzas de seguridad o por los servicios de inteligencia, como puñetazos, golpes con planchas de madera o combates envueltos en espuma y descargas eléctricas, asfixia con bozas de plástico, inmersión en agua fría y privación forzada del sueño», detalló Valiñas.
La Misión también continuó registrando actos de violencia sexual y basada en género, normalmente en centros de detención, que se incrementaron tras la crisis poselectoral, entre ellos «manoseos de senos, glúteos y genitales, desnudez forzada y requisas invasivas, amenazas e insultos sexistas y denegación de derechos sexuales y reproductivos contra algunas de las más de 200 mujeres y niñas detenidas, así como contra mujeres que visitaban a sus entes queridos en los centros de detención».