En 2018, el fotógrafo italiano Nicolò Filippo Rosso documentó el éxodo venezolano en fotos. Quiso plasmar lo que viven las personas refugiadas y migrantes que huyen de Venezuela.
El proyecto se titula Exodus. Es un trabajo fotográfico en blanco y negro que obtuvo el tercer lugar, en la categoría Contemporánea del World Press Photo (WPP), la exposición de fotoperiodismo más prestigiosa del mundo. También obtuvo el Getty Editorial Grant 2020, entre otros premios y menciones en concursos internacionales.
La periodista venezolana Ángery Lozano lo entrevistó. En un reporte especial para Proiuris explicó que el fotógrafo recorrió a pie Maicao, Riohacha, La Guajira, Villa del Rosario (Norte de Santander) y Pamplona junto a cientos de venezolanos que huyen.
El éxodo venezolano es otro de sus grandes proyectos
Rosso es reportero gráfico, graduado en Literatura de la Universidad de Torino (Italia). Desde 2016 está radicado en Bogotá. Colabora en agencias internacionales y ONG como Acnur, Unicef, Americares, CRS (Catholic Relief Services).
«Es un foto-reportaje que retrata el fenómeno de la migración venezolana en Colombia. El resultado del tiempo pasado con algunos migrantes y familias a lo largo de las fronteras y de las rutas migratorias desde 2018», explicó Rosso.
Señaló que se acercó al tema por los encargos editoriales que le hacían. «Cada vez que terminaba la tarea para un medio sentía haber dejado las cosas a medias por el poco tiempo a disposición, fue entonces cuando decidí trabajar a nivel personal, dedicando más tiempo a la historia», manifestó.
«Es uno de los fenómenos más importantes del mundo y ocurre tan cerca que me pareció un deber explorarlo. Es también una manera de hablar de la migración como una condición humana de nuestro tiempo y, a través del relato del éxodo venezolano, hablar de otras migraciones también», destacó.
Contribución
Rosso quiere que su trabajo contribuya a restituir el papel de protagonistas a los migrantes venezolanos y a sus familias, «a veces olvidados por parte de medios y gobiernos que analizan el fenómeno en clave económica, o geopolítica, dejándolos a un lado».
Subrayó que desea que las experiencias de las familias de migrantes provoquen una reflexión sobre los privilegios que algunos tienen y la importancia de utilizarlos para enviar mensajes de humanidad y sentirse emocionalmente más cerca a las personas retratadas. «Pero también para que exijamos a nuestros gobiernos políticas migratorias más eficaces y más solidarias», advirtió.