Previo a la controvertida juramentación de Nicolás Maduro, el gobierno de Estados Unidos informó que aumentó a 25 millones de dólares la recompensa por datos que faciliten la detención del líder del régimen venezolano.
Esta misma suma se ofrece para quienes aporten información clave para la captura de Diosdado Cabello, ministro de Interior considerado el segundo al mando.
Este cambio responde al expediente penal abierto contra Maduro desde marzo de 2020, cuando la Corte del Distrito Sur de Nueva York lo imputó por tráfico de cocaína, tenencia ilegal de armas de fuego y uso de dispositivos destructivos, según el Departamento de Estado.
La investigación señala que Maduro forma parte del cartel de los Soles, una red criminal integrada por altos funcionarios venezolanos con vínculos con las disidencias de las FARC y el ELN.
La recompensa ofrecida por Maduro llevó a compararla con la suma ofrecida en el pasado por el líder del cártel de Medellín, Pablo Escobar.
En 1993, tras la caída de Pablo Escobar, el Estado colombiano recompensó al Bloque de Búsqueda con 5 mil millones de pesos, equivalentes a 6,2 millones de dólares en ese entonces. Esta cifra representa solo una cuarta parte del monto ofrecido actualmente por la captura de Maduro, reseñó Infobae.
Si la recompensa por Escobar hubiese sido de 25 millones de dólares, el Bloque de Búsqueda habría recibido algo más de 20 mil millones de pesos en aquel entonces. En cambio, con la tasa de cambio proyectada para 2025, esa misma cifra superaría los 100 mil millones de pesos.
¿Hay similitudes entre la recompensa por Maduro y la de Pablo Escobar?
Gilberto Ramírez Espinoza, historiador y docente de la Universidad Sergio Arboleda, respondió afirmativamente a esa pregunta. En una conversación con Infobae aseguró que hay varias similitudes.
Mencionó que durante los años 80 hubo otro dictador con conexiones al narcotráfico: el presidente panameño Manuel Antonio Noriega, quien acogió a Pablo Escobar en su país tras el asesinato del ministro Lara Bonilla.
«Con cuenta del narcotráfico, tiene un vínculo directo con Colombia, que es donde se produce esta droga, se fabrica y se procesa. Venezuela y Panamá han servido de espacio de tránsito de comercio de esta droga con destino a Estados Unidos, Europa o Asia», comentó el historiador.
Según Ramírez Espinoza, un elemento constante es el esfuerzo de EE UU por combatir el narcotráfico. Dijo que hay paralelismos con lo ocurrido en Colombia durante las décadas de 1980 y 1990.
«Lo que supone ofrecer una recompensa por una persona que funge como jefe de Estado, como Maduro, puede desatar varias cosas, puede desembocar en una crisis interna por alguien que quiera cobrar esa recompensa y lavar ciertas culpas con el gobierno de EE UU, pero principalmente por narcotráfico. El narcotráfico corrompe los actos democráticos, como pasó con Pablo Escobar al derogar la extradición o inclusive haciéndose elegir él mismo».
Ramírez señaló que no resulta improbable que en el futuro EE UU intervenga de algún modo en Venezuela.
Recordó que durante la persecución de Escobar, contaron con unidades de apoyo al Bloque de Búsqueda y que, años después, se supo que también negociaron con los adversarios del capo para obtener información.