“El año 2024 será muy importante porque será electoral. Y ahí nos planteamos la pregunta sobre si Venezuela podrá abrir canales a la senda democrática o si, por lo contrario, pasaremos a contextos más difíciles”, señaló el padre Arturo Peraza, rector de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), durante el acto de la nueva denominación del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno (CEPyG) de esa casa de estudios, el cual fue bautizado con el nombre del rector Francisco José Virtuoso S.J, fallecido en octubre del año pasado.
Asimismo, aprovechó para rendir homenaje a la figura de Virtuoso, quien, en reconocimiento a la labor de la Unidad de Extensión y Estudios Políticos fundada por Benigno Alarcón, la elevó al estatus de Centro de Estudios Políticos y de Gobierno, y le dio el respaldo e impulso que han hecho de este centro lo que es hoy, cuando cumple diez años de su creación. A juicio del actual rector de la UCAB, el Padre Arturo Peraza, este centro de estudios tiene un sentido evangelizador porque respeta las diferencias en su lucha por un cambio de modelo político que responda a lo que necesitamos los venezolanos.
Por su parte, Benigno Alarcón, director del CEPyG UCAB, además de reconocer el apoyo y la inspiración que representó el rector Virtuoso, al dar inicio al evento de Prospectiva Venezuela 2024- Semestre I, advirtió que el próximo año será más de incertidumbres que de respuestas.
La oposición fortalecida con la primaria
Oswaldo Ramírez, miembro de la Mesa de Análisis Coyuntural de este Centro y director de la firma ORC Consultores, dio a conocer los resultados de la última encuesta nacional, realizada entre el 8 y el 15 en todo el país. En dicha muestra, 14% se autodefine como oficialista; 50% de oposición y 36% no alineada. Y el liderazgo de la oposición lo tiene María Corina Machado con 62,39%, producto del respaldo que obtuvo en la Primaria, elección que es considerada exitosa por 58,42% de la población.
Con respecto a las presidenciales de 2024, a la pregunta de por quién votaría si las elecciones fueran el próximo domingo, 62,78% dijo que por María Corina Machado y 12,67% por Maduro. En el caso de que los únicos candidatos presidenciales fueran Maduro y Rosales, 52,76% dijo que no votaría; 17,35% no sabe; 14,7% votaría por Maduro; 12,37% por Rosales y 2,77% no contesta. Pero si se eliminan las opciones de no votaría, no sabe y no contesta, Maduro saldría beneficiado con 54,37% de la votación y Rosales solo obtendría 45,63%.
Al analizar la participación en la Presidencial, la abstención firme se ubica en 9,21%; 7,79% no votaría; un 23,21% es persuadible para votar; sí votaría 16,55% y muy seguro de votar, 43,24%. Si se suman estos dos últimos, se tiene que 60% de la población está dispuesta a acudir a estos comicios.
Con respecto al referendo del próximo domingo 3 de diciembre, se le preguntó a los encuestados que creen que busca el gobierno. 28,23% considera que busca recuperar un territorio que es nuestro; 24,71% que se quiere generar un conflicto nacional innecesario; para 14,39% el objetivo es “aceitar” la maquinaria electoral de cara a 2024; y 14,11% cree que se busca tapar el triunfo ciudadano de la Primaria del pasado mes de octubre.
El cambio se activa con presión interna
Benigno Alarcón recalcó, en la prospectiva política que en estos momentos hay cierta unidad tanto en la oposición como en el gobierno. La primera, luego de la Primaria pareciera haber aceptado el liderazgo que representa María Corina Machado, mientras que en el sector oficialista igualmente hay unidad pero con tensiones porque está claro para todos que no es posible que Maduro pueda ganar la elección de 2024 si se hace con condiciones competitivas.
De acuerdo con su análisis es poco probable que los acuerdos internacionales se cumplan, porque el gobierno no va a poner en riesgo la pérdida del poder. “El gobierno no va a dar un no definitivo pero tampoco avanzará de manera significativa. Lo más probable es que se produzca una respuesta ambigua, como siempre, de estar dispuesto a elecciones libres, pero no habilita, dirá que habrá mecanismos para analizar inhabilitaciones y así ganar tiempo y mientras tanto aprovecha para ahorrar dinero para la campaña, gracias a las licencias”.
Reiteró que se empieza a asomar una oportunidad que nos acerca más a un escenario posible de cambio político. Entre esos factores está el hecho de una oposición más unida, la posibilidad de que actores internacionales ante la elección presidencial quieran tener un rol más activo, bien de observación o de incidencia. Pero todo depende de que haya una mayor presión interna, con movilización
Alarcón manifestó que el gobierno ha perdido algunas fichas mayores como la de poder controlar el efecto de la Primaria. “El gobierno no impidió la Primaria, perdió la apuesta por su fracaso, y no pudo incidir en su desenlace ni consecuencias.” Round para la oposición.
Lo otro era dividir a la oposición. Las oposiciones ambiguas, moderadas o cooptadas por el gobierno, como la Alianza Democrática, Ecarri, o Benjamin Rausseo, han perdido todo el piso político y pasan a ser políticamente irrelevantes. Entonces la posibilidad de fragmentar el voto se pone cuesta arriba y allí se pierde otra ficha importante en el tablero de juego del gobierno.
Queda la ficha de la inhabilitación. La posibilidad de que otras oposiciones traten de competir, o levantarse como alternativa, no se va a dar y en ese escenario la palabra la tiene quien ganó la Primaria.
Cuando se revisa el árbol de escenarios, se observa la posibilidad de que se conforme un escenario favorable a la oposición, en el cual el gobierno tenga el dilema entre negociar las consecuencias de una posible derrota electoral o asumir un escenario de conflicto post electoral que tendría bajas probabilidades de controlar. En ese escenario, todo dependerá de la presión interna, sobre todo si se mantiene el liderazgo de María Corina Machado quien, acertadamente, sigue recorriendo y movilizando al país después de la Primaria.
Riesgo de polarización internacional
La internacionalista Elsa Cardozo advirtió que se observa una tremenda conmoción geopolítica donde no solo predominan las políticas de poder, sino también desafíos a la institucionalidad por parte de regímenes autoritarios.
En el caso de América Latina, señaló que las iniciativas de Colombia y Brasil lucen bastante comedidas con respecto a la situación venezolana; mientras que hay contrapesos más discretos, aunque presentes, como Chile y Uruguay. También destacan las posiciones autocráticas y más pragmáticas en el sentido de valorar sus intereses como las de Cuba, Nicaragua, Bolivia y Honduras, pero aún no se sabe cómo actuarán Daniel Novoa y Javier Milei, nuevos presidentes de Ecuador y Argentina, respectivamente. Y aunque todo apuntaría a la posibilidad de favorecer la presión, el riesgo es que se cree una polarización que haga muy difícil apalancar dicho proceso de democratización.
La analista considera que en lo inmediato, vendrían semanas críticas para sostener la ventana de oportunidad electoral, sus condiciones y respaldos internacionales, así como la necesidad de que la oposición fortalezca su organización con estrategias de interlocución internacional. ¿Cuáles serían los temas movilizadores?: humanitario, migraciones, crimen transnacional e ilícitos, depredación ambiental, así como negociaciones sobre recursos energéticos y estratégicos. Y probablemente, el diferendo con Guyana.
El gobierno por su parte se enfrentará a la administración de sanciones y tensiones en la campaña electoral por parte de Estados Unidos; posibilidad de ajustes desde Europa, entre oportunidades, necesidades y compromisos para observación electoral; y organizaciones no gubernamentales e instancias internacionales atentas a posibles violaciones del acuerdo electoral, Estado de derecho y derechos humanos.
Vendrán nuevos tipos de conflictos
Mientras se mantiene la situación de sobrevivencia, debido a la precariedad de salarios y pensiones y aumentos de los precios en bienes y servicios, se va generando una nueva respuesta por parte de la población ante la incapacidad del Estado proveedor que llega a chavistas y ciudadanos comunes.
Así lo señaló Roberto Briceño León, director del Laboratorio de Ciencias Sociales (LACSO), durante su presentación de los escenarios sociales. Indicó que, a raíz de la crisis generada por las políticas oficiales, surgió el “emprendurismo” –así lo llaman-, que no es otra cosa que la respuesta de la población a la falta de oportunidades. El empleo público se volvió superfluo y solo sirve para obtener cosas diferentes del sueldo: contactos, protección y conexiones. El impulso del emprendurismo fomenta la autonomía individual y tiene un efecto liberador.
Se observa, asimismo, una tensa calma en la población que la separa emocionalmente de las políticas y mensajes del gobierno. Existe incertidumbre con respecto a la gasolina y la electricidad, resignación ante las carencias en los servicios públicos, especialmente en los de salud. Pero detrás de esa resignación se esconde una indignación callada, soterrada.
Ante todo esto, Briceño León advirtió que la gente quiere cambios específicos y sectoriales. “La población busca actuar con cordura, lo que contrasta con la actitud inquieta y la búsqueda de enfrentamiento del chavismo y del gobierno”. Y por eso es posible que estemos a las puertas de un nuevo conflicto, sentenció el director de LACSO.
2024: año de definiciones económicas
Según el economista Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica, 2024 se presenta como un año de definiciones, donde el elemento clave movilizador o no será si se mantienen las licencias solo por seis meses o si, por el contrario, se revierten.
En todo caso, el escenario apunta a que gracias al levantamiento parcial de las sanciones podría mejorar el flujo de ingresos en el país. Sin embargo, hay que tomar en cuenta que seguiríamos siendo una economía basada en los hidrocarburos como palanca de crecimiento, donde pasaríamos de ser una economía pequeña y frágil a menos pequeña pero igual de frágil, con una mejora en los términos de intercambio y mayor holgura para gastar; precios y tipo de cambio volátiles y quizá con mayor presión, y la incertidumbre política manteniéndose como un gran condicionamiento.
Con ingresos petroleros netos –con la licencia por seis meses- de 15,3 mil millones de dólares, en 2024, el gasto aumentaría en 45% lo que daría espacio para ajustar el salario mínimo y las pensiones, e inyectar recursos a la campaña presidencial, aunque se mantendrá la presión tributaria.