Aunque nunca tuvo un sueldo muy alto como personal obrero del Ministerio de Educación Superior, Humberto, quien omitió su apellido, pudo sacar adelante a sus 8 hijos. A todos les dio estudio y todos se convirtieron en profesionales egresados de universidades públicas del país. Son su orgullo, dice, con una mirada que refleja tristeza por no tenerlos a su lado. Debido a la crisis que comenzó hace años en el país, actualmente se encuentran regados por el mundo buscando una mejor calidad de vida. A sus 74 años de edad, añora los tiempos en los que podía «vivir bien» únicamente con su salario, pues en la actualidad hay días en los que no tiene cómo costear sus alimentos. El sentimiento de frustración que le provoca ver su despensa vacía fue lo que le motivó a presentarse el jueves 12 de enero a las puertas de la Universidad Central de Venezuela, donde otros trabajadores universitarios se concentraron en una nueva acción de calle para exigir mejoras salariales y beneficios contemplados en la ley.
Desde que comenzó el año, el gremio educativo reactivó sus jornadas de protesta, pero esta vez con nuevos objetivos. Mientras que en 2022 las exigencias se concentraron en el pago del bono vacacional completo y la derogación del instructivo de la Oficina Nacional de Presupuesto (Onapre), este 2023 las solicitudes giran en torno a un aumento de salario anclado a la tasa del dólar, seguridad social, y prestaciones sociales justas.
«Lo único que queremos es vivir con dignidad», manifestó Humberto, quien tras 35 años de servicio solo quería disfrutar de una vejez tranquila, rodeado de sus nietos y con cierta estabilidad. Un sueño que, siente, le han robado.
Actualmente Humberto vive solo y afirma, en tono de broma, que en los últimos años se ha convertido en un experto administrando sus finanzas. «Hay que hacer malabares para rendir el sueldo, y aún así, es insuficiente. Tuvimos un pequeño respiro el año pasado, pero luego de que el dólar subió en diciembre, es imposible comprar comida o medicinas. Mis hijos me ayudan, gracias a Dios, pero ellos tienen sus propios problemas y no siempre pueden enviarme dinero. La vida en el exterior tampoco es fácil», comenta con pesar.
Así como Humberto, son muchos los trabajadores públicos, jubilados y pensionados que sobreviven gracias a la ayuda económica de sus familiares. Quienes no, forman parte de las estadísticas de pobreza severa, que de acuerdo con la encuesta Encovi 2022 de la Universidad Católica Andrés Bello, se ubicó el año pasado en 53,3%.
«Es triste. Uno siente que es una carga para sus hijos. Ellos me dicen que no me preocupe, que siempre que puedan me van a tender la mano, pero es incómodo tener que pedirles dinero. Es lamentable que después de tantos años trabajando, no podamos disfrutar de nuestros últimos años de vida con dignidad. Este gobierno nos ha robado la vejez. Tampoco es justo que nos orillen a salir de nuestro país. Yo no me quiero ir, yo quiero que mis hijos regresen, yo quiero conocer a mis nietos. Pero que regresen a un país donde puedan vivir bien. Por eso estoy aquí, reclamando y exigiendo los derechos que se nos han violado desde hace años», señala, con evidente molestia, mientras pide a todos los venezolanos que se sumen a la lucha que llevan a cabo diversos gremios en el país.
En el rostro de Humberto se refleja el cansancio y la decepción; también la rabia y la tristeza. Lo mismo se observa en las caras de los cientos de trabajadores universitarios, provenientes de la mayoría de las instituciones públicas del país, que se dieron cita a las afueras de la UCV para elevar sus exigencias y anunciar sus próximas acciones de calle.
Aseguran sentir decepción por años enteros dedicados a estudios de pregrado, postgrados, y demás especializaciones con el objetivo de formar a las nuevas generaciones de profesionales, y que su esfuerzo no sea valorado por un Estado que les asfixia. Pese a todo, continúan buscando la manera de ayudar a sus estudiantes, muchas veces con el estómago vacío.
Los profesores universitarios con los sueldos más altos ganan entre 30 y 40 dólares mensuales, mientras la canasta básica se ubicó en 474,87 dólares en noviembre del año anterior, de acuerdo con datos de la Federación Venezolana de Maestros (FVM).
«Todo lo que se hace en las universidades es porque los trabajadores lo financiamos. Las clases se imparten porque los profesores trabajamos en otros lados para poder venir a la universidad; los empleados y obreros se rebuscan junto a su familia para poder venir a la universidad. Son, en consecuencia, los trabajadores universitarios de los mejores del mundo porque no han abandonado sus labores», manifestó desde la concentración en la Puerta Tamanaco de la UCV, José Gregorio Afonso, presidente de la Asociación de Profesores de la Universidad Central de Venezuela (Apucv).
¿Qué exigen?
La principal exigencia de los trabajadores universitarios, así como otros gremios, es un sueldo que les permita, al menos, cubrir la canasta básica, tal y como lo contempla la Constitución. Además, piden que les alcance para otros gastos como transporte, vestido y entretenimiento, derechos básicos contemplados en cualquier sociedad.
La solicitud es que las autoridades no sólo se limiten a un incremento del salario, sino que el mismo sea anclado a la tasa del dólar para evitar su devaluación, como ha ocurrido desde que el país vive la crisis económica.
«Hoy exigimos un salario indexado, que se mueva con la tasa del dólar, porque sino es nuevamente un fraude. En dos meses se vuelve sal y agua. Al mismo tiempo, es necesario preparar un nuevo proyecto para las contrataciones colectivas de los trabajadores universitarios. Es necesario que el gobierno discuta con las federaciones que están en la calle peleando, no con las que fueron a regalar el bono vacacional al gobierno. Que discutan las contrataciones colectivas con todos los trabajadores para que se permita llegar a un contrato que beneficie a todos por igual», indicó Afonso.
La lucha de los profesores, obreros y administrativos también se centra en la reactivación de otros beneficios como seguro médico HCM y seguro funerario, arrebatados hace años, pese a estar contemplados en la ley venezolana. Asimismo, mantienen su reclamo a la Onapre, pues rechazan la reducción de las primas salariales.
«No es verdad que el gobierno no tiene plata para pagarle a los trabajadores públicos. Lo que sí es cierto es que el Estado busca descargar el peso de la crisis sobre nosotros. No vamos a pagar por la crisis, por eso vamos a seguir exigiendo nuestros derechos», señaló el presidente de la Apucv.
Argelia Castillo, quien es secretaria general de los profesionales y técnicos de la UCV (Apufat), agregó que el llamado también es a indexar los salarios de los jubilados y pensionados para garantizar que tengan una mejor calidad de vida, pues este sector de la población ha sido uno de los más afectados por la crisis.
Próximas acciones de calle
Los trabajadores universitarios convocaron a una nueva manifestación nacional para el lunes 16 de enero. El llamado en Caracas es a concentrarse en el Ministerio de Educación, ubicado en la esquina de Salas, mientras que en el resto del país piden acudir a las zonas educativas.
«Queremos confirmar que el próximo lunes 16 de enero se llevará a cabo una gran movilización en conmemoración al Día del Maestro, que se celebra el domingo 15. La concentración es en la esquina de Salas, donde se encuentra el Ministerio de Educación Básica, pues allí, más que una lucha del magisterio, es la lucha de los trabajadores venezolanos, pues el tema del salario es una problemática que nos compete a todos. Por eso, este lunes tenemos la obligación de presentarnos con toda nuestra energía para decirle a este gobierno que ya basta. Este pueblo se cansó de la sumisión, y no nos queda más que tomar las calles hasta lograr nuestros objetivos», indicó Eduardo Sánchez, presidente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la (UCV), momentos antes de movilizar la concentración desde la UCV hasta la plaza Morelos.
Afonso anunció que próximamente será anunciado un día nacional de protesta en todas las universidades públicas del país. Además, adelantó que tienen contemplado llamar a una gran movilización para el próximo 23 de enero en la ciudad de Caracas, donde se unan todos los gremios de trabajadores públicos de la nación.
«La victoria de un sector es la victoria de todos», puntualizó al finalizar la jornada.