Nicolás Maduro anunció este domingo una nueva y «poderosa» etapa en la disputa territorial con Guyana, luego de conocerse los resultados del referendo no vinculante celebrado en el país, en el que la gran mayoría de electores respaldaron la propuesta de anexionar la zona bajo pleito al mapa nacional.
«Hoy el pueblo habló duro, alto y claro y vamos a iniciar una nueva etapa, poderosa, porque llevamos el mandato del pueblo, llevamos la voz del pueblo», remarcó, frente a una multitud, minutos después de que el Consejo Nacional Electoral anunció los resultados de la consulta, que -según el gobierno- cerró con 10.554.320 votos.
¿Qué resultados dejó la consulta y qué viene ahora? Claves.
La disputa por el Esequibo
Venezuela reclama desde hace más de un siglo la soberanía sobre el Esequibo, zona de 160.000 kilómetros cuadrados que equivale a 70 por ciento del territorio de Guyana, en la que viven 125.000 de los 800.000 habitantes de ese país caribeño que se independizó del Reino Unido en 1966.
Caracas argumenta que el río Esequibo es la frontera natural con Guyana, como en 1777 cuando era colonia de España, y apela al Acuerdo de Ginebra, firmado en 1966 antes de la independencia de Guyana del Reino Unido, que sienta bases para una solución negociada y anuló un laudo de 1899 que definió los límites actuales.
Georgetown, en tanto, defiende ese laudo y pide que sea ratificado por la Corte Internacional de Justicia (CIJ), máximo tribunal de Naciones Unidas.
La reivindicación de Venezuela sobre el Esequibo se intensificó desde que ExxonMobil descubrió en 2015 petróleo en aguas en disputa, que hoy día dejan a Guyana con reservas de crudo equiparables a las de Kuwait y con las mayores reservas per cápita del mundo.
En medio de esa disputa, el gobierno de Venezuela convocó un referendo consultivo, no vinculante, con cinco preguntas que abarcaban desde el rechazo al laudo de 1899, que fijó la frontera del país con Guyana, y el apoyo al Acuerdo de Ginebra de 1966, que estipula una salida negociada.
Los resultados de la votación sobre el Esequibo
La consulta, que contó con una amplia e intensa campaña de casi un mes, contemplaba, entre sus cinco preguntas, la anexión del territorio al mapa venezolano, con la creación de un estado llamado Guayana Esequiba, y la puesta en marcha de un «plan acelerado» para atender a la población de la zona, con concesión de la ciudadanía y el documento de identidad.
Así, el 95,93% de los venezolanos que participaron en la consulta, de la que el CNE no informó el porcentaje de abstención, respondió afirmativamente a la quinta pregunta, en la que se les interrogó si estaban o no de acuerdo con anexionar al mapa nacional la zona disputada y crear allí una nueva región llamada Guayana Esequiba.
Los venezolanos, en 95,94%, se mostraron de acuerdo en oponerse «por todos los medios» a la pretensión de Guyana, que controla el territorio en cuestión, de «disponer unilateralmente» de aguas que Caracas considera «pendiente por delimitar».
Asimismo, 95,40% de los votantes respaldó la idea de «no reconocer la jurisdicción de la Corte Internacional de Justicia» (CIJ) en esta controversia del siglo XIX, la cual está siendo dirimida en ese tribunal desde 2018.
98,11% también apoyó, como lo hace el Ejecutivo, el Acuerdo de Ginebra como el «único instrumento jurídico válido para alcanzar una solución» en este pleito, en alusión al documento firmado en 1966, según el cual las partes se comprometen a hallar un desenlace «satisfactorio» para ambas naciones a través de negociaciones directas.
El referendo también sirvió para que 97,83% rechazara, «por todos los medios», el Laudo Arbitral de París, el argumento jurídico de Guyana en la disputa y el que ha definido las fronteras actuales desde 1899, tiempo en el que Caracas no ha controlado el territorio bajo pleito.
La participación en el referendo
Aunque el Ejecutivo lo apostó todo a la consulta y volcó todos los recursos a su alcance en una campaña sin precedentes y en la preparación del referendo, la realidad quedó muy por debajo de las expectativas, en las que las autoridades no contemplaron la posibilidad de una participación inferior a la prevista.
Según el Consejo Nacional Electoral (CNE), se registraron «10.554.320 votos», sin explicar si corresponden a igual número de electores o si se realizó un cómputo de cinco votos por persona, correspondientes a la cifra de preguntas respondidas por cada participante.
El presidente del ente electoral, Elvis Amoroso, desmenuzó los porcentajes de ‘sí’ y ‘no’ correspondientes a cada una de las preguntas, todas relacionadas con los derechos de Venezuela sobre la zona en disputa, pero en ningún momento se refirió a «personas» o «votantes».
Pero lo cierto es que los centros de votación registraron una baja afluencia, tanto en Caracas como en otros estados.
A cuentagotas y sin las colas esperadas, empezaron a llegar, a partir de las 6:00 hora local, los votantes a los centros habilitados en todo el país para el referendo, lo que hacía presagiar que los planes del Ejecutivo, que esperaba una alta afluencia de votantes durante todo el día, no saldrían según lo previsto. Ni siquiera la temprana participación del presidente Nicolás Maduro sirvió de reclamo.
El paso de las horas, lejos de animar a los ciudadanos a participar, hizo que el desinterés fuera en aumento, algo que no solo se vivió en los diferentes puntos de votación, sino que también fue expresado ampliamente en redes sociales, en las que la ciudadanía manifestó su negativa a responder en la consulta.
Por si alguien había decidido ir a votar en el último momento, o había cambiado de opinión, el CNE prolongó dos horas la apertura de los centros, algo habitual en Venezuela en jornadas electorales, en aquellos lugares donde quedan votantes en cola.
Se extendió la jornada en todos los centros hasta las 20.00 hora local con la esperanza de que algún votante rezagado sumara su papeleta e incrementara así el cómputo final de participación.
La respuesta de Guyana
Mientras en Venezuela los funcionarios proclamaban victoria desde antes de la apertura de la jornada, y continuaban con la campaña que, oficialmente, concluyó el viernes, Guyana se manifestaba por las calles del país por la preservación del Esequibo.
En un ambiente festivo, varias autoridades guyanesas y varios centenares de ciudadanos marcharon ondeando su bandera y coreando la frase «Essequibo belongs to Guyana (El Esequibo le pertenece a Guyana)», un gesto que se ha venido desarrollando durante los últimos días.
El presidente de Guyana, Irfaan Ali, que denunció el referendo como «una amenaza», dijo más temprano a los guyaneses que no tenían «nada que temer».
«Estamos trabajando sin descanso para garantizar que nuestras fronteras permanezcan intactas y que la población y nuestro país sigan estando seguros», aseveró en una transmisión en Facebook.
Los efectos del referendo
El referendo, para el que estaban habilitados 20,69 millones de ciudadanos, y respaldado por más de 780.000 organizaciones venezolanas de distinta índole, según las autoridades electorales, es considerado por el Gobierno de Nicolás Maduro como una «oportunidad única» para reforzar la defensa de este territorio rico en recursos naturales.
En principio, la votación no tendría consecuencias concretas en el corto plazo: Venezuela buscaba reforzar su centenario reclamo por la zona y ha negado que la iniciativa sea una excusa para invadir y anexar forzosamente esa región.
(En otras noticias: Cinco meses de la reapertura del Consulado de Colombia en Caracas: así va la operación).
Guyana, sin embargo, insiste que no cederá «ni una brizna de hierba» a Venezuela, inspirada en una canción de la banda The Tradewinds, que habla de «no retroceder, no ceder ni una montaña» cuando «forasteros hablen de invadir».
¿Puede desembocar en conflicto? «Es un escenario», dice Josmar Fernández, especialista en resolución de conflictos. «Cuando se habla de territorio, estamos hablando también de un compromiso donde están impregnados sentimientos nacionalistas», aunque «Venezuela se ha caracterizado tradicionalmente por la negociación».
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