Analistas venezolanos difieren sobre la efectividad que pudieran tener las recompensas que el gobierno de Estados Unidos ha anunciado por información que conduzca a la captura de los más altos jerarcas del régimen de Venezuela.
Nicolás Maduro, Diosdado Cabello, Tareck el Aissami, Hugo Carvajal y ahora Maikel Moreno representan más de 50 millones de dólares que dispone el Departamento de Estado de Estados Unidos para lograr sus capturas y presentarlos ante la justicia estadounidense.
Pablo Andrés Quintero, politólogo y profesor de la Universidad Central de Venezuela, dijo que no se puede generar ningún tipo de negociación partiendo de la premisa de que se capturará a los altos funcionarios del chavismo por una cantidad determinada de dinero.
«No estimula el diálogo ni hacen que los jerarcas del madurismo estén abiertos a una negociación, sino todo lo contrario», señaló en una entrevista con la Voz de América. Agregó que las recompensas son atípicas y no constituyen una estrategia política constructiva por sí solas.
«Se ha comprobado que las sanciones generan a los países la narrativa y los justificativos para atrincherarse más en el poder. Ningún gobierno ha salido por sanciones. Son traducidas en bloqueos y justificativos que buscan darle una narrativa lógica al accionar del gobierno para mantenerse en el poder», aseguró.
Para Giulio Cellini, abogado de la Universidad Católica Andrés Bello y experto en asuntos de política exterior, las recompensas forman parte de la presión para finiquitar la salida del poder de Maduro y revelan el compromiso de las instituciones de Estados Unidos con una transición factible en Venezuela.
«Esto debería llevar a los jerarcas del régimen a buscar una negociación. Ya no se trata de cambiar las sanciones del Departamento del Tesoro, sino de que los jerarcas del régimen eventualmente tendrán que cumplir con las penas por haber cometido delito o buscar atenuantes», dijo el experto a la VOA.
Cellini consideró que las ofertas no impiden una posibilidad de diálogo.
«Estas recompensas deberían abrir aún más las vías del diálogo. Estas personas ahora tienen aún más intereses para negociar y darle cauce al proceso democrático que Venezuela requiere en este momento», aseguró.
Ricardo Ríos, politólogo de la Universidad de Los Andes, observó asimismo que la recompensa por Maikel Moreno busca que ocurran fracturas internas en la cúpula madurista en momentos en que predomina un basamento ideológico pobre, según aseguró.