Venezuela y Estados Unidos retomaron diálogos públicamente este miércoles justo cuando faltan 23 días para las elecciones presidenciales en las que Nicolás Maduro busca su segunda reelección y la oposición un triunfo que, por el momento, las encuestas pronostican con una amplia ventaja.
“Mejorar las relaciones” fue uno de los puntos que acordaron en ese primer encuentro virtual que sostuvieron las delegaciones de ambos países, según lo informó en su cuenta de X el jefe negociador de Maduro, Jorge Rodríguez.
Como ya lo había adelantado EL TIEMPO en exclusiva, este primer encuentro se desarrollo de forma telemática y, ahora, se espera que la próxima semana se concreten los encuentros presenciales en los que México podría ser la sede.
“Después de esta primera reunión acordamos la voluntad de ambos gobiernos de trabajar de forma conjunta para ganar confianza y mejorar las relaciones”, dijo Rodríguez tras añadir que otro punto alcanzado fue “mantener las comunicaciones de manera respetuosa y constructiva”.
A diferencia de encuentros e iniciativas anteriores, la oposición parece solo espectadora en este nuevo capítulo entre Caracas y Washington. EL TIEMPO conoció que, si bien la Plataforma Unitaria (la principal organización opositora) está enterada del proceso, por el momento no es parte de la conversación. Se espera que entren al proceso apenas a finales de esta semana o inicios de la otra cuando se concrete una reunión presencial.
Como delegados de la oposición estarán el jefe negociador de la oposición, Gerardo Blyde, y Luis Aquiles Moreno. Además, se espera la participación en los próximos diálogos de un tercero. Por el chavismo, además de Rodríguez, estará el gobernador del estado Miranda, Héctor Rodríguez. “La comisión negociadora estará trabajando para contribuir a crear el clima de respeto de las reglas democráticas y estar pendiente de cualquier diálogo que realmente ayude a la normalidad institucional y a la normalidad de las elecciones”, dijo el martes Ómar Barboza, secretario ejecutivo de la Plataforma.
Maduro aseguró el lunes, al anunciar el regreso del diálogo, que Washington le había insistido “durante dos meses continuos” en el restablecimiento de las negociaciones y que, “luego de pensarlo”, aceptó.
Lo que dicen ambas partes sobre estas negociaciones
Sobre las negociaciones, un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca dijo a la agencia Efe que saludaba el diálogo de buena fe, aunque reconoció que el camino hacia el cambio democrático en Venezuela no será una tarea fácil: “Damos la bienvenida al diálogo de buena fe. Somos conscientes de que el cambio democrático no será fácil y requiere de un compromiso serio”, afirmó.
Así las cosas, el nuevo acercamiento entre Washington y el chavismo se da a pocas semanas de las presidenciales y, según el último estudio de la consultora Datincorp, el candidato opositor para las presidenciales Edmundo González cuenta con 62 por ciento de aprobación, frente a un 20,33 por ciento de Maduro. Para los analistas, estas cifras y el tiempo en el que ocurre el diálogo entre Estados Unidos y Venezuela es clave.
“Esto podría ser un factor determinante para este acercamiento sorpresivo, no porque Maduro piense que va a remontar, sino porque necesita negociar su salida”, dijo a EL TIEMPO el politólogo Carlos Zambrano.
Y es que desde hace casi dos años, la administración de Maduro y la de Biden sostienen conversaciones, aunque la mayoría en secreto. En algunas oportunidades, Maduro ha dicho en la televisión que la CIA ha estado en Caracas, que ha conversado con algunos funcionarios estadounidenses, pero todo ha quedado ahí. También algunos aviones de matrícula estadounidense han aterrizado en Caracas en varias ocasiones y se ha especulado siempre que se trata de funcionarios buscando negociar con Maduro.
EL TIEMPO conoció que uno de los puntos a discutir en este nuevo proceso será la petición de Caracas de eliminar la recompensa de 15 millones de dólares por la captura de Maduro, entre otras condiciones de llegar a perder las presidenciales.
En las últimas negociaciones que han tenido las partes, incluido el famoso acuerdo de Barbados que estipulaba garantías políticas de cara a estas elecciones presidenciales de finales de julio, parece que el más favorecido siempre ha sido el mandatario venezolano.
De hecho, en octubre de 2023 se firmó el acuerdo de Barbados y, con ello, EE UU alivió sanciones y reactivó vuelos de repatriación. Luego, antes de terminar ese año se conoció que Rodríguez se había reunido en Qatar con los representantes estadounidenses. A los pocos días, Alex Saab fue liberado, en un canje impensable entonces. Diez estadounidenses salieron de las cárceles venezolanas a cambio de Saab, acusado en EE UU de lavado de dinero y ser el principal testaferro de Maduro.
Después, en abril, Maduro confirmó las reuniones y mostró imágenes de Rodríguez junto a Brian Nichols, subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental de EE UU. En la imagen se ve a ambos firmando documentos.
Maduro insistió el lunes que quiere dejar la confrontación con Washington y que, incluso, le gustaría el regreso de la embajada de ese país a Caracas y el regreso de las sedes consulares de Venezuela en suelo estadounidense.
¿Para qué negociar con Nicolás Maduro?
Para Luis Vicente León, director de la firma Datanálisis, para que una negociación se concrete, es fundamental el intercambio de cosas de ambas partes. “No hay ninguna posibilidad de que eso ocurra sin que ambas partes crean que están ganando algo que vale más que lo que entregan. El solo hecho de que el gobierno de EE UU y el gobierno de Venezuela arranquen de nuevo una negociación bilateral alrededor del evento electoral significa que ambas partes creen que pueden ganar algo mejor que lo que tienen”, escribió León en X.
León explicó que lo más probable es que ambos crean que van a triunfar en la elección, aunque no necesariamente de la misma manera. “En ese caso, EE UU buscaría asegurar que Maduro ejecute la elección sin suspenderla ni inhabilitar al candidato. El gobierno, por su parte, busca obtener la garantía de reconocimiento de la comunidad internacional si logra controlar la elección por vía de la ingeniería electoral que ha diseñado”.
Caracas y Washington rompieron relaciones en 2019 cuando la administración de Donald Trump desconoció al mandatario chavista y apoyó la autoproclamación de Juan Guaidó como presidente interino, una estrategia que no funcionó para desplazar a Maduro al cargo.
Lo que dice María Corina Machado
A propósito de la primera “reunión virtual” entre funcionarios de Venezuela y Estados Unidos, sin relaciones diplomáticas desde 2019, EL TIEMPO entrevistó en exclusiva a María Corina Machado, principal lideresa de la oposición venezolana, quien insistió en que “lo importante es que algo salga de ello”.
“Lo hemos dicho mil veces. Está el acuerdo de Barbados que establecía mecanismos de seguimiento, verificación y cumplimiento. Por nuestra parte, cumplimos todo y fuimos muchísimo más allá. Quien ha violado sistemáticamente el proceso ha sido el régimen de Maduro. ¿Por qué ahora este interés repentino de restablecer las conversaciones? No lo sé y no quiero especular”, expresó la fundadora del movimiento político Vente Venezuela, que lidera las encuestas para las presidenciales del 28 de julio con Edmundo González, el candidato al que Machado le endosó el poder tras quedar inhabilitada.
Al parecer, no toda la oposición venezolana estaba enterada de la reanudación de los diálogos, pero desde la Plataforma Unitaria, principal sector opositor, expresaron su conformidad con el restablecimiento de estas negociaciones.
Sobre si cree que este escenario le dará ventaja a Maduro, como ya ocurrió antes, Machado fue enfática al advertir que eso no le preocupa. “Yo, honestamente, creo que aquí nadie se chupa el dedo ni dentro ni fuera de Venezuela, lo hemos visto incluso con los gobiernos de la región que han sido muy claros con la defensa de los estándares internacionales”, afirmó.
Finalmente, Machado agregó que “el conflicto venezolano es de tal magnitud y prioridad para EE UU, y para la región, en términos de su seguridad nacional, que es uno de los pocos temas que cuentan con el apoyo bipartidista”.
“Todo el mundo sabe que la única manera de que Maduro podría quedarse en el poder es a la fuerza, los votos no los tiene, y eso implicaría consecuencias terribles para la región, no solamente en términos de sus vínculos geopolíticos con Rusia, con Irán, con grupos guerrilleros y terroristas internacionales, sino desde luego en términos de migración”, sentenció la lideresa.