La aclaratoria de Josep Borrell, alto representante de la diplomacia europea, sobre la Misión de Observación Electoral generó urticaria en la administración de Nicolás Maduro. El envío a Venezuela de los expertos, que analizarán las elecciones regionales y municipales, no significa un reconocimiento al gobierno de Maduro.
El eurodiputado Leopoldo López Gil afirmó que ninguna misión legitima o deslegitima las elecciones que se desarrollarán el 21 de noviembre. Dijo que lo único que hará es observar y opinar si el proceso se desarrolló cumpliendo los estándares aceptados por el bloque como para concluir que fue libre, transparente y democrático.
«Conocemos una serie de circunstancias que hace pensar que las condiciones son de dudosa calidad como para llamarlas democráticas, libres y transparentes porque, por ejemplo, hay presos políticos y una incautación a la dirección legítima de ciertos partidos», señaló.
López Gil manifestó que, de momento, no se puede decir que con el envío de la Misión de Observación Electoral, la Unión Europea esté cambiando su posición sobre Venezuela. «Hay quienes dentro de ese ambiente, no solamente el oficialismo, sino también de parte de aquellos que se llaman oposición, que dicen que esto es un paso que hay que dar para poder avanzar hacia lo que realmente importa, que es establecer un calendario para celebrar elecciones legislativas y presidenciales, que puedan permitir un verdadero cambio de régimen. No estas regionales y municipales», expresó.
Los protocolos “no se han cumplido”
En opinión de Milos Alcalay, exembajador de Venezuela ante las Naciones Unidas, los protocolos para la observación, sin embargo, no se han cumplido. Estas irregularidades, agregó en entrevista con El Nacional, la señalan grupos políticos del Parlamento Europeo que se oponen a que se rompan los estándares establecidos, como la visita con al menos seis meses de antelación y la garantía de que podrán observar a fondo los procesos electorales.
Alcalay dijo que Borrell desde el comienzo ha tenido una inclinación de impulsar «contra viento y marea» la observación electoral en Venezuela, aun si eso implica violentar los estándares que la Unión Europea ha cumplido en América Latina y en el mundo. Esto, subrayó, afectará la credibilidad que ha tenido el bloque durante los procesos.
«El señor Borrell ha violentado la misma normativa que la Unión Europea ha tenido y él ha sido ese muñeco al que llaman ‘porfiado’, que lo golpean en el Parlamento Europeo, en la Comisión y en el Consejo, pero sigue adelante queriendo impulsar unas elecciones que no cumplen con los estándares de la Unión Europea», expresó.
La internacionalista Beatriz de Majo, articulista de El Nacional, consideró que el hecho de que los observadores tengan seis o menos de meses en Venezuela no significa que no puedan verificar el proceso en todos sus aspectos. Aseguró que los integrantes estarán preparados, sin importar si son de izquierda, de derecha o de centro.
«Esa gente conseguirá una cantidad enorme de información. Podrán apreciar que las aberraciones electorales en Venezuela son de un tamaño tan grande que es imposible que, aunque tú seas un izquierdista de extrema, no se den cuenta de que, por ejemplo, todo lo que sucede a nivel de la inhabilitación política de la oposición», manifestó.
El país, destacó De Majo, tiene la gran ventaja de que López Gil está atento dentro de la Unión Europea para que se conozca todo lo posible con respecto al caso venezolano.
Parlamento Europeo evaluará enviar una misión
El europarlamentario informó a El Nacional que el Parlamento Europeo considerará autorizar el envío de una delegación que acompañe a la Misión de Observación Electoral, para el que los principales partidos de la oposición postularon a sus candidatos.
«La Unión Europea tiene, como los gobiernos de todas partes del mundo, una división de poderes, y es equivalente a que la Comisión Europea es el órgano Ejecutivo de la Unión Europea, mientras que el Parlamento es el Legislativo; y hago hincapié en esto porque esta semana consideraremos el envío de una comisión para acompañar a la Misión de Observación Electoral del Servicio Exterior que ha desplegado el señor Borrell», explicó.
«Normalmente van miembros de distintos grupos políticos. Se ha solicitado una misión por el orden de 12 personas. Si se aprueba estarían representados prácticamente todos los grupos políticos que están presentes en el Parlamento. Esa misión estaría también encabezada por un eurodiputado, distinto a Isabel Santos, designada por Borrell como jefa de la Misión de Observación Electoral, que nosotros reconocemos como algo paralelo, no es lo mismo», explicó López Gil.
El eurodiputado, padre del dirigente opositor Leopoldo López, afirmó que cuando el Servicio Exterior aprueba el envío de una misión no toma en cuenta la opinión del Parlamento Europeo.
Dijo que las observaciones en las que tradicionalmente participa la Unión Europea están acompañadas de una misión de europarlamentarios, aunque últimamente no ha ocurrido así. Agregó que, en las elecciones que se han analizado en los meses pasados, por razones de la pandemia, no siempre se movilizaron diputados.
En el caso de que la Unión Europea no envíe a sus delegados, ¿afectará la observación que desarrolle la misión enviada por el Servicio Exterior de Comisión Europea? López Gil aseguró que no, al menos desde el punto de vista de la ejecución.
«Hay un despliegue de aproximadamente 100 personas. Es muchísimo personal, no solo el que va de Europa para Venezuela, sino el que tienen contratado localmente, de las distintas embajadas representadas. Esto sucederá de todas maneras porque ya hay un contrato entre el gobierno de Maduro, el Consejo Nacional Electoral y la Unión Europea. Al Servicio Exterior no le importa lo que decida el parlamento», subrayó.
Borrell, un hombre “mal etiquetado”
De Majo señaló que la oposición venezolana tiende, a veces, a ver a la Unión Europea como un enemigo porque Borrell es quien tiene la vocería de ese bloque, conformado por 27 países con tonos muy discordantes.
«Es una persona que tenemos mal etiquetada. Ese es un hombre sumamente capaz, extraordinariamente inteligente y también ha ocupado las posiciones más importantes que uno puede imaginarse en el gobierno español y ahora a nivel comunitario. A Borrell, además de que tiene una proveniencia del lado de las izquierdas, le toca hablar en nombre de los 27 países, que no tienen posiciones totalmente concordantes, y particularmente en el caso de Venezuela», manifestó.
Alcalay mantuvo que es un pésimo precedente la observación de las elecciones aún cuando buena parte de la opinión política nacional está en contra porque, considera, no hay una modificación a fondo sobre la forma en la que se realizarán. Para el exdiplomático, no ha habido un cambio significativo si se compara este proceso con el que se desarrolló en diciembre del año pasado, y que recibió el desconocimiento de 60 países. «No hay ningún cambio significativo con excepción de que los partidos del G4 postularán a sus candidatos», añadió.
Informe de la misión exploratoria, un misterio
Entre el 6 y el 23 de julio pasados estuvo en el país una misión exploratoria del Servicio Exterior que evaluó si había condiciones para el envío de la Misión de Observación Electoral para las elecciones del 21 de noviembre. Pero, tres meses después, se desconoce el contenido del informe oficial con las conclusiones correspondientes.
«En el grupo parlamentario nos sorprendimos mucho, al menos en los grupos con los cuales he tenido contacto. Sobre todo sin antes tener conocimiento del resultado de la misión exploratoria para verificar si había condiciones para llevar a cabo una observación», dijo López Gil.
Agregó que este tipo de informes no necesariamente tienen que ser públicos ni deben mantenerse bajo confidencialidad. Pero el europarlamentario expresó que, por un posible comportamiento político, Borrell debió, al menos, compartirlo con el Parlamento Europeo antes de aprobar el envío de la misión.
«No hay condicionamiento. Tampoco estos informes tienen que hacerse de conocimiento del país receptor. Los países son los que invitan. En este caso es Venezuela quien invita a la Misión de Observación Electoral de la Unión Europea. Sin embargo, ¿qué puede cambiar una vez que conozcamos el contenido de este informe? Nos podríamos sorprender con que la misión técnica de julio encontró condiciones verificables como para decir que sí se podía hacer una observación o nos podríamos llevar la sorpresa contraria, de que se aprobó una misión teniendo en cuenta que son negativas las condiciones existentes», añadió.
De Majo expresó que, en el momento actual, el envío de los observadores genera mucha incomodidad internamente porque los países tienen interés en conocer cuáles son los puntos en los que se necesita reforzar el proceso electoral venezolano para así asumir una posición respecto al gobierno.
«La situación ahorita es compleja dentro de la propia Unión Europea. Es bien difícil tratar de tener una posición conjunta, y siempre va a ser la más diluida de todas. Su posición ahorita es un gran interrogante», indicó De Majo.
Alcalay considera imposible que, a pesar de que la misión exploratoria debe resaltar todas las inconsistencias que se han señalado, Borrell trate de imponer una observación que, a todas luces, se realiza en un sistema que no da garantías de total transparencia.
Roberto Abdul, presidente de la asociación civil Súmate, cree que el documento finalmente se conformará con el informe final que debe emitir la Misión de Observación Electoral. Puntualizó que deben quedar reflejadas las situaciones irregulares y los excesos que se presenten en el proceso electoral.
¿Le interesa a Venezuela la observación?
De Majo aseguró que a Venezuela le interesa que haya una observación de la Unión Europea en las elecciones. Alegó que, pese a que Borrell tiene una posición de izquierda, la representación que está llegando a Venezuela es numerosa, y tendrá que redactar un informe en el que se señalen las irregularidades.
«Se tienen que pronunciar sobre todo el proceso, y esas personas verán cantidades de distorsiones. Es imposible que 100 personas que se encuentren juntas no vayan a tener observaciones profundas, y con eso le vamos a demostrar a la Unión Europea lo que significan las elecciones nuestras desde el punto de vista de la corrección, de la veracidad, de las inclinaciones políticas y de la capacidad del gobierno de obstaculizar», analizó.
«Todo eso saldrá a relucir. Pero claro que es bueno porque son voces de personas que verán la realidad venezolana desde adentro, que será bien difícil ocultarla. Que eso se plasme en un informe en la manera que nosotros en la oposición creemos, quizá no, pero tendremos a muchas personas perifoneando en el mundo entero lo que vean en las elecciones. Mi opinión personal es que vale la pena que vayan, aún cuando el informe no sea favorable desde ese punto de vista», añadió la internacionalista.
El presidente de Súmate estima que la presencia de la misión debe tener un impacto sobre los niveles de confianza de algunos actores y podría inclinar la balanza hacia la participación, sobre todo en los votantes indecisos que desconfían del proceso electoral, del organismo electoral, de cómo se realizan las elecciones y del valor del voto.
«El envío de los observadores serían un disuasivo para algunos excesos que puedan estarse cometiendo desde el poder en cuanto a la manipulación y el manejo de las elecciones, tanto de su organización como en el desarrollo, así como en el manejo de los resultados», dijo Abdul a El Nacional.
Expuso que, sin embargo, el gobierno procura las próximas elecciones generar una imagen de ser un gobierno democrático y de tratar de buscar cierto reconocimiento perdido tras las elecciones la asamblea nacional constituyente en 2017, de la elección presidencial de 2018 y la Asamblea Nacional en el año pasado.
«Lo que procura es tratar de que se flexibilicen algunas medidas el grupo de sanciones que existen, organizaciones, empresas del Estado como Petróleos de Venezuela, algunos institutos o sobre funcionarios específicos. Esto con la finalidad de tener mucho más legibilidad y capacidad de juego y de manejo de los recursos de alguna manera», indicó.
Nuevo CNE, ¿más garantías?
Alcalay opinó el nuevo Consejo Nacional Electoral repite exactamente lo que ha ocurrido en elecciones anteriores, por lo que expuso que no ha habido un cambio sustancial y que todavía hay una hegemonía del chavismo en el Poder Electoral: tres rectores designados por la Asamblea Nacional electa en 2020 responden a la línea de Nicolás Maduro, incluido su presidente, y dos son opositores.
«El cambio fundamental es que hay partidos políticos que van a elecciones, a pesar de que no se cumplen ni la libertad de los presos políticos ni el reconocimiento de muchos de ellos, a quienes de manera absolutamente irregular les quitaron su legitimidad. Es evidente que quien vaya a elecciones estará de acuerdo con la misión de observación, eso es lógico. Pero lo que no es lógico es que se violenten las reglas de una verdadera observación electoral», enfatizó.
El exembajador dijo que es posible que el envío de la Misión de Observación del Servicio Exterior de la Unión Europea eleve el número de participación, pero, afirmó, el objetivo no es una elección a la cubana o al estilo de Europa del este, cuyos resultados no serán aceptados por los dirigentes democráticos del bloque europeo.
Comentó que con la «ayuda» de Borrell el único beneficiado será la administración de Maduro, que busca la legitimación de un sistema político que no es democrático.
De Majo señaló que la Unión Europea debería tener una gran reserva porque en el Poder Electoral está la rectora chavista Tania D’Amelio, sancionada en febrero pasado. El bloque consideró, luego de las legislativas de diciembre, que es responsable, junto a otros altos funcionarios chavistas, de menoscabar la democracia en Venezuela.
«Eso descalifica no solo al CNE sino al gobierno que lo nombró. ¿Cómo confiarán en un CNE en el que uno de sus grandes componentes está objetado por la Unión Europea en su totalidad? Ellos tienen también que partir de la posición y de la función que tiene el bloque con respecto a Venezuela, más allá del proceso electoral. Es verdad que la UE no ha validado a Juan Guaidó, pero sí desconoció el proceso electoral venezolano parlamentario», declaró la internacionalista.