Del paradero de la líder opositora venezolana María Corina Machado poco se sabe, salvo que está “resguardada” y en la “clandestinidad”. Eso sí, “en Venezuela”, como lo afirmó a mediados de esta semana la propia Machado en respuesta a los comentarios de Nicolás Maduro, quien insiste en que se fue del país rumbo a España.
Lo que sí está claro es que, aún con apariciones cada vez más limitadas -en su mayoría con una pared de fondo-, María Corina Machado sigue siendo una molestia para el gobierno de Nicolás Maduro.
En una semana marcada por llamados específicos de la líder opositora a sectores, quizá el más llamativo fue el dirigido a los militares venezolanos que, al menos en su cúpula, se muestran leales y firmes con Maduro bajo el lema “leales siempre, traidores nunca”.
Sin embargo, al día siguiente del exhorto, el presidente venezolano removió piezas, asegurándose un mayor compromiso de su círculo.
«Tú sabes bien que la primera obediencia de vida de un soldado es hacer respetar la soberanía popular; y tú sabes la verdad de lo ocurrido el 28 de julio, porque estuviste allí y viste a un pueblo unido, pacífico y esperanzado en las calles», dijo Machado en un mensaje de audio que circuló en las redes.
Para el politólogo Ricardo Ríos, presidente de la consultora Poder & Estrategia, la decisión tuvo correlación con el llamado de Machado.
“Correlación no implica causalidad, pero no hay duda de que está correlacionado. Es decir, María Corina hace un llamado a la Fuerza Armada, pero, ¿por qué haría un llamado fuera de períodos de ascenso? Eso llama la atención y puede inferirse que hay un tipo de ruido a nivel de ciertos sectores de la Fuerza Armada”, analiza Ríos.
¿Qué busca María Corina Machado con llamado a militares?
Y es que, precisamente, el general en jefe Vladimir Padrino López fue ratificado como ministro de Defensa, cargo que ocupa desde hace 10 años a pesar de que ya está vencido y debería estar en situación de retiro. Además, Padrino es uno de los militares sancionados por Estados Unidos, sobre él pesa la medida desde 2018, “por su lealtad a Maduro”. De otro lado, Domingo Antonio Hernández Lárez también se mantiene en el Comando Estratégico Operacional de la Fuerza Armada (Ceofanb).
Así las cosas, los cambios se dieron en dos organismos claves para la represión en Venezuela y que son señalados en los informes de las Naciones Unidas como centros de tortura. Se trata del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin) y la Dirección de Contrainteligencia Militar (Dgcim).
En el Sebin se encontraba Gustavo González López, sancionado desde 2015. Ese organismo se dice es controlado por Diosdado Cabello. Ahora estará al frente el mayor general Alexis Rodríguez Cabello, también aliado de Cabello. El Sebin controla las cárceles de El Helicoide y la conocida como La Tumba.
En la Dgcim ya no estará Iván Hernández Dala. Lo sustituye el mayor general Javier Marcano.
“María Corina Machado está enfocada en movilizar a distintos sectores claves de la sociedad venezolana”, considera el politólogo y analista Walter Molina al referirse a que no solo les ha hablado a los uniformados sino también a jueces y hasta a los maestros.
“Con los militares, apunta a debilitar el núcleo de apoyo represivo de Nicolás Maduro. Este es un intento de generar fracturas internas dentro del régimen, especialmente en momentos en que ya se observan signos de desgaste y tensiones entre las facciones del chavismo, sobre todo cuando Diosdado Cabello tomó mucha más relevancia de lo que seguramente le agrada a Nicolás Maduro”, destaca Molina.
El politólogo cree que estos mensajes también buscan articular un movimiento que vaya más allá del hecho electoral y que tengan un papel en “el colapso de la estructura chavista”.
Para el analista y exalcalde Ramón Muchacho, si bien estar en la clandestinidad no es tarea fácil, este tipo de mensajes y llamados son de las pocas cosas que Machado puede hacer con tantas limitaciones.
“Pero, además, está haciendo un recordatorio de que salir de Maduro no es fácil y que aquí cada uno tiene que hacer su trabajo. Ya María Corina, Edmundo y la oposición lo hicieron” insiste Muchacho, agregando que tanto se ha hecho que hasta las actas de votación que demuestran el triunfo de Edmundo González, llegaron a Washington.
“La oposición hizo el trabajo, los ciudadanos hicieron el trabajo saliendo a votar, ya lo que falta y lo que pueden hacer son los militares, los jueces, el entorno de Maduro y la comunidad internacional”, insiste Muchacho.
La articulación internacional
A pesar de los llamados y mensajes de Machado, que no son nuevos, la situación política en Venezuela luce algo estancada.
Se nota un mayor movimiento en lo internacional con el reconocimiento de Edmundo González como presidente electo, por parte de los parlamentos español y europeo, reuniones en Estados Unidos de expresidentes y declaraciones o acciones como la de la justicia argentina, que pide la captura de Maduro.
Pero en Caracas el control lo sigue teniendo el chavismo. Desde la Asamblea Nacional ya se le envió la invitación a Nicolás Maduro para que se juramente el 10 de enero como presidente y él ya “aceptó”, según dijo y mostró la carta.
Desde el exilio, Edmundo González ha vuelto a decir que él se juramentará y que no lo hará en el extranjero sino en el Parlamento. Lo mismo ha dicho Machado, quien sigue creando redes y alianzas fuera de las fronteras.
Una de ellas la recién creada Mujeres por la Democracia (MxD), una red con participación de diversos sectores que buscan una promoción y participación en espacios de toma de decisión.
En un encuentro virtual, más de 180 mujeres se comprometieron a trabajar en una red sólida que articule esfuerzos para enfrentar los retos democráticos que atraviesa Iberoamérica. Entre las participantes estaba María Corina Machado, quien habló de su experiencia en la lucha venezolana.
El grupo está conformado por activistas, empresarias, escritoras, académicas, artistas, periodistas y líderes de la sociedad civil provenientes de Argentina, Brasil, Bolivia, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, España, Honduras, México, Nicaragua, y Perú.
Sin embargo, esta articulación internacional, de momento, ha tenido poca incidencia en la política interna venezolana. Los militares no han respondido al llamado de Machado y continúan las detenciones de dirigentes opositores, en su mayoría del círculo de la opositora.