En medio de la escasez de insumos médicos, medicinas, efectivo y transporte público, el personal de enfermería del Hospital Materno Infantil de Petare, Miranda, debe enfrentar otro reto: sobrevivir a la crisis económica del país con un sueldo que varía entre los Bs 200.000 y Bs 480.000 quincenales por una jornada diaria de seis horas.
Los enfermeros del centro médico reciben también Bs 1.500.000 mensuales por el pago del bono de alimentación, ganancia que no les alcanza para cubrir sus necesidades básicas.
Esta situación provocó el éxodo de profesionales de dicha área en el hospital: de aproximadamente 300 personas que laboran en el lugar, 70 han renunciado desde enero.
“Ha habido renuncias masivas, semanalmente hay de cinco a 10 renuncias en todos los turnos”, comentó la enfermera Angylber Rodríguez durante una entrevista para El Nacional Web.
No tiene hijos y tampoco paga alquiler; sin embargo, el dinero que percibe de su labor solo le permite pagar el transporte público y hacer un poco de mercado. “Tengo que rebuscarme con otras cosas para ver por dónde consigo un poco más de dinero”, dijo.
La situación no es igual para todas. Algunas de las enfermeras son madres, por lo que muchas han dejado de comer para poder alimentar a sus pequeños. “Hay veces que tengo que compartir mi comida con ellas”, explica Rodríguez.
Brindar salud sin tenerla
El elevado costo de las medicinas y la ausencia de ellas en el mercado empeoran la situación del personal. Medidas del hospital que dificultan el pago de los días de reposo impiden que tanto médicos, como residentes, estudiantes y enfermeros trabajen en buenas condiciones de salud.
Rodríguez explica que al solicitar reposo corren el riesgo de que no sea remunerado o de que el pago tarde en realizarse.
“¿Cómo un personal que no está sano, que no tiene salud, va a brindar salud?”, se pregunta.
Escasez de insumos
La falta de material médico en el Hospital Materno Infantil de Petare ha significado un problema mayor durante los últimos meses. El número limitado de guantes, los pocos insumos para hidratar a los pacientes y la falta de agua en el recinto empeoran la situación.
Actualmente se encuentran internados 30 niños en el área de pediatría y 20 en retén en el lugar. Angylber Rodríguez asegura que entre 80 y 100 menores han fallecido desde enero por la falta de insumos o complicaciones; sin embargo, esta última causa no tiene un peso representativo en los decesos.
Aunado a esto, el hospital no cuenta con las condiciones necesarias para atender a los pacientes. “Hay un hacinamiento y no se dan las condiciones para atender a los pacientes. Hay pacientes con sarampión, con deshidratación crónica, hay pacientes con los que tienes que lavarte las manos en todo momento y ni siquiera hay agua en el hospital”, señaló.
Por otro lado, unas 70 pacientes obstétricas están hospitalizadas. “No nos damos abasto, hay mujeres que han dado a luz en el área de preparto y en los pasillos del hospital”, explicó.
Paro indefinido
Las precarias condiciones en las que trabaja el personal y las constantes denuncias sin respuesta provocaron que el personal del centro de salud iniciara este jueves un paro indefinido.
Los enfermeros mantendrán sus labores en las áreas de emergencia. Sin embargo, de no recibir una pronta respuesta las actividades de los trabajadores de dicha área cesarán por completo en el hospital.
Rodríguez explicó que los trabajadores han sido amedrentados por las autoridades, razón por la que algunos de sus compañeros dejan de apoyar la medida.
Los pacientes del Materno Infantil son conscientes de la situación, por lo que apoyan la decisión del personal. “Los pacientes que ven la situación dicen que deberíamos cerrar completamente el hospital, porque es la única manera de que nos hagamos sentir”, explica la enfermera.
“Si nos uniéramos como tenemos que unirnos todos los hospitales se paran, porque quienes mantienen un hospital en pie es el personal de enfermería”, asegura Rodríguez.