Encapuchados a bordo de una camioneta lanzaron una «papabomba» a los marchistas que se dirigían desde diferentes puntos de la ciudad de San Cristóbal, a la sede de la Brigada de Operaciones Especial de Politáchira. La acción provocó la estampida de los ciudadanos.
Agentes policiales también accionaron sus armas disparando perdigones y bombas lacrimógenas para dispersar a los manifestantes que en esta oportunidad marcharon por la dignidad y para exigir el cese de la represión.
En la avenida Ferrero Tamayo fue retenida por encapuchados una cisterna transportadora de gasolina y atravesada en la vía. Minutos después, un piquete antimotines de la Guarda Nacional llegó al lugar y recuperó la gandola.