Sergio Ontiveros, médico anatomopatólogo, clínico y forense, se encuentra desarrollando un proyecto para llevar las prácticas de tanatopraxia (preparación de cadáveres) a las aulas universitarias, pues en Venezuela esta actividad se realiza de manera empírica.
El médico egresado de la Universidad de Los Andes, con postgrado en Anatomía Patológica, Clínico y Forense, plantea que en un principio se desarrolle una carrera técnica superior para poder realizar esas actividades, que en otros países son desarrolladas por expertos calificados.
Ontiveros explicó al diario La Opinión de Cúcuta que es muy importante que existan en el país expertos en la preparación de cadáveres que estén facultados para arreglar los cuerpos autopsiados, para evitar que caigan en el delito de profanación de cadáveres.
Además, destacó que es una práctica que se debe realizar bajo el respeto y la dignidad que merecen los cuerpos de las personas fallecidas, tal cual como se trata a un paciente.
Por ello, el reconocido médico, con 43 trabajos científicos publicados en Venezuela y 19 trabajos indexados en revistas internacionales, decidió crear en el estado Táchira el primer tanatorio especializado de Venezuela.
Si bien los tanatorios existen desde antes de Cristo, en Venezuela estos lugares fueron desplazados por las funerarias que cumplen el servicio de velación y entierros.
El experto resalta que la tanatopraxia es una rama que se encarga de la higienización, preparación, conservación, restructuración, cirugía estética post mortem y la tanoestética (el maquillaje del cadáver), así como la vestimenta, para que el cuerpo sea entregado a sus familiares de la manera más natural posible a como era en vida.
“Esta es una de las formas de que el familiar vea a su fallecido en una forma muy natural, y no le va a causar traumas psicológicos al ver el cadáver pálido o con cicatrices”, explicó el especialista.
Además, el médico anatomopatólogo destacó que en esos lugares especializados se tiene filtros que neutralizan las bacterias y hongos que pudieran desprenden los cuerpos inertes. Algo de lo que carecen las funerarias del país.
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