Keith Rowley, primer ministro de Trinidad y Tobago, calificó de «asalto» la llegada de los 29 migrantes venezolanos a su país. Aseguró que los adultos que llegaron en las últimas horas estaban «armados con niños inocentes», para tratar de obligar al Estado a que los acepte como refugiados.
Las autoridades trinitenses indicaron, además, que de los 29 migrantes venezolanos 16 son niños.
“Trinidad y Tobago se encuentra actualmente bajo el último asalto, utilizando personas anónimas sin rostro armadas con niños inocentes, para tratar de obligarnos a aceptar su comprensión del estatuto de refugiado y el tratado internacional, en el que se debe esperar que una pequeña nación insular de 1,3 millones de personas mantenga las fronteras abiertas con un vecino de al lado de 34 millones de personas incluso durante una pandemia”, indicó en en Twitter.
Rowley señaló al secretario general de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro, como uno de los responsables de alimentar la situación actual de Venezuela, y de arremeter en contra de Trinidad y Tobago. Sin embargo, aclaró que el tema de la migración en su país es competencia de las autoridades trinitenses y no de la OEA.
«La OEA, bajo su equivocado presidente Almagro, ha sido responsable casi por sí sola de desencadenar y alimentar la actual situación venezolana y estos funcionarios públicos prácticamente han declarado la guerra a Trinidad y Tobago por tener la temeridad de no haberse unido a Elliott Abrams y al presidente Trump para forzar un cambio de régimen violento en Venezuela», afirmó.
Aseguró que buscan, bajo el concepto de ayuda humanitaria, permitir la entrada a su país de delincuente suramericanos.
«Bajo la rúbrica de humanitaria, esta interpretación, si se acepta, efectivamente abrirá nuestras fronteras a todo migrante económico, traficante de armas, traficante de drogas, traficante de personas y líder / pandillero suramericano. Todo lo que tendrán que hacer es hacer el viaje en barco de 7 millas y afirmar que son refugiados», dijo.
El primer ministro alertó que no permitirán que otros países les obliguen a la apertura de sus fronteras para permitir la inmigración ilegal.
«Actualmente hemos cerrado nuestras fronteras incluso a nuestros propios ciudadanos en esta pandemia y resistiríamos todos los esfuerzos de otros que están empeñados en forzar la apertura de nuestras fronteras a través de la inmigración ilegal», expresó.
Rowley aseguró que su país apoya incondicionalmente la labor de las Naciones Unidas, pero «esta amenaza» y el persistente desprecio por los destacados esfuerzos humanitarios realizados por el pueblo de Trinidad y Tobago no se ajustan al espíritu y propósito del Acnur.