La lista de países que tienen sanciones de Estados Unidos y Europa es larga. Uno de ellos es Venezuela, que según el Observatorio Venezolano Antibloqueo, suma 930 medidas en contra del país. Si bien la oposición utilizó este recurso de presión como bandera, ahora varios grupos consideran que deben ser eliminadas.
Y precisamente esto pidió el Estado en reiteradas oportunidades, que les levanten las sanciones y con ello dar muestras favorables para con la oposición. De lo contrario se mantendrá la hostilidad como la paralización de la mesa de diálogo de México.
Para muchos sorprende que los detractores del oficialismo ya no vean viable las medidas. El mismo Henrique Capriles ha dicho que estas “fracasaron”. Incluso ahora la cúpula empresarial del país –de tradición enfrentada al chavismo- también se ha unido a la solicitud de levantamiento de estas penalidades, ya sea por conveniencia o por convicción, de manera pública lo han solicitado.
«Ningún país quiere estar sancionado. El venezolano que diga que quiere sanciones es un loco. Nosotros pedimos, evidentemente, que las sanciones se levanten, eso no ha hecho sino empobrecer al país», dijo hace un par de días Adán Celis, presidente de la Federación Venezolana de Cámaras de Comercio y Producción (Fedecámaras), declaraciones que sorprendieron a muchos.
«Desafortunadamente no cumplieron los objetivos»
Según el gobierno, estas 930 sanciones, que se iniciaron en la presidencia de Barack Obama en 2015, dejaron al país sin el 99% de ingresos, lo que se traduce en más de 300.000 millones, pues el bloque impide transacciones de empresas, entre ellas Petróleos de Venezuela, la principal fuente del país.
“El tema de las sanciones ha sido bastante, pero desafortunadamente no cumplieron los objetivos para los cuales fueron impuestas y hay algunos sectores que continúan viendo las sanciones como un fin y no como un medio”, dice a El Tiempo el abogado y consultor Giulio Cellini, director de LOG Consultancy.
Para Cellini, ver las sanciones como un fin dejaría al país en la misma situación cubana, que tiene años bloqueada y sancionada y sin ningún avance político y que “al final todo se ha reducido a problemas para la ciudadanía”, puntualiza.
Esta percepción coincide con cifras presentadas por la encuestadora Datanalisis, la cual mostró que 74% de los venezolanos está en contra de las sanciones frente a un 14%. En el caso de las empresas, 88% están en desacuerdo con las penalidades.
«Si aquí no hubiese habido sanciones, bloqueos por parte del imperialismo, aquí no hubiese problemas», dijo Diosdado Cabello, primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela, durante una marcha el martes.
Aunque esta afirmación se mostró contrariada por muchos opositores y representantes de ONG, quienes insisten en que las medidas solo agravaron la crisis que ya se estaba gestado, la misma Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas ha reiterado que levantarlas mejoraría la situación del país.
Para Cabello, que ahora sectores de oposición muestren interés por eliminar las medidas, solo busca conquistar el voto de los ciudadanos para las elecciones presidenciales de 2024, sabiendo que la mayoría de los venezolanos está en contra de ellas.
Cellini afirma que más allá del tema político, levantar sanciones podría contribuir a las grandes inversiones extranjeras que desde hace tiempo abandonaron el país. “Es necesario para la recuperación económica, pero esto no va a suceder mientras existan todavía sanciones”, insiste.
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