En el día de la Resurrección de Jesucristo, la Iglesia Católica pide al gobierno del presidente Nicolás Maduro resolver la escasez y carestía de alimentos y medicinas, e invita a los venezolanos a encontrarse como hermanos y a defender los derechos que están en la Constitución.
Durante los días de reflexión de la Semana Santa que culmina hoy, la Conferencia Episcopal Venezolana recordó que hay que mostrarse sensible ante los problemas de los más necesitados, preservar la vida, buscar el camino de la paz y aliviar las dificultades por las que atraviesa la mayoría de los venezolanos.
El cardenal Baltazar Porras, presidente honorario de la CEV y arzobispo de Mérida, aseguró que el gobierno no ha trabajado por el bien y el crecimiento de sus ciudadanos, razones por las que fueron elegidos para dirigir el destino del país.
“Qué legitimidad pide este gobierno si ha aumentado la pobreza, la inseguridad y nuestros hermanos se van del país en busca de calidad y oportunidades, y deja a sus familiares desamparados. La pretensión que tiene el gobierno de prolongarse por tiempo indefinido está descalificada. No toman en cuenta que lo que legitima realmente a cualquier gobierno, más allá de lo establecido en la Constitución, es el trabajo positivo para todos y eso no lo han cumplido”, aseveró.
El arzobispo señaló que en el país no hay ningún sentido de cuidado de la vida, y que reina la inhumanidad y la desinformación.
Dijo que, como creyente, no está llamado solamente a ver la pasión y muerte de Jesucristo como sufrimiento y tortura, sino a caminar hacia la Pascua de la Resurrección. “Debemos encontrarnos para vivir con serenidad y con igualdad para todos”, agregó.
El cardenal Jorge Urosa, también presidente honorario de la CEV y arzobispo de Caracas, reiteró que el deber de la Iglesia es defender al pueblo y estar a su lado. Así como recordar que hay que mejorar la producción nacional, contener los precios de los productos, promover la importación y los bajos costos a fin de que todos los venezolanos tengan acceso a la compra.
“Llamo a la Iglesia a que tengamos una actitud valiente y de lucha por los derechos humanos que están en nuestra carta magna, pero también por los más pobres. Que la gente sepa que estamos con ellos. Ciertamente, en los tiempos de la Guerra Federal y la Independencia hubo grandes dificultades, pero de los últimos 100 años, esta es la época más dura que ha vivido la Iglesia en Venezuela. Qué hacemos, seguir adelante y meterle el pecho al reto que tenemos de dar la vida por los hermanos”, expresó durante la misa crismal que ofició el Jueves Santo en la Catedral de Caracas.
El cardenal Porras destacó que el gobierno continúa firme en su propósito de colocar barreras para que la Iglesia se vea imposibilitada de ayudar a través de la organización Cáritas. “Si el gobierno permitiera que entraran medicamentos e insumos, y diéramos un apoyo, aliviaríamos a muchos enfermos que están desasistidos”, sostuvo.
Acompañamiento. Los religiosos reiteraron que están comprometidos a estar al lado de los venezolanos, y recordaron que en el comunicado que publicaron el 19 de marzo se planteó que durante los días santos visitarían a los presos, a quienes se sienten solos por la migración de algún pariente y a los que no cuentan con medicinas ni alimentos.
El arzobispo de Caracas mencionó que para hoy está previsto que las comunidades parroquiales de todo el país preparen “ollas solidarias”. “Es un buen gesto que podemos tener con nuestros hermanos, como expresión de nuestra fe”, afirmó.
Mientras que el arzobispo de Mérida contó que en la visita a los centros hospitalarios de esa ciudad observaron la generosidad de los médicos y personal de enfermería y de otros colaboradores que, sin recursos, tratan de brindar atención a los pacientes.
Narró que cuando se acercaron a los enfermos, aunque fuera para llevar una palabra de aliento, dieron gracias y manifestaron sentirse consolados. “Nos dijeron que sabían que era poco o quizás nada para ayudar a sanar su enfermedad, pero nuestra presencia representaba un gran alivio para su espíritu. Nos solicitaron que siguiéramos luchando y pidiendo para que ellos volvieran sanos a sus hogares. Ese es el grito permanente de nuestros hermanos, que son sencillos y humildes de corazón”, agregó.
Resaltó que si el venezolano tiene el gesto de acompañar, colaborar y hacerse más sensible ante el sufrimiento del semejante, tendrá paz y serenidad, que es lo que necesita el país.
Quienes visitaron los siete templos, tradición de los Viernes Santo, expresaron que se aferran a la Iglesia para tener calidad de vida. Durante las homilías del Miércoles Santo, imploraron con lágrimas en el rostro a Jesús de Nazaret que la situación cambie para todos y regresen los que migraron. Los sacerdotes pidieron erradicar la corrupción y aumentar la atención a los desprotegidos.
Solidaridad en Semana Santa
Una semana antes de que comenzara la conmemoración de la pasión y muerte de Jesús, la Iglesia planteó una serie de actividades para demostrar la solidaridad del venezolano. Al concluir la semana, aseguraron que en cada parroquia del país y a lo largo de la semana se organizaron jornadas de oración y se realizaron gestos de misericordia y caridad hacia quienes se sienten abandonados y necesitan una expresión de ternura. Además, se pidió por el alma de quienes murieron en 2017 por reclamar valores democráticos en el país.
Durante las eucaristías, la Iglesia Católica pidió fervientemente al Espíritu Santo luz y sabiduría para poder contribuir a una salida justa y pacífica de la crisis que “golpea a todos”. Agregaron que la muerte y la resurrección de Jesús recuerdan la necesidad de vivir con amor, justicia y paz.
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