Los ministros de Exteriores de la UE rechazarán este lunes los comicios de este domingo en Venezuela e impulsarán el «máximo consenso» con la oposición y los países de la región sobre el escenario que se abre hasta el 5 de enero, cuando acabe el mandato de la Asamblea Nacional que preside Juan Guaidó.
«Tomaremos las consecuencias políticas de no reconocer la legitimidad de estas elecciones. (…) Nuestra idea, de aquí al 5 de enero, es tener el máximo consenso posible sobre la evaluación de las elecciones del 6 de diciembre y el estatus de la nueva Asamblea Nacional», dijeron el viernes fuentes europeas.
La UE no reconocerá el resultado de los comicios porque considera que no cumplen los mínimos estándares democráticos y esa será la reacción de los jefes de la diplomacia cuando se reúnan el lunes en Bruselas, en un encuentro previsto de antemano, pese a celebrarse el día después de las elecciones legislativas.
Fuentes diplomáticas españolas dijeron que los Veintisiete están a la espera de ver qué ocurrirá tras estos comicios a los que no se presentaron los principales líderes de la oposición, comandada por Guaidó, a quien la UE otorga legitimidad frente al presidente venezolano, Nicolás Maduro.
«Hay consecuencias políticas legales de cuál va a ser el impacto (…) en la persistencia de la actual Asamblea Nacional», explicaron las mismas fuentes.
«Ahí tenemos una Asamblea Nacional legítima y un presidente encargado, Guaidó, al que reconocemos como tal, y al mismo tiempo (…) habrá una Asamblea Nacional nueva, votada en estas elecciones del domingo, sin legitimidad«, continuaron.
Con vistas a este escenario, «mantenemos contactos permanentes con el presidente Guaidó y con cualquier otro miembro de la oposición», explicaron las citadas fuentes europeas.
También con Leopoldo López, actualmente en Madrid desde que en octubre abandonó la residencia del embajador de España en Caracas, donde permaneció como huésped durante 18 meses.
Bruselas insiste en que la salida a la crisis política en Venezuela pasa por la negociación entre el régimen y la oposición.
Además, el alto representante para la Política Exterior de la UE, Josep Borrell, convocará antes de Navidad una reunión ministerial del Grupo Internacional de Contacto para «analizar juntos» el resultado de las elecciones, explicaron las fuentes.
En esa aspiración por tener el mayor consenso posible entre los países de la región, Borrell habló el viernes con la nueva ministra de Exteriores de Perú, Elizabeth Astete Rodríguez, cuyo país forma parte del Grupo de Lima.
Y la UE buscará también el apoyo de «otros actores relevantes», como el gobierno del futuro presidente de Estados Unidos, Joe Biden, «que jugará un papel fundamental».
Derechos humanos
Los ministros de Exteriores aprobarán también el nuevo régimen de sanciones de la UE para castigar a los perpetradores de violaciones contra los derechos humanos, que emula a la Ley Magnitsky de Estados Unidos.
Aunque las sanciones tendrán que aprobarse por unanimidad de los Veintisiete, el nuevo régimen dará a la UE más flexibilidad para castigar a los individuos y entidades que violen los derechos fundamentales en cualquier parte del mundo, ya que no importará el lugar en que se encuentren.
En concreto, se podrán congelar los activos que tengan en la UE y se impedirá la entrada en territorio comunitario a quienes cometan atentados contra los derechos humanos, como genocidio, torturas, ejecuciones extrajudiciales o abusos contra el derecho a la libre asociación.
La ley no recibirá el nombre ni de Magnitsky -el abogado ruso que murió en prisión en 2009 después de denunciar un escándalo de corrupción-, ni de Navalni -el opositor ruso envenenado este verano, que se recuperó en un hospital alemán.
Por contra, tendrá el genérico nombre de «régimen global de sanciones de derechos humanos de la UE», como muestra de que no va dirigido contra ningún país en concreto.