En Venezuela, se han cerrado en los últimos 20 años al menos 285 emisoras de radio por instrucción de la Comisión Nacional de Telecomunicación (Conatel), que alega, según los afectados, irregularidades administrativas, que defensores de la libertad de expresión tildan de arbitrarias.
Carlos Correa, director de la ONG Espacio Público (EP), explicó a Efe que además de que algunos cierres se ejecutan por orden de funcionarios o por transmitir críticas al gobierno, en otros casos se aplican a emisoras que operan con algún tipo de irregularidad, hecho que atribuye a que la administración del espectro es un desorden y facilita la arbitrariedad.
Correa recordó, con motivo del Día mundial de la Radio, que se celebra este lunes, que se trata de un medio de entretenimiento, de conexión, de cercanía y de compañía, que al ser lesionado golpea esas posibilidades en los sectores más humildes, por lo que las medidas gubernamentales preocupan al sector.
Tarea pendiente
De acuerdo con el balance anual de EP, en 2022 el Estado venezolano ordenó el cierre de al menos 80 emisoras en el ámbito nacional, lo que sitúa ese período como el año con más emisoras radiales cerradas en las últimas dos décadas.
El líder de Espacio Público aseguró que la medida, que ha afectado sobre todo estaciones en el interior del país, refleja el debilitamiento de la libertad de expresión, al recaer sobre parte de las 700 radios que operan en Venezuela, que representan 71% de los medios de comunicación activos en todo el territorio.
Recordó que si bien la censura y ataques a los medios durante la llamada revolución bolivariana han sido ampliamente denunciados, el descontrol en la administración del funcionamiento del espectro radioeléctrico ha servido de excusa para facilitar medidas arbitrarias o discrecionales sobre estaciones radiales de todo tipo.
«El desorden es una herramienta para censurar (…) se utiliza esa línea argumental en función de eso, pues no es parte de la dinámica de restricciones. Si tú tienes un espectro bien administrado, vas a permitir que la gente pueda hablar con mayor libertad porque tienes garantías; pero si no lo tienes te haces en una situación de vulnerabilidad, y entonces es funcional a la censura», explicó.
Agregó que la organización del espectro radioeléctrico es una tarea pendiente del Estado y que el hecho de que algunas estaciones operen bajo la irregularidad es atribuible a trabas que pone Conatel, entre las que destaca la centralización de procedimientos administrativos, entrega de concesiones de corto plazo y la asignación de licencias de manera discriminatoria.
«El sistema de administración del espectro, al igual que pasa con el sistema de justicia y otros más, es un sistema que no da garantías, no le da certeza a quien está operando y, por lo tanto, facilita la arbitrariedad», subrayó Correa.
El activista señaló casos en los que las estaciones son cerradas e inmediatamente se entrega la licencia para explotar la misma frecuencia radial a otra persona o empresa, sin ningún tipo de concurso o tiempo de rectificación otorgado a los explotadores anteriores.
«Desorden deliberado»
A juicio de Correa, este desorden deliberado en la explotación del espectro radioeléctrico ha servido de marco para justificar los cierres más recientes, ampliamente denunciados por diversas ONG que en octubre rechazaron, mediante un comunicado firmado por 40 organizaciones, la suspensión masiva de transmisiones de decenas de emisoras en diversos estados.
«En Venezuela hay un desorden en la organización del espectro. Ese desorden es deliberado porque ha habido tiempo para organizarlo», afirmó Correa. Añadió que el recrudecimiento de esos cierres en el último año puede deberse a un reacomodo de la estructura de propiedad de las emisoras de radio para favorecer a otros actores dentro del chavismo».
La preocupación de organizaciones y activistas aumenta al recordar que la radio es el medio de comunicación de mayor penetración en el país y que el cierre de al menos 80 estaciones en 2022 ha incrementado la autocensura y el miedo a denunciar de quienes están al frente de esos espacios.
El cese de la transmisión de cada uno de estos canales representa, según Correa, «una reducción real para la gente que está más a nivel local» y que tiene menos opciones.
Efe contactó a varios de los directores y representantes de las radios cerradas en los últimos meses, pero se negaron a declarar sobre los motivos de las respectivas clausuras.