POLÍTICA

Iván Duque pide ayuda a OMS y OPS para vacunar a venezolanos en Colombia

por Avatar GDA | El Tiempo | Colombia

La expresión es tan sencilla como categórica: “No hay cama pa’ tanta gente”. Así lo dijo el presidente colombiano Iván Duque al explicar que el éxito del Plan Nacional de Vacunación en Colombia no puede generar un incentivo perverso para estimular la migración flotante buscando vacunas.

“Porque en ese caso, por supuesto, no hay, como dice la canción, “cama pa’ tanta gente”, exclamó el mandatario.

“En ese caso toca buscar una articulación con la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), y con la comunidad donante para que en territorio venezolano se pueda cumplir eso”, dijo Duque

El jefe del Estado aseguró que en lo que corresponde a los migrantes que obtendrán este beneficio la idea es que todos tengan su ciclo de vacunación, y “en la medida que avanzamos más con el registro y otorgamiento de las tarjetas de protección temporal eso nos facilitará llegar con información a todos ellos”.

La situación, sin embargo, se dificulta porque coincide con la lentitud de los planes de vacunación en territorio venezolano.

Al contrario, en Colombia las autoridades sanitarias buscan vacunar a los migrantes legalizados. De hecho, tras una visita oficial a Estados Unidos, el ministro de Salud y Protección Social, Fernando Ruiz Gómez, afirmó: “Esta visita representa la posibilidad de empezar a mirar temas que van más allá de lo puramente local de Colombia y cómo apalancarnos en temas fundamentales para el país”.

Ruiz agradeció a Estados Unidos la donación de vacunas, que a la fecha suman 6 millones. “Colombia es un país que agradece las vacunas y que las usa de manera eficiente”, dijo.

Ayuda de Estados Unidos

El ministro explicó que hay sintonía con el gobierno estadounidense en el propósito de tener más vacunas, especialmente dirigidas a población migrante venezolana.

«Tenemos alrededor de 800.000 migrantes venezolanos regularizados incluidos dentro del plan, pero tenemos 922.000 venezolanos que no están de manera regular y necesitamos aplicar vacunas a este grupo”, dijo.

“Lo anterior incluye vacunas donadas por Estados Unidos, así como por el gobierno de Canadá que, en reunión con la OPS, se solicitó comprarlas a través de contratos directos”.

El ministro agregó que Colombia aplicará para obtención de vacunas a través del Fondo Humanitario del mecanismo Covax.

Pero ¿cuál es la realidad al otro lado de la frontera? Un informe de la agencia EFE da cuenta de las largas filas de ciudadanos que esperan recibir su vacuna.

“Son una escena frecuente que muestra la lentitud con la que avanza la vacunación en un país donde también es habitual ver carteles que advierten que no hay suficientes Sputnik V para inocular segundas dosis”, dice el reportaje.

Además, ha comenzado a ofrecerse la vacuna cubana en pruebas Abdala, aunque, según pudo constatar EFE, el centro de vacunación de Caracas en la que se ofrece es el único semivacío.

«¡Solo mayores de 60 años y por primera vez!», gritaba una mujer vestida de miliciana mientras caminaba entre la kilométrica fila de un centro de vacunación ubicado en San Martín, un barrio de clase trabajadora de Caracas.

Ante ella, una hilera de jóvenes y adultos escuchaban impávidos, sin dejar ver el cansancio de una espera que se puede prolongar hasta por ocho horas.

Danilo Adrianza, de 74 años de edad, perdió el viaje porque, según explicó a EFE, «solo hay la china» y esta vacuna no le sirve.

Él ya recibió la primera dosis de la Sputnik V y ahora le toca «esperar y averiguar» cuándo estará disponible el fármaco ruso para completar su inmunización.

«Vine a vacunarme, pero no hay la rusa, la segunda dosis no hay», añadió Rosa Hernández, de 82 años de edad, una anciana que, operada de la columna y con una prótesis en la rodilla, llevaba 6 horas en la fila: «Me voy a la casa, ¿qué voy a hacer?».

Entre la rusa y la cubana

Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), solo 223.858 personas, de una población total de casi 30 millones, han completado su inmunización en Venezuela. El plan de vacunación en el país incluye vacunas de 2 dosis –Sputnik y Sinopharm– y ahora de 3, con la Abdala, todavía un proyecto de vacuna.

Según Nicolás Maduro, Venezuela cuenta con vacunas anticovid para inmunizar al 20% de la población, lo que supone cerca de 6 millones de personas.

Las autoridades han detallado la llegada de 3,23 millones de dosis de vacunas entre la china Sinopharm y la rusa Sputnik V y, en su declaración, Maduro no aclaró cuándo han recibido el resto de las dosis que permitirían vacunar a esos 6 millones de personas.

Siempre citando a EFE, el gobierno informa que utiliza el Sistema Patria, un mecanismo creado para distribuir ayudas y bonos sociales, para asignar los turnos de vacunación. También utiliza el sitio web habilitado por el Ministerio de Salud.

De otro lado, y según constató EFE, Fuerte Tiuna, principal complejo militar de Caracas, albergó una jornada de vacunación con pocas personas pese a que, según detalló Lidia Izaguirre, una trabajadora de esa comunidad, estaban atendiendo «a todo el que quiera llegar».

En este centro, la única disponible es la vacuna en pruebas que llegó a Venezuela a finales de junio y, desde entonces, ha recibido críticas de la Academia venezolana de la Medicina que insiste en que, por tratarse de un producto experimental, «no debe aplicarse a la población».

Una nueva realidad

Frente a esta realidad, Colombia intenta dar abrigo a esa población que huye.

Colombia ha hecho esfuerzos monumentales para tratar de ayudar a los migrantes venezolanos. Puso en marcha un Estatuto Temporal de Protección para atender a esta población que, según los cálculos de las autoridades, podría acercarse a los dos millones de personas.

A este plan, que tendría una vigencia de 10 años y permitiría, básicamente, «el tránsito de los migrantes venezolanos que se encuentran en el país de un régimen de protección temporal a un régimen migratorio ordinario» se suma ahora la idea del gobierno de vacunarlos.

Naturalmente, a los migrantes regularizados. El problema ahora es: ¿qué hacer con los que solo vienen a buscar una vacuna?