El nivel de aceptación de Juan Guaidó luego de la juramentación que hiciera ante los manifestantes el 23 de enero, en la plaza Juan Pablo II de Chacao, es de 78,7%, de acuerdo con una encuesta flash telefónica realizada por Hercon Consultores los días inmediatamente siguientes a la gran marcha en Caracas.

“Hicimos una consulta sobre todo centrada en la imagen de Guaidó luego de su juramentación y la conclusión de los datos que estamos procesando es contundente. El apoyo al hecho de que asumiera como presidente encargado es muy alta”, indica Marcos López Hernández, director de la encuestadora.

Explica que se hicieron consultas a un universo de 1.000 personas en todo el territorio nacional, de todos los estratos sociales, mayores de 18 años de edad y que dicen estar inscritos en el registro electoral. El margen de error es de más o menos 3,4%.

“Cada vez que ocurre un evento como este, las encuestadoras suelen hacer estudios para medir la percepción del hecho. Hicimos tres preguntas. La primera tiene que ver con el apoyo a Guaidó como presidente encargado y el resultado fue 78,7%. Cuando indagamos por qué, la gente manifiesta que desea darle una oportunidad a una persona nueva que lidera un proceso de cambio”, indicó.

En esa pregunta se obtuvieron respuestas similares en todos los estratos sociales. López Hernández señala que eso demuestra una visión compartida a pesar del margen de error.

La segunda pregunta tuvo que ver con la comparación de las dos personas que protagonizan el momento político en el país: Juan Guaidó y Nicolás Maduro: “En este punto preguntamos a quién apoya: a Juan Guaidó como presidente encargado o a Nicolás Maduro como presidente. Los números los estamos terminando de procesar, pero el apoyo a Maduro está alrededor de 14,4%, no creemos que pase de 14,5%”.

Y la tercera fue el apoyo a la manera como Guaidó asumió las competencias del Ejecutivo, es decir, delante de los manifestantes. A esta pregunta, 79,4% dijo que están de acuerdo con la juramentación.

Momento e imagen

La gente se congregó en la plaza Bolívar de Chacao el 25 de enero porque la noche anterior por las redes sociales llegó una invitación para que acompañaran a los diputados a una rueda de prensa. Iba a hablar Juan Guaidó por primera vez en la calle.

Llegó de punta en blanco. Chaqueta azul oscuro, camisa blanca, corbata azul rey, cabello muy bien cortado, cara fresca y sonriente. A su lado, su esposa con una camisa blanca y el cabello largo, suelto y sencillo.

Su tono de voz es profundo, pero simpático y agradable. Sus gestos son suaves y no duda en reiterar lo que le da peso a sus palabras: “Sin puños, lo que queremos es estrechar manos”, dice.

Cuando se juramentó solo llevaba puesta la chaqueta, sin corbata. Puede ser informal y formal de acuerdo con lo que requiera la ocasión. Su tez morena, su contextura delgada lo hacen muy cercano a la mayoría de los venezolanos de su edad. Es oriundo del estado Vargas.

El director de Delphos, Félix Seijas, sostiene que una de las características más importantes es que es un joven fresco que da sensación de renovación. “Cuando hacíamos estudios de liderazgos, Guaidó no obtenía ni 5%. Por eso es difícil relacionarlo con atributos negativos”, asegura.

Afirma que en el caso de Guaidó confluye el liderazgo fresco con un momento oportuno en el escenario político, y de allí su surgimiento: “Su discurso es menos elaborado, menos del político al que estamos acostumbrados. Cuando habla es como una conversación entre amigos”.

En esto coincide el politólogo Nicmer Evans: “Guaidó es ingeniero con posgrado en planificación y debe ser por esa formación que tiene un discurso muy articulado, resalta su agenda ordenada. No es retórico, es más operativo”.

El también politólogo Luis Salamanca apoya esa argumentación, pues considera que los venezolanos estaban ya cansados de discursos que parecían lo que él llama astrología política: “Guaidó no es dado a ilusionar con el discurso. La esperanza que transmite está fundamentada en hechos”.

Seijas hace notar que Guaidó se ha apoyado en un mercadeo político bastante bueno que además aprovecha que su imagen es clara y muy llana, que les llega a todos. Evans considera que es una mezcla entre un muchacho venezolano y Barack Obama, es sencillo pero puede presentarse como gentleman y genera confianza y seriedad.

“Es un político que sabe escuchar”, recalca Evans. Salamanca destaca: Guaidó apunta a un liderazgo institucionalista y no personalista, eso es muy importante”.

“Cuando hacíamos estudios de liderazgos, Juan Guaidó no obtenía ni 5%, por eso es difícil relacionarlo con atributos negativos”

Félix Seijas,

director de Delphos


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