La estrecha relación entre el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y el brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, supondrá, según expertos, un espaldarazo para mejorar la credibilidad y las garantías electorales en los comicios presidenciales del próximo año en el país, por la influencia política que el mandatario del gigante suramericano tiene sobre su homólogo y fuera del país.
Lula defendió a Maduro durante una reciente visita a Brasil, donde se celebró una cumbre de presidentes, y criticó que países europeos y americanos hayan reconocido al opositor Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela -figura eliminada en diciembre pasado- y destacó la importancia de que los ciudadanos elijan a sus gobernantes en una votación libre.
«Está en su mano que Venezuela haga su propia narrativa y que vuelva a ser un país soberano, donde solo su pueblo, a través de una votación libre diga quién debe gobernar. Y entonces nuestros adversarios van a tener que pedir disculpas por el estrago que han hecho», señaló.
Ante esto, el politólogo Pablo Andrés Quintero dijo a EFE que puede existir una petición de Lula hacia Maduro en democratizar las elecciones, levantar inhabilitaciones (a opositores), respetar los resultados y permitir la observación internacional.
Una relación de confianza
Quintero sostuvo que el presidente brasileño tiene mucha influencia sobre su homólogo venezolano, porque lo conoce desde hace años, cuando este fue canciller con Hugo Chávez (1999-2013) en el poder.
«Lula tiene un cierto grado de amistad y simpatía ideológica y política con el presidente Maduro, por lo que hay un canal directo de comunicación y la incidencia es muchísimo mayor que cualquier otro mandatario en el mundo, incluso de izquierda», apuntó.
A su juicio, el Ejecutivo del gigante suramericano tendrá peticiones para la reinserción de Venezuela en el terreno político internacional, además de buscar mejorar las relaciones económicas.
«Al presidente Lula le conviene que el presidente Maduro se enrumbe por el camino democrático y no le genere tantos estorbos a la comunidad internacional y tampoco le genere tantas incomodidades al gobierno de (Joe) Biden, porque el principal socio comercial de la región para Brasil es el gobierno de los Estados Unidos», añadió.
Igualmente, el politólogo Piero Trepiccione explicó a EFE que Lula será un mediador en la situación política del país, porque un retorno de Maduro al escenario internacional pasa porque se consolide una agenda interna y una agenda continental vinculada a una elección que aumente considerablemente el nivel de competitividad.
«Él puede jugar un rol estelar, primero, porque es el presidente de Brasil, es el país más grande y de importancia mayor en temas geopolíticos regionales, y segundo, porque ya fue presidente (….) y efectivamente, durante esos dos mandatos se caracterizó por un manejo de la diplomacia muy activo», añadió.
Aprovechar la cercanía
Las declaraciones del brasileño sobre la crisis venezolana fueron criticadas por diversos sectores de la oposición, así como por el mandatario de Chile, Gabriel Boric, quien señaló que el país pasa por una situación seria y no una construcción narrativa.
Guaidó afirmó que Lula lo atacó para blanquear el historial de Maduro, en contra de los derechos humanos y que actitudes negacionistas de jefes de estado son aval para que individuos como Maduro sigan actuando con impunidad.
Pese a esto, los politólogos consideran que el antichavismo puede ser aprovechado para poner en la agenda pública, en el ámbito interno e internacional, el tema de las elecciones presidenciales del próximo año, con garantías para la participación de todos los actores políticos.
«El estatus de la elección presidencial de 2024 debe ser incrementando, en el sentido de posicionarse como tema central en la región, y en este intento de relanzar la unidad suramericana, pueda ser tenido en cuenta para que rebote, de alguna manera, una presión hacia Maduro», indicó Trepiccione.
Por su parte, Quintero apuntó que la oposición debe reenfocar su estrategia de «castigar», desde el punto de vista mediático y propagandístico, a los aliados del gobierno venezolano, cuando los necesitan cerca para generar una mayor incidencia en el Ejecutivo.
«Gran parte de los errores de la oposición han sido ver como un enemigo a (Gustavo) Petro, en ver enemigo a Lula (…) las distintas visiones de la oposición venezolana tienen que entender que la geopolítica no se maneja de la misma forma como se maneja en el terreno local», agregó.