El bipartidismo estadounidense celebró la decisión del gobierno de Joe Biden de designar a Venezuela para el Estatus de Protección Temporal, que protegerá de la deportación a más de 300.000 venezolanos que se encuentran en Estados Unidos.
Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes del Congreso, dijo que conceder el PTS a los ciudadanos que anhelan libertades democráticas en medio de una grave crisis es un acto de gran humanidad y necesidad.
«Esta acción tan esperada envía este mensaje claro a Maduro y al mundo: estamos con el pueblo venezolano», manifestó la congresista demócrata a través de Twitter.
Darren Soto, uno de los legisladores que impulsó la medida, reconoció el hecho de que muchas familias estarán ahora seguras en territorio estadounidense.
El republicano Marco Rubio expresó su alegría de que el gobierno de Biden comparta el mismo compromiso por brindarles un alivio necesario a los venezolanos elegibles que residen en Estados Unidos.
Alejandro Mayorkas, secretario de Seguridad Nacional estadounidense, resaltó que, en tiempos de circunstancias extraordinarias y temporales, dan un paso adelante para apoyar a los ciudadanos que estén en ese país, mientras en Venezuela busca salir de la crisis.
“Las condiciones de vida en Venezuela revelan un país convulso incapaz de proteger a sus propios ciudadanos”, manifestó el funcionario.
Antony Blinken, jefe del Departamento de Estado, afirmó que el gobierno de Biden está comprometido con ayudar a los venezolanos. Subrayó que se enorgullecen de ofrecer el estatus de protección mientras los ciudadanos trabajan para restaurar la democracia y recuperar la prosperidad en su país.
«Estoy emocionada de que el presidente Biden valientemente hizo a un lado la política para tomar una medida moral y humana urgentemente necesaria», manifestó la congresista Debbie Wasserman Schultz.
Bob Menéndez, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, agradeció a Biden por cumplir su promesa de apoyar a lo venezolanos. Dijo que seguir deportándolos a la tragedia de Venezuela bajo el régimen de Maduro sería decirles que son una carga para las comunidades estadounidenses, una amenaza contra su seguridad nacional y que no son bien recibidos en ese país.