La Asamblea Nacional celebró este martes el 1.° Encuentro Parlamentario por la Libertad y Democracia en Venezuela, pero en medio de riñas y griteríos de parlamentarios chavistas y opositores.
Desde tempranas horas, en el Palacio Federal Legislativo se percibía un ambiente bullicioso con motivo de la visita de senadores extranjeros.
Alrededor de las 11:55 a. m., el diputado Williams Dávila comenzó el debate de presentación del proyecto de acuerdo sobre este encuentro.
En esta oportunidad estuvieron presentes en la Cámara los diputados Humberto Benedetto, de Argentina; Javier Maroto, José Ignacio Echániz, Belén Hoyo y Valentina Martínez, de España; y Dragos Dolanescu, de Costa Rica.
Al iniciar su intervención, Dávila afirmó que el Parlamento se ha convertido en el epicentro de la resistencia mundial. «Es una Asamblea combativa, cargada de valores y principios», dijo.
El parlamentario habló de la persecución y el acoso que el régimen de Nicolás Maduro ha mantenido en contra del cuerpo legislativo. Recordó que los diputados tienen años sin cobrar sus salarios y con los pasaportes vencidos.
A su juicio, la cúpula gobernante ha pretendido mostrar al mundo una normalidad que no existe, mientras que la oposición lucha por elecciones libres, con un CNE designado por el Legislativo.
Antes de presentar a los senadores españoles Javier Maroto y José Ignacio Echániz, la legisladora Delsa Solórzano denunció el acoso a los parlamentarios.
«Se nos acosa, se nos somete a la brutal persecución de un sátrapa que está en el poder robándose los recursos de un pueblo que pasa hambre y necesidad», manifestó.
La revuelta
Al subir los senadores españoles a la tribuna de oradores, los diputados chavistas emprendieron una serie de gritos e insultos. Los aplausos y gritos de «libertad» de los opositores trató de contrarrestar la postura oficialista.
«No estáis solos», fue lo primero que dijo Maroto al tomar su derecho de palabra. Aseguró que «los aullidos» en parte de la AN les da más fuerza para acompañar a la oposición en el proceso para «ganar la libertad, la dignidad y democracia en Venezuela».
Ante gritos de «fascista» del chavismo, indicó que «cuando más alto es el grito, más alta es la voz de unidad de todo el pueblo venezolano que demanda democracia». Mencionó que el Partido Popular, el cual representa, asumirá el compromiso de impulsar en la Unión Europea la aplicación de sanciones individuales en contra de funcionarios oficialistas.
«La voz de una mayoría fuera de Venezuela comprende y escucha las voces moderadas que defienden de forma democrática lo que debe de terminar sucediendo en este país, unas elecciones presidenciales libres para devolver la democracia», manifestó.
Mientras la intervención de Maroto se llevaba a cabo, diputados del PSUV se acercaron entre gritos a los senadores Benedetto, Dolanescu, Hoyo y Martínez. Esto generó una situación irregular, que culminó en el intercambio de palabras y empujones entre Hoyo y la chavista Nosliw Rodríguez.
Echániz tomó la palabra en la plenaria y destacó que un escenario de gritos e insultos «nunca se ve en un Parlamento democrático en ningún lugar del mundo». Recordó que la institución parlamentaria es el lugar «donde todo el mundo es capaz de expresar sus pensamientos y creencias».
Afirmó que quienes creen en la libertad son conscientes de que en el país hay un Estado fallido y una tragedia humanitaria. «Una democracia plena no solo celebra elecciones, sino de forma limpia, garantista, transparente, libre e igual para todos», agregó.
Indicó que quienes comparten principios de libertad, democracia y respeto a los derechos humanos trabajarán para que haya justicia en Venezuela. «En el mundo, más pronto que tarde, Venezuela recuperará su libertad», enfatizó.
Durante la intervención de Echániz la revuelta entre la oposición y el chavismo continuó. En esta oportunidad las discusiones subieron de tono hasta el punto de casi provocar una pelea entre los diputados Ismael León y Juan Marín.
En esta oportunidad tuvo que intervenir el ex presidente del Parlamento, Henry Ramos Allup, quien logró calmar un poco los ánimos.
Voces del mundo
Mientras los abucheos chavistas y vítores opositores continuaban, los senadores Benedetto, Martínez y Hoyo intervinieron en la plenaria.
El senador argentino abogó por una negociación entre el régimen y la oposición, que permita mejorar la calidad de vida de la población. «Mejorar la vida de la gente es lo único que importa cuando uno representa. No la van a mejorar si no hay diálogo, convivencia y si van a estar gritándose unos con otros», alegó.
Los gritos chavistas en este punto fueron en respaldo al peronismo y en rechazo a «las políticas neoliberales» de Mauricio Macri. «Soy peronista de la primera ola, pero no somos ladrones», indicó.
Ante la consigna de «fuera, Macri», respondió: «Ya se fue porque el pueblo democráticamente votó y lo aceptamos. Los que tienen problemas son ustedes, porque no hay nada que se parezca más a un fascista que un populista sin votos».
Para la intervención de las senadoras, el protagonismo lo tomaron las diputadas chavistas, quienes dirigieron la consigna de «la patria no se vende, la patria se defiende», entre otras.
La senadora Valentina Martínez señaló que han vivido en primera persona la intimidación del oficialismo, que pretende crear terror en los parlamentarios extranjeros. «Pero no lo van a conseguir», subrayó.
Transmitió palabras de ánimo y esperanza de parte del presidente del Partido Popular, Pablo Casado, quien, afirmó, les envía «abrazos, fuerza y valor para esta lucha». Ratificó el apoyo del PP español y europeo.
«No han estado solos antes y no lo van a estar a partir de ahora en ningún momento. Donde estemos los diputados del PP habrá la voz de una Venezuela libre y democrática por unas elecciones, que es lo que pide el pueblo», expresó.
Belén Hoyo condenó al régimen de Maduro del que, aseguró, «es un régimen de verdugos». A su juicio, no es solo el gobernante chavista el verdugo, también lo son «aquellos cómplices que le apoyan».
Considera que el oficialismo debería sentir vergüenza de la destrucción del país, de asesinar a civiles y de tener presos políticos, además de sentirla por dejar sin oportunidades a los jóvenes; a los hospitales, sin equipos médicos, y a la nación, sin medicinas.
«No entiendo por qué están tan envalentonados, cuando deberían estar absolutamente avergonzados», les dijo.
Ratificó el compromiso de la comunidad internacional con la lucha venezolana. «Igual que ustedes no se rinden y defienden la libertad, nosotros tampoco descansaremos hasta conseguir una Venezuela libre», enfatizó.
El chavismo
Los diputados del PSUV tildaron de intervencionistas a los senadores extranjeros y acusaron a la oposición de recurrir a la violencia para intentar un cambio político.
El legislador Julio Chávez afirmó que el chavismo va a responder a la injerencia con la misma contundencia y dignidad con que lo hizo Bolívar. «Ustedes a nosotros no nos van a imponer absolutamente nada. La patria de Bolívar y Chávez se respeta. Váyanse pa’l carajo, parlamentarios irresponsables», manifestó.
Gerardo Márquez, por su parte, indicó que la oposición participó en el golpe de 2002 y ha desconocido todas las elecciones.
Recordó que el chavismo ha ganado 23 de las 25 elecciones celebradas desde 1998. «La democracia representativa quedó en el pasado, nosotros representamos la democracia participativa y protagónica, razón por la cual 67,8% apoyó a Maduro en 2018», señaló.
El acuerdo
De los 127 diputados presentes en la plenaria ―93 de la MUD; 28 del PSUV; 3 de la Fracción 16 de Julio; 1 de Cambiemos y 2 Independientes―, la mayoría opositora acogió los términos del manifiesto suscrito por los senadores extranjeros. El documento ratifica el apoyo al presidente interino Juan Guaidó, a la AN, y exige la celebración de elecciones presidenciales libres en el país.
El manifiesto leído en la Cámara por el senador Dolanescu también alerta sobre la emergencia humanitaria, el ataque a la sociedad civil y la persecución a la disidencia.
Los opositores demandaron el cese de las agresiones y acoso en contra del Parlamento, además de que exigieron la liberación de Roberto Marrero y Juan Requesens.
Ratificaron, a su vez, que la AN se mantiene firme en la búsqueda de una solución pacífica a la crisis política que atraviesa el país.
Mientras que la secretaria leía el acuerdo, los senadores fueron despedidos del hemiciclo de sesiones por el mandatario interino, aunque en medio de la consigna de los chavistas «fuera los fascistas de la patria de Bolívar».
Masacre de Ikabarú
Parlamentarios chavistas y opositores rechazaron la masacre de Ikabarú, que ocurrió el 22 de noviembre en el sector Pemón N.° 7, estado Bolívar. La oposición responsabilizó al régimen y a los grupos irregulares, quienes han causado al menos 40 masacres desde 2016. El chavismo, por su parte, culpó a la oposición y al «bloqueo extranjero» de la tragedia que originó ocho muertos, según fuentes.
El diputado Ángel Medina fue el encargado de abrir el debate a alrededor de la 1:48 p. m. Aseguró que quienes tienen el poder están «manchándose de sangre por su voracidad y ambición».
A su juicio, el Arco Minero ha destruido la vida de los habitantes del estado Bolívar. «Ahora se impone la cultura de la sangre y las balas, donde la fuerza es la nueva forma de determinar quién manda en una zona que se ha convertido en instrumento de destrucción de las familias de Guayana», enfatizó.
El parlamentario Freddy Valera pidió una investigación en contra de Álex Saab y otros ciudadanos ligados al oficialismo por la explotación ilegal de oro.
Indicó que la situación que se presenta en Bolívar es un problema entre delincuentes y funcionarios gubernamentales que explotan oro. «Hoy traen a la guerrilla para sacar a los pranes con el agravante de que las toneladas de ese oro que dicen producir no entran el BCV, sino que va directo al bolsillo de los delincuentes de las minas», enfatizó.
El chavista Ángel Parica pidió a la AN abocarse a un plan para declarar una zona especial en el Arco Minero, que les permita a los venezolanos formar parte «del nuevo modelo de producción que requiere el país, de una economía diversificada».
Violencia contra la mujer
Los diputados opositores exigieron al Estado cumplir con el mandato de la ONU y convenios internacionales para erradicar la violencia de género.
Acordaron garantizar desde la AN y la subcomisión de Mujer e Igualdad de Género el apoyo a los programas, campañas y proyectos relacionados con la lucha contra la violencia de género, además de promocionar el Centro de Denuncias contra Violencia hacia la Mujer y alertar sobre la vulneración del derecho a una vida libre de violencia de las mujeres.
La diputada Tamara Adrián fue la encargada de presentar el acuerdo. Tildó de terrible la violencia de género que se vive en el país. Afirmó que en el primer trimestre de 2019 hubo 49 muertes de mujeres, nueve a manos de sus parejas militares y policías.
Recordó que la Fiscalía General de la República informó que ha recibido 1.000 denuncias de víctimas que han sufrido violencia de género, de las cuales solo han sido tramitadas judicialmente 9.400, y solo llegaron a sentencia, 172.
«Si sacásemos una regla de tres, llegaríamos al 0,01% de los casos efectivamente sancionados», precisó.
Pidió a la plenaria trabajar por erradicar la violencia de género y garantizar a las mujeres una vida libre de violencia.
Ileana Medina, del PSUV, afirmó que las mujeres más violentadas en el país han sido las rectoras del CNE. A su juicio, estas han sido criticadas y cuestionadas por «el solo hecho de ser mujer».
Aseguró que la revolución reconoció a la mujer no solo desde el punto de vista social y económico, sino políticamente. «Este último es uno de los tabúes del mundo neoliberal», enfatizó.
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