El diálogo entre el gobierno y la oposición venezolana continúa pausado, un hecho que según analistas políticos afecta al país.
Nicolás Maduro destacó recientemente que no existe la «motivación» necesaria por parte de su gobierno para retomar el diálogo. A su juicio, la oposición no cumple con los acuerdos pautados, entre ellos la creación de un fondo con recursos congelados en el exterior que ayuden a las necesidades de los venezolanos
Sin embargo, Gerardo Blyde, coordinador de la Delegación de la Plataforma Unitaria, negó tal incumplimiento. Manifestó que no se establecieron lapsos para la liberación de los recursos y que estos se incorporarían progresivamente.
Julio Borges, vicepresidente de relaciones internacionales de Primero Justicia, dijo que hay mala disposición del gobierno, pues no avanzan en materia de derechos humanos y políticos. Asimismo, expresó que la comunidad internacional no debe «caer en la presión» del oficialismo.
El también opositor Ángel Medina calificó de «excusas» las acciones del gobierno para no avanzar en las negociaciones.
Al respecto, Maduro dijo en noviembre: «¿Elecciones libres quieren, justas y transparentes?, elecciones libres de sanciones, libres de medidas coercitivas unilaterales, que las quiten todas. Que se las lleven todas para ir a unas elecciones frescas, bonitas, buenas, en el momento en el que la Constitución determina, el Consejo Nacional Electoral como órgano rector».
El país pierde sin diálogo
Los únicos perdedores ante un fracaso del diálogo entre el gobierno y la oposición son los venezolanos, advierten analistas políticos, según La Voz de América.
El consultor político Oswaldo Ramírez dijo que la oposición pierde si no se establecen parámetros deseados para el proceso electoral, mientras que para Maduro, al no demostrar su compromiso, la posibilidad de flexibilizar sanciones podría revertirse.
Coincide con esto la analista política Indira Urbaneja, que considera necesaria la flexibilización de sanciones, por lo que ve como fundamental un acuerdo político para lograrlo.
«Si las partes no vuelven a la mesa de diálogo, se complica la situación interna. Recordemos que en este momento el gobierno tiene muy pocos ingresos», señaló Urbaneja.
Tras el encuentro el año pasado entre funcionarios de la Casa Blanca y el Estado venezolano, Ramírez considera que esa conversación se podría repetir para alcanzar algunos objetivos.
Entre ellos detener la migración, brindar condiciones que ayuden a frenarla y ayuda energética para sobrellevar la crisis mundial.
Asimismo, dijo a La Voz de América, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, desempeña el papel de «llevar y traer la voz» de la comunidad internacional al mandatario venezolano.
El experto no descarta que el presidente colombiano se convierta en un mediador del diálogo y que se logre un cambio de perspectiva.
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