Familiares de Iríanny Yelimar Bruces, una joven venezolana asesinada en Ciudad Juárez, México, pidieron ayuda a las autoridades mexicanas y al Estado venezolano para repatriar el cuerpo de la joven, que permanece en el servicio médico forense de esa localidad fronteriza desde abril.
Marina Riera, madre de la joven de 21 años de edad, dijo en un video compartido por la periodista independiente Judith Torrea que no cuentan con los recursos necesarios para realizar los trámites para poder llevar a Venezuela los restos de su hija.
«Les pido a las autoridades de Juárez, con el corazón dolido y entristecido por lo que le pasó a mi hija asesinada en esa ciudad, les pido su colaboración para poder repatriar el cuerpo de mi hija», manifestó.
Ismary Bruces, otra familiar de la víctima, también envió una carta dirigida al embajador de México en Venezuela, Leopoldo de Gyves de la Cruz, en la que solicitan ayuda por ser una familia de escasos recursos de Tinaquillo, estado Cojedes.
«El Estado de México debería responder por los gastos de traslado porque fue en su país que mi hija perdió la vida y hasta el momento no hay un culpable; sé que no le van a devolver la vida a mi hija, pero, por lo menos, la ayudaría a descansar en paz», se lee en la carta.
La familia también pidió apoyo al gobierno venezolano. En Twitter solicitaron al fiscal general Tarek William Saab y al presidente Nicolás Maduro colaboración para repatriar el cuerpo de Bruces.
La joven, que se encontraba en México con el objetivo de cruzar a Estados Unidos, fue asesinada el pasado 26 de abril junto a otra venezolana que no ha podido ser identificada.
La fiscal Wendy Paola Chávez Villanueva, especializada en Investigación de los Delitos de Género del Estado de Chihuahua, al que pertenece Ciudad Juárez, señaló que la joven fue encontrada muerta poco después con signos de agresión física e impactos de bala.
Ese día, las dos venezolanas fueron vistas lavando ropa en una lavandería cercana al puente Paso del Norte y al alojamiento donde habían dormido por una noche. Dos horas después, individuos las bajaron de un vehículo a plena luz del día y las asesinaron.
En la escena del crimen se encontraron 13 casquillos percutidos calibre 9 milímetros.