La Bendición del Mar, que cada año se realiza el Domingo de Resurrección y junto a miles de fieles, se celebró este domingo en Malecón de Puerto Cabello, aunque sin devotos debido a las restricciones impuestas para evitar la propagación del virus covid-19.
Monseñor Saúl Figueroa Albornoz, obispo de la diócesis de Puerto Cabello, expresó que la ceremonia estuvo marcada por mucho sentimiento, reseñó El Carabobeño.
“Ojalá que esta pascua del señor nos ayude a que seamos personas más conscientes, serviles y comprometidas para ayudar a buscar soluciones a los problemas del país”, pidió.
La Bendición del Mar es, en su palabras, «reconocer nuestra resurrección, porque el agua representa nuestro bautismo por medio del cual hemos muerto y resucitado con Cristo, nos trasladamos a nuestro bautismo y compromiso como cristianos en estos momentos tan difíciles y complicados que estamos experimentado, producto de la pandemia y de la situación global del país que cada día se agrava más».
Como cada año, el acto se realizó al borde del mar con el Santísimo Sacramento, luego de la Misa de Pascua que se ofició en la Catedral de la ciudad, a las 8:00 a.m., en presencia, únicamente de quienes hicieron lo servicios del altar.