Familias pesqueras del occidente del estado Falcón, a través de fotos y videos, denunciaron el primer derrame de petróleo del 2025 en el sector Punta Caimán, en el Golfete de Coro. La zona está ubicada a unas dos horas de Coro, capital de la entidad.
Las comunidades estiman que la filtración de crudo comenzó entre el 15 y el 19 de enero. Se produjo en el oleoducto LOL-3 Puerto Miranda-Cardón, una tubería que traslada petróleo desde el estado Zulia, y recorre 243 kilómetros hasta la refinería de Amuay, en la península de Paraguaná (estado Falcón). Los últimos 23 kilómetros del oleoducto se sumergen en el agua y cruzan el Golfete de Coro por Punta Caimán.
Para este martes, 21 de enero, se estimaba que el derrame de petróleo abarca unos 40 kilómetros aproximadamente, según imágenes de la zona. El crudo se observa tanto en tierra firme como en las masas de agua cercanas a Punta Caimán, dijo a Crónica Uno un experto en teledetección satelital.
Además del crudo, hay aceites y fracciones más livianas en el agua, incluyendo componentes volátiles y una mezcla compleja de materiales tóxicos y contaminantes, muy cercana al área conocida como “La chorrera”, zona de reproducción de camarones y peces, según contaron algunos de los presentes en el lugar del siniestro.
El Consejo Nacional de Pescadores Hugo Chávez Frías y demás afectados manifestaron su preocupación por las consecuencias de la filtración. Las autoridades iniciaron las labores de contención el lunes 20 de enero, pero hasta la publicación de este texto no habían logrado controlar el derrame, en parte por el deterioro de las tuberías.
Pescadores sin poder trabajar debido al derrame petrolero
Una de las comunidades afectadas por el derrame es Mitare, una población pesquera, ubicada al occidente del municipio Miranda, compuesto de unas 1.200 familias.
90% de sus residentes se dedican a la pesca y a la comercialización de lo obtenido en la faena, productos que son entregados a caveros que los distribuyen a la capital de Falcón y otras ciudades del centro del país. 10% restante son funcionarios públicos o se dedican a la cría de caprinos, el cultivo de sábila y de pequeños conucos en sus patios.
Manuela es una de las tantas mujeres pescadoras que día a día se lanzan al mar para poder sustentar a su familia de cinco personas. “Nosotros los pescadores decidimos hacer la denuncia con fecha y hora de las imágenes. Siempre nos tildan de interesados o mentirosos. Por ello, un grupo de pescadores se fue hasta la zona de desastre para tener evidencia de lo que ocurría”, dijo.
En el pasado Manuela se vio afectada por las arremetidas de las corrientes de agua, que por momentos son tan fuertes que destruyen las lanchas para pescar. Ahora las embarcaciones están manchadas de petróleo por el derrame que llega hasta el Muro de Mitare. Contó que también perdió insumos como redes y motores fuera de borda.
Otro de los pescadores, que no quiso dar su nombre, expresó: “Estoy indignado porque cada día es mayor la ineficiencia y las injusticias que se cometen contra el sector pesquero, y cómo se nos viola el derecho al trabajo y a la alimentación. Esa es nuestra triste realidad”.
Impacto a largo plazo
Desde el lunes en las calles del pueblo de Mitare se observan gran cantidad de vehículos de organismo de seguridad del Estado que transitan por las trochas que simulan las vías alternas de esta comunidad. Los habitantes dicen que también hay presencia de buzos en la zona de remate del Muro de Mitare.
Según explican los especialistas, los procesos de descomposición de los hidrocarburos en agua salada son complejos. Hay intervención de flora bacteriana, además de los elementos ambientales: temperatura del agua y del aire, radiación solar, vientos, humedad.
Los productos finales son altamente tóxicos e incluyen azufre, nitrógeno, fósforo, potasio, cloro y metales pesados.
Por esta razón, los habitantes de las comunidades de toda la costa del Golfete —Río Seco, Mitare, Punta Cardón, Tiguadare, Tacuato, Ocorote, Médano Blanco— han perdido el recurso pesquero tras cada derrame de petróleo que se produce en la entidad, y presentan niveles altos de desnutrición.
Muchos pescadores han tenido que abandonar la actividad pesquera, al menos en el área del Golfete, y han migrado a pescar en aguas cercanas a las islas ABC (Aruba, Curazao y Bonaire).