Los gobiernos de Perú y Venezuela retomarán sus relaciones diplomáticas al más alto nivel al haber designado y aceptado a sus nuevos embajadores en Caracas y Lima, informaron este viernes fuentes oficiales peruanas.
La Cancillería de Perú anunció que Venezuela otorgó «el beneplácito de estilo» a la designación de Richard Fredy Rojas García como nuevo embajador peruano en Caracas.
A su vez, Perú extendió «el beneplácito correspondiente» a la designación de Alexander Gabriel Yánez Deleuze como nuevo embajador de Venezuela en Lima.
Con estas designaciones, ambos países ponen fin a más de cuatro años sin embajadores. Esto debido a que Perú retiró a su representante en Caracas en marzo de 2017 y expulsó al venezolano en agosto de ese año, durante el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski (2016-2018).
El régimen de Kuczynski solo mantuvo las relaciones a nivel consular y promovió las acciones del Grupo de Lima, mientras apoyó el ingreso de migrantes venezolanos a su país, que actualmente acoge a más de 1,2 millones de ellos.
Evolución del proceso político entre Perú y Venezuela
La Cancillería peruana agregó este viernes, en un comunicado, que las designaciones de Rojas García y de Yánez Deleuze responden «a la evolución del proceso político venezolano y al reconocimiento recíproco como interlocutores legítimos que se han dispensado el gobierno y la Plataforma Unitaria de Venezuela».
«El diálogo que se desarrolla en México ha permitido que la oposición participe en el proceso electoral del 21 de noviembre para elegir autoridades regionales y municipales», sostuvo.
Agregó que el restablecimiento de la embajada de Perú en Caracas «permitirá atender mejor» a los peruanos residentes en Venezuela, así como «buscar una solución a la situación humanitaria de los ciudadanos venezolanos en el Perú».
Sostuvo que, además, se podrá «acompañar los esfuerzos que despliega el pueblo venezolano, con el apoyo de la comunidad internacional, para resolver sus problemas, de manera soberana y acorde con los principios hemisféricos de protección y promoción de los derechos humanos y defensa de la democracia».
Reunión en México
El pasado 18 de septiembre los presidentes de Perú, Pedro Castillo, y de Venezuela, Nicolás Maduro, sostuvieron una reunión fuera de agenda durante la sexta cumbre de jefes de Estado de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).
Este encuentro generó duras críticas de la oposición política y gran parte de la prensa peruana, al punto que el canciller Óscar Maúrtua debió acudir el 28 de septiembre a dar explicaciones ante la comisión de Relaciones Exteriores del Congreso.
Maúrtua aseguró, en ese momento, que el encuentro «se produjo teniendo en cuenta el principio de igualdad jurídica de los Estados» y con el objetivo de intensificar la cooperación consular bilateral.
A pesar de ello, la cita no había sido informada por ninguno de los dos gobiernos hasta que fue desvelada por el entonces primer ministro peruano, Guido Bellido, en un mensaje donde reprendió públicamente al vicecanciller, Luis Enrique Chávez, por decir que la postura de Perú era no reconocer autoridad legítima en Venezuela.
Países mantienen relaciones
El canciller peruano también recordó que Lima y Caracas no han roto relaciones diplomáticas y dijo que la intención era atender «en mejores condiciones» a los peruanos en Venezuela y «gestionar una regularización migratoria segura» de los venezolanos en Perú, «que evite acoger a ciudadanos con historiales delictivos».
El canciller también aseguró que Perú apoya el proceso de diálogo y negociación que se desarrolla entre el gobierno y la Plataforma Unitaria de Venezuela en México, con el apoyo de Noruega y el acompañamiento de Rusia y los Países Bajos.
En una presentación previa ante la comisión de Relaciones Exteriores del Parlamento, Maúrtua dijo que la posición del gobierno peruano respecto al Grupo de Lima se ciñe a la última declaración de este grupo hecha en enero pasado.
En esa declaración, el Grupo de Lima hizo un llamado a un proceso de transición que facilite una salida pacífica y constitucional a la crisis venezolana y rechazó la legitimidad de la Asamblea Nacional al afirmar que era producto de elecciones fraudulentas organizadas por el régimen ilegítimo de Nicolás Maduro.
El ministro aseveró que la posición del Perú se encuentra en concordancia con la Carta de las Naciones Unidas, que se opone a la intervención en cualquier asunto de la jurisdicción interna de los Estados y que aboga por la paz y la seguridad internacionales.