Temor, dice el abogado Perkins Rocha, es una de las sensaciones que ha afectado a los partidarios del candidato presidencial opositor, Edmundo González, tras la votación del pasado 28 de julio, en que el gobierno dio por ganador a Nicolás Maduro.
Rocha, vocero oficial del Comando con Vzla, plataforma politica de la campaña de González, insiste en que «los resultados electorales no solo contrarían lo que en las calles de Venezuela ese día ocurrió, las pruebas de la boca de urna, sino básicamente las actas que por ley los testigos recogen ese dia en las más de 30.060 mesas electorales que hubo».
«Detenciones arbitrarias»
Asegura que en cuanto la oposición comenzó a difundir los resultados que manejaban, «empezó contra nosotros una represión absoluta. Tenemos dirigentes desaparecidos, no sabemos cuál es su destino ni hacia dónde los pudieron Ilevar. Han invadido los hogares de las personas vinculadas a la campaña sin orden de captura».
El dirigente detalla el caso de Maria Oropeza, de la agrupación Vente Venezuela: «Una mujer de 28 o 30 años, que
vive sola en su casa en el estado de Portuguesa. Hizo un video cuestionando una operación cívico-militar. Rompieron su puerta y se la llevaron los policías». Por lo mismo, dice, «temo por la seguridad de mis compañeros y de mi familia, y las más de 8 millones de personas que nos manifestamos en estas elecciones. Por los testigos, porque solo el Comando con Vzla, el cual yo represento, postuló en el pais a 90.000 testigos».
Perkins Rocha cree que es el momento para que la comunidad internacional suba la presión contra el gobierno venezolano para permitir un diálogo. «El problema no es anular unas elecciones, el problema aqui es reconocer la voluntad soberana y revisar nuestras pruebas. Entonces, la presión externa podria crear una especie de auditoria internacional paritaria con grupos adversos al régimen o paises cercanos al régimen y puedan entre ellos entenderse» dice.
El abogado, sin embargo, advierte que no es lo mismo que los paises de la región presionen a gobiernos respetuosos del orden internacional que a Caracas. «Maduro ha sido calificado como de forajido internacional. Yo soy beneficiario de una decisión de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que en el año 2008 le exigió al gobierno del señor Chávez que me reincorporara al Poder Judicial del cual indebidamente fui retirado. Por supuesto, Chávez no cumplió con ese mandato. Es un régimen al que no le gusta el escrutinio internacional. Bueno, es el momento en que las instituciones internacionales demuestren si vale la pena que los ciudadanos respetemos el orden internacional», reflexiona.
«Diplomacia activa, no diplomacia fría»
Rocha recuerda que en Venezuela «tuvimos 40 años de estabilidad económica y democrática hasta el 2000. Acogimos a todos los hermanos de América que sufrieron terribles dictaduras, como la chilena, la argentina o la brasileña. Bueno, llegó el momento de que nos ayuden a nosotros. Vemos todavía muy tibia la etapa de la denuncia internacional, la etapa del crear foros donde se denuncie lo que está ocurriendo».
«Vamos a una situación peor y hay que detenerla con la primera arma de la democracia que es la diplomacia activa, no la diplomacia fria», advierte, y luego recuerda que la diáspora venezolana ya alcanza a cerca de 8 millones de personas que «salieron huyendo del hambre, la enfermedad y la represión».
«Un gobierno arbitrario que se niega a reconocer la voluntad soberana de los venezolanos ya se convierte, más allá de un problema politico, en un problema de crisis humanitaria para la región, grave, estamos hablando de una diáspora que va a incrementarse, lo que obliga a la comunidad internacional a elevar la discusión y a forzar al régimen madurista a que se siente con la comunidad internacional. Ya no es el tiempo de mirar hacia otro lado, de esconder la cabeza como el avestruz. Yo apelo a que se desempolven todos los tratados internacionales que sobre asistencia a venezolanos han existido y que se cree una presión internacional. Adentro estamos solos en Venezuela».