Construidos bajo el concepto de ofrecer a los visitantes una ventana para entrar en contacto con la naturaleza y la fauna en medio del caos citadino, los parques recreativos de la ciudad capital hoy día se encuentran a merced de la improvisación y el descuido por parte de los entes encargados. Si bien actualmente se llevan a cabo labores de recuperación y mantenimiento en la mayoría de estos espacios, El Nacional pudo comprobar durante un recorrido que, pese a las mejoras, el deterioro en el Parque Generalísimo Francisco de Miranda (Parque del Este), el Parque del Oeste «Alí Primera», y el Parque Zoológico Caricuao sigue avanzando. Otros puntos de interés como el Parque Zoológico El Pinar y el Parque Los Chorros se encontraban cerrados.
Los parques son la primera opción de esparcimiento de los caraqueños, especialmente de los que buscan una alternativa económica para disfrutar en la familia. Además, estos lugares brindan a los ciudadanos la oportunidad de entrar en contacto con la naturaleza y aprender sobre la preservación del medio ambiente que les rodea. De allí la importancia de su conservación y acondicionamiento, que hoy día se ve amenazada especialmente por quienes deberían ser garantes de su protección: el Instituto Nacional de Parques (Inparques), adscrito al Ministerio de Ecosocialismo (Minec), antes Ministerio del Ambiente.
Así lo denunció Marlene Sifontes, secretaria del Sindicato Unitario Nacional de Empleados Públicos del Instituto Nacional de Parques (Sunep-Inparques), quien destacó que el ente gubernamental lejos de garantizar el uso sostenible, la conservación y la permanencia de los potenciales ecológicos de los parques, se ha convertido en cómplice de la alteración de estos espacios.
Parque del Este
El aire fresco inunda los pulmones al pasar sus puertas, mientras que el sonido de las cornetas de los vehículos y el ajetreo de la ciudad es reemplazado por el canto de las aves. La vegetación se impone en sus más de 64 hectáreas de extensión, y a lo lejos, el Ávila complementa un paisaje que transmite tranquilidad y paz. El Parque del Este, inaugurado en 1961, es uno de los parques recreativos más importantes de Caracas y de los que más problemas presenta desde hace varios años.
Una de las irregularidades más graves, de acuerdo con Sifontes, es la construcción de otro parque en las instalaciones del estacionamiento número dos. Este lugar contará con diversas zonas dinámicas, entre las que se incluirán trampolines y camas elásticas, algo que no va en concordancia con el paisajismo natural del Parque del Este dispuesto por el arquitecto brasileño Burle Marx.
La representante de Sunep-Inparques explicó que esta construcción va en contra del Reglamento para Parques de Recreación a Campo Abierto y de Uso Intensivo, que establece que no se puede alterar el concepto original del parque.
«El Parque del Este es una joya paisajística que tiene una declaratoria de patrimonio. Cada vez que se cambia el concepto original del parque, se le resta valor histórico. Esto también afecta lo que es la botánica original del parque que se encuentra en las islas del estacionamiento, y se afecta a los usuarios que visitan el lugar con sus vehículos. Se está haciendo en una zona protegida, cuando es un lugar que pudiese estar en cualquier otra zona de la ciudad e incluso en el Parque Bolívar que está muy cerca. Se supone que este parque es para que el ciudadano se encuentre con la naturaleza y se despeje del movimiento de la ciudad», señaló.
El equipo de El Nacional verificó que gran parte del estacionamiento dos ha sido cercado y ya pueden verse columnas de acero de lo que parece ser una gran estructura. En un aviso, colocado en la cerca, no se especifica qué compañía está llevando a cabo la construcción de este parque.
Con respecto a la renovación del buque Leander, ubicado en el lago número 9 del parque, Sifontes manifestó que también se desconoce qué empresa está llevando a cabo los trabajos. El cartel que informa a los usuarios sobre el cierre de esta atracción tampoco ofrece mayores detalles. Los trabajadores usan uniformes alusivos a Inparques y el Minec.
El Nacional intentó contactar a representantes del Ministerio de Ecosocialismo para obtener mayor información con respecto a las irregularidades en los parques, pero hasta el momento de la redacción de esta nota no se obtuvo respuesta.
Las labores en el buque Leander, que tiene al menos tres años cerrado para el público, parecen estar avanzando. Se observaron pilas de madera nueva en el sitio, y toda la carcasa que cubre al barco ya fue retirada.
Sobre este punto, Sifontes aseguró que los obreros que trabajan en el buque viven en el parque, en habitaciones improvisadas dentro de las oficinas de la antigua dirección de Programas Especiales.
«Es normal que en los pasillos se vea ropa guindando. Además, Inparques le cedió a esta empresa el comedor del personal del parque para que atiendan a los obreros. Es decir, se usa para darle comida a unos trabajadores de empresa privada, mientras que el personal del parque no tiene ni un microondas para calentar sus alimentos o siquiera acceso a agua potable», reclamó.
La secretaria de Sunep-Inparques denunció que el Parque del Este se ha estado convirtiendo en un hotel. Afirmó que exdirectores del lugar se quedan en ocasiones a dormir y pernoctar dentro de las áreas.
Cuando se creó este parque, se construyeron una serie de pozos profundos para facilitar el mantenimiento de las áreas verdes y con el objetivo que no se afectará el consumo de agua en Caracas. Actualmente, mientras que gran parte del sistema de riego no funciona, el líquido no llega a todas las zonas y los niveles de las lagunas están cada vez más bajos, el parque es utilizado como llenadero de camiones cisternas.
«Estas cisternas no prestan ningún servicio al parque, al contrario, ocupan las áreas e incluso se toman gran parte del estacionamiento 2, limitando aún más el espacio en este lugar donde ya está cerrado gran parte por la construcción ilegal», advirtió Sifontes.
Otra reciente denuncia está relacionada con el costo del estacionamiento, el cual pasó de costar 4 bolívares a un total de 12. Esto representa un gasto importante para las personas que van todos los días a ejercitarse o para quienes frecuentan mucho el parque.
Sifontes reveló que el estacionamiento fue cedido a una empresa privada, la cual aporta al parque apenas 20% de las ganancias percibidas. «Esto ha causado gran malestar entre los empleados, pues este es el único ingreso que tiene el parque y debería ser el que utilizado por la coordinación para resolver los problemas que se presenten», agregó.
Se dio a conocer hace poco que en las islas centrales del lago 9 se ubicó un grupo de monos que, extraoficialmente, provienen de Margarita. El Nacional verificó que los animales se encuentran en el lugar, sin embargo, se desconoce a qué especie corresponden.
«Al ubicar a estos monos en las áreas del lago número 9 se está violando las normas del parque. Allí se encuentran los botes, por lo que los animales no se pueden localizar en un área en donde los usuarios pueden tener fácil acceso. Algunos usuarios suelen ser imprudentes y osados lo que puede traer problemas tanto para ellos mismos como para los animales. Por ejemplo, si alguien llega a esta zona los monos pueden verlo como un intruso que está invadiendo su territorio, por lo que naturalmente van a defenderse», explicó Sifontes.
En cuanto al resto de la fauna del parque, se pudo observar durante el recorrido que hay muy pocos animales. Las áreas se encuentran sucias, con poco mantenimiento y las aguas se encuentran turbias. Sifontes señaló que desde hace años Inparques no informa sobre la muerte de los animales, por lo que se desconoce realmente cuántas especies faltan.
En muchas áreas del parque es notable el descuido. La grama está muy alta en algunas zonas, mientras que otras es escasa. Diversas estructuras de juego para los niños se encuentran en mal estado, y la vigilancia es escasa. Corredores han reportado robos.
Parque Zoológico Caricuao
Ubicado en la parroquia Caricuao, al suroeste de la capital, es otro de los parques más visitado por las familias caraqueñas. Con su agradable clima de montaña, este zoológico alberga más de 300 animales de todo el mundo.
Aunque fue objeto de denuncias de descuido en los últimos años, la reciente adquisición de tres leones blancos ha revivido el interés de los ciudadanos. Cientos de personas han acudido en las últimas semanas para observar a los felinos que llegaron a Venezuela en junio desde la República Checa, una pequeña nación de Europa Central.
A diferencia del Parque del Este, en el Zoológico Caricuao los visitantes deben cancelar una entrada, aunque bastante accesible. El precio es de 2 bolívares por adulto, mientras que los niños entran gratis. Quienes vayan en vehículo deben cancelar el equivalente a un dólar.
El panorama en el lugar es muy diferente al observado hace algunos años e incluso meses atrás. Las áreas están mucho más verdes, los animales se observan en mejor estado y las zonas están más limpias. Sin embargo, algunos problemas siguen presentes.
Durante el recorrido realizado por El Nacional se pudo observar que varias zonas de exhibición están vacías y algunas en mal estado. La vegetación ha reclamado los espacios, y en ciertas áreas se observan estructuras completamente abandonadas.
Donde antes estaba la elefante Ruperta, que falleció en junio en presunto estado de desnutrición, ahora solo hay un hipopótamo que se oculta en una laguna sucia. En la zona de los venados solo se pudo observar a un solitario, aunque la espesa maleza dejaba ver muy poco.
Al igual que en otros parques, el personal es escaso en el Zoológico Caricuao. Los bajos salarios y la falta de instrumentos de trabajo han ocasionado una fuga del personal preparado, y los pocos que quedan hacen lo que pueden para mantener las áreas con los materiales que tienen a su disposición.
En el área de los felinos, los nuevos leones blancos observan a los visitantes con cautela. Los tres adultos, dos machos y una hembra, se muestran algo aburridos. Mientras que separada del resto, una cachorra de pelaje claro se ve más enérgica y se alegra al ver a su cuidador. Sin duda son los animales que causan más curiosidad entre los visitantes, tanto adultos como niños, que se paran algunos minutos a mirar su majestuosidad.
Los dos leones rojizos, un macho y una hembra, se ocultan de las miradas en la vegetación de su jaula, que se ve un poco descuidada. Lo mismo hacen los leopardos, mientras que el curaguaro camina ansioso alrededor de la cerca.
Los monos juegan libres por todo el parque. Se roban la atención de los visitantes, y en ocasiones también alguna que otra golosina que le quitan a los más descuidados. Las cabras y los cerdos suelen escapar de sus jaulas, y se muestran dóciles a las caricias de los pequeños.
Otros animales exóticos lucían más solitarios y letárgicos, pero en general en buenas condiciones. Algunos visitantes aplaudieron la recuperación de gran parte del parque, y esperan que las mejoras continúen.
Parque del Oeste Alí Primera
Inaugurado en 1983, el Parque del Oeste Alí Primera condensa gran cantidad de edificios y espacios de recreación. Aunque la entrada se encuentra en muy buen estado, los buhoneros ubicados en la fachada limitan la visión de los visitantes.
Una vez dentro del parque, las instalaciones lucen, en su mayoría, cuidadas. Las caminerías están limpias y la grama en gran parte de las zonas se encuentra baja. Solo unas pocas áreas son la excepción, donde la vegetación casi oculta los bancos destinados para sentarse.
El equipo de El Nacional observó unas pocas zonas con basura, pese a que hay papeleras localizadas a lo largo del parque. Por su parte, las canchas deportivas, el anfiteatro y la concha acústica, estaban en buenas condiciones. Solo algunos juegos infantiles evidenciaron algo descuidados.
El área de la laguna estaba sucia al momento de la visita, presentando en algunas áreas una gran cantidad de basura represada. La fauna es escasa, pese a que en un principio el parque fue concebido para albergar zorros, conejos y marsupiales, así como lagartijas e iguanas.
En este parque se suelen organizar fiestas de cumpleaños, ya que cuenta como sus kioscos y terrenos acondicionados para esto.
Dentro de los límites del parque también se encuentra el Museo Jacobo Borges, así como la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen, y el edificio del antes Grupo Escolar y Escuela Normal Miguel Antonio Caro. Este último fue declarado Monumento Histórico Nacional y es hoy Sede Rectoral de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador y del Liceo Miguel Antonio Caro.
Parques cerrados
Entre los sitios de esparcimiento que en su momento fueron clave para los caraqueños también se encuentra el Parque Zoológico El Pinar. Tras un gran número de denuncias de mal estado en los últimos años, fue entregado a Inparques para su administración y se encuentra cerrado al público desde febrero por trabajos de rehabilitación.
En marzo, Josué Lorca, ministro de Ecosocialismo y presidente de Inparques, publicó en sus redes sociales que el Zoológico El Pinar sería transformado en un centro de rescate y rehabilitación de fauna silvestre.
«Será un espacio destinado para el manejo de los ejemplares producto de comisos, ilícitos ambientales, entregas voluntarias, rescates y cuarentenas extraordinarias; con el fin, de ser reincorporados a su entorno natural o reubicados en centros de conservación aptos para recibir dichas especies», dice la publicación.
Ni Lorca u otro funcionario del ministerio han informado sobre la fecha de reapertura de este parque, localizado en El Paraíso.
El Parque Los Chorros también se encuentra cerrado al público por los momentos. El Nacional se acercó hasta el lugar, donde algunos trabajadores indicaron que se encuentran realizando labores de reparación. Aseguraron que desconocen cuándo abrirá nuevamente sus puertas.
Este parque está ubicado en las faldas del Parque Nacional El Ávila en Caracas. Fue inaugurado el 7 de agosto de 1971. Cuenta con una extensión de 4,5 hectáreas con árboles tipo caobos, bucares, mangos, ceibas, guanábanos y animales como ardillas, guacharacas, perezas y peces. Dispone de una cascada de 20 metros que es alimentada por la quebrada Tocomé, así como pozos artificiales donde los visitantes pueden bañarse y nadar. También tiene áreas para hacer picnic, cafetería, y parques infantiles.
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