El activista por los derechos humanos venezolano Lorent Saleh y el Parlamento Europeo, conmemoraron este viernes el centenario del nacimiento del físico y disidente ruso Andréi Sájarov a través de un emotivo video difundido por el activista en sus redes sociales, y que fue estrenado por el organismo en un debate realizado en su sede en Bruselas.
En el video, Saleh y la vicepresidenta Heidi Hautala hablan sobre el trabajo que desarrolla la Comunidad Sájarov en favor de los derechos humanos y, especialmente, en apoyo a las distintas causas por la dignidad humana en el mundo.
Igualmente, Hautala destacó el performance artístico realizado por Saleh en las instalaciones del Parlamento Europeo en Bruselas, en la que se recreó una celda de tortura como La Tumba, en la que él mismo fue torturado, asegurando que actividades como esa permiten que los eurodiputados puedan entender mejor cómo son estas violaciones de derechos humanos para miles de personas alrededor del mundo que sufren este tipo de vejaciones por el simple hecho de expresar sus opiniones y criticar a los gobernantes.
Lo más importante de todo el proceso de selección de las causas que finalmente son galardonadas con el Premio Andréi Sájarov, expresa la vicepresidenta, es mantenerse en contacto con los galardonados y sus causas después de la ceremonia de entrega del Premio. A pesar de que muchas veces es difícil para el organismo defender los derechos de las personas, el compromiso de la institución permanece posteriormente a la premiación.
Por su parte, Saleh expresó que para él el Premio Sájarov fue un mensaje de “no estás solo, por favor, no te rindas”, y que para los galardonados significa mucho más que un respaldo o un galardón a una sola persona, sino que es el reconocimiento a toda una causa, lo cual da fuerzas para no rendirse y seguir luchando hasta alcanzar la libertad.
Andréi Sájarov (1921-1989) fue un físico nuclear ruso que jugó un destacado papel en el desarrollo de la bomba de hidrógeno en medio del contexto de la guerra fría entre la antigua Unión Soviética y Estados Unidos. Sin embargo, luego se dio cuenta de las implicaciones reales de sus descubrimientos y del riesgo que representaba una guerra mundial nuclear para el bienestar de la humanidad, razón por la cual se convirtió en un activista contra la proliferación de armas nucleares y en favor de los derechos humanos.
Su oposición a la carrera armamentística rusa-estadounidense trajo como consecuencia que el régimen ruso tomara represalias en su contra, obligándolo a alejarse de los laboratorios, deportándolo y aislándolo en Gorki, una ciudad cerrada e inaccesible a los extranjeros, de la cual no podía salir y en la que se le privó hasta de una línea telefónica hasta 1986, tres años antes de su muerte.
En 1975 recibió el Premio Nobel de la Paz, y en 1985 el Parlamento Europeo estableció el “Premio Sájarov a la Libertad de Conciencia” en su honor, el máximo galardón en materia de derechos humanos en Europa que se otorga anualmente para homenajear a personas u organizaciones que han dedicado su vida a la defensa de los derechos humanos y las libertades.