Juan Pablo Pernalete fue asesinado por la Guardia Nacional Bolivariana, de eso su padres nunca tuvieron dudas, y las autoridades venezolanas, cuatro años después, lo confirmaron. Supieron desde el día uno que el nombre de su hijo estaba en la lista de las víctimas de la brutal represión. En el año 2017, desde abril hasta junio, miles de opositores salieron a protestar masivamente contra el gobierno de Nicolás Maduro. La crisis era inaguantable.
Uno de los motivos de Juan Pablo para salir a protestar eran las condiciones del sistema sanitario del país. Su hermana María Gabriela, que falleció en enero de 2020, padecía de cáncer y al joven le había tocado vivir su enfermedad. Pero su caso, uno de los más emblemáticos de la lucha frustrada de los jóvenes por un cambio político en el país, se convirtió en un tema de manipulación para el chavismo.
Lo impactó una bomba lacrimógena
El 26 de abril, el joven de 21 años de edad, estudiante de la Universidad Metropolitana, fue asesinado en medio de la bestial represión de una protesta opositora en Altamira, estado Miranda. Recibió en su pecho el impacto de una bomba lacrimógena, confirmó la exfiscal general Luisa Ortega Díaz el 24 de mayo de 2020.
Pero desde el gobierno de Nicolás Maduro se sembró una matriz de opinión que causó daño moral y psicológico a los familiares: aseguraron que a Juan Pablo Pernalete lo asesinaron con una pistola de perno personas que estaban en la protesta y a través de los medios estatales se le acusó de ser un terrorista. Diosdado Cabello y Ernesto Villegas son tan solo dos de los altos funcionarios que se apresuraron en sus conclusiones.
Cuatro años después, y bajo la presión internacional por las graves violaciones de los derechos humanos que se han cometido en Venezuela, el fiscal general chavista Tarek William Saab reconoció en mayo pasado que, efectivamente, el joven murió luego de recibir el impacto de una bomba lacrimógena en su pecho. Anunció, en ese momento, que por este caso fueron imputados 12 funcionarios imputados por homicidio preterintencional en grado de complicidad correspectiva.
Una puerta hacia la justicia por la muerte de Juan Pablo Pernalete
Elvira y José, padres de Juan Pablo Pernalete, confían en que se abrió una puerta hacia la justicia real luego de que la Fiscalía de la Corte Penal Internacional decidió que el caso de Venezuela pasó a la ansiada fase de investigación por la presunta comisión de crímenes de lesa humanidad. Esperan que haya justicia, pero verdadera, la que le han negado.
“No negaremos que tuvimos sentimientos encontrados. Por una parte, sentimos satisfacción porque se nos abrió esa puerta hacia la justicia que no conseguimos en Venezuela. Pero, por otro lado, sentimos un vacío porque toda esta lucha, y todo lo que representaba, hasta dónde habíamos llegado, también representaba la ausencia de nuestro hijo. Oramos mucho, agradecimos mucho a Dios. En el momento fue difícil de procesarlo, pero primero estaba la esperanza y el agradecimiento porque es la única manera de que consigamos justicia efectiva y genuina porque en Venezuela no hay voluntad ni interés”, manifestó Elvira, su madre, en una entrevista con El Nacional.
José, el padre, reconoció que la primera impresión que tuvieron fue de sorpresa. No esperaban, al igual que muchos venezolanos, otras víctimas e incluso organizaciones de derechos humanos, que Karim Khan, fiscal de la Corte Internacional, hiciera el anuncio en el Palacio de Miraflores, ante el propio Nicolás Maduro y varios de sus altos funcionarios, incluidos Tarek William Saab, fiscal general de su gobierno, y su vicepresidenta Delcy Rodríguez.
“Protegen la cadena de mando”
“Celebramos que se haya dado esta decisión en favor de las víctimas que no encontramos justicia en Venezuela. Lo vemos como el inicio de una recompensa por todo el esfuerzo y el trabajo que hemos emprendido durante estos años porque en Venezuela hay un sistema completamente parcializado y todas sus decisiones dependen del poder central. Nos niegan la justicia, retrasan los procesos investigación y, aparte de eso, por supuesto, van a favor de los victimarios para proteger la cadena de mando. Lo vimos como un gran avance y como un gran paso, pero nos falta mucho todavía por recorrer”, expresó.
—¿Cómo definen todo el tiempo en el que han estado luchando para conseguir justicia? ¿Se sienten preparados para asumir lo que viene?
—Elvira: Tenemos que prepararnos tanto física como emocionalmente, y también prepararnos para seguir trabajando, documentando, porque ahora, en esta nueva fase, seremos actores para la entrega de información. Tal vez nos llamen, tal vez seamos más activos en la parte de documentar y dar testimonios. En la parte emocional aprendimos, de mucho dolor y sufrimiento, que estos son procesos muy largos, que debemos tener paciencia y fortaleza, prepararnos para ver la justicia. Buscamos estos sistemas universales porque aquí en Venezuela no conseguimos justicia, nos revictimizan constantemente, juegan a cansarnos, a ocultar la verdad de los hechos; y estos procesos, aunque son más largos, son la única esperanza que tenemos de ver justicia porque aquí no la vamos a ver, y es por eso que seguimos trabajando y luchando duro porque lo hacemos por amor. No nos vamos a rendir. Juan Pablo en uno de sus tuits decía: “Unas veces se gana y otras veces se pierde, pero esta vez no estoy dispuesto perder. Te amo, Venezuela«.
—Creo que los valores y los ideales de Juan Pablo Pernalete son unas de las primeras fuentes para continuar con lo que él empezó. Seguiremos hasta las últimas consecuencias. Tal vez no veamos tan anhelada justicia, pero sé que la vamos a sembrar, sé que sembraremos esa semilla para buscarla. Esperamos verla, créeme que lo pedimos todos los días, que se acorten los procesos, pero también trabajamos para fortalecernos espiritual y emocionalmente para lo que nos viene. Hay que seguir documentando los asesinatos para que sean incluidos en la fase de investigación en este proceso.
—José: Vemos también como parte favorable que ahora vamos a ser considerados como víctimas por parte de la Corte Penal Internacional, ahora seremos escuchados. Nuestros testimonios estarán presentes al momento de que se tomen decisiones con respecto al juzgamiento de las personas que cometieron crímenes de lesa humanidad, específicamente las ejecuciones extrajudiciales, no solamente la de nuestro hijo Juan Pablo, sino las de los más de 180 jóvenes asesinados en el 2017. Nosotros ahora tenemos esa fortaleza, de que las víctimas seremos consideradas ante la Corte Penal Internacional.
—¿Tienen la certeza de que los llamarán a testificar sobre el caso de Juan Pablo Pernalete? Liliana Ortega, presidenta del Cofavic, dijo que posiblemente no a todos los convoquen para que presenten sus testimonios.
—Elvira: Desde que comenzamos esta lucha en noviembre del 2017 fuimos partícipes de la propuesta que hizo el secretario Luis Almagro, cuando él llevó a varias víctimas para que dieran sus testimonios ante los expertos de la Organización de Estados Americanos, que hicieron un documento para los países que introdujeron la solicitud ante la Corte Penal Internacional de que se abriera la investigación. Hemos venido documentando toda la información de lo que ha pasado en el caso de Juan Pablo, hemos buscado a otros padres para que ellos también documenten en los informes que se han hecho ante la Organización de las Naciones Unidas. En los informes de la Misión de Determinación de los Hechos está claramente especificado el caso de Juan Pernalete, donde se establece cómo fue la violación arbitraria de su vida y toda la documentación.
—Nosotros, a través de todos estos años documentado, hemos presentado testimonios, recabado, ayudado a poner a un granito de arena. En este impulso, para esta etapa, esperamos que seamos llamado ante la Corte, hemos trabajado durante todos estos años, hemos documentado en todas las instancias internacionales donde hemos podido ir, hemos hablado con relatores, embajadores, representantes de derechos humanos a nivel internacional, y es un trabajo que es un pequeño grano de arena en toda esta estructura de los defensores de derechos humanos, e incluso de los periodistas, de muchas personas que impulsan esta causa. Queremos seguir siendo partícipes de todo este proceso de justicia que necesita Venezuela.
—José: Tuvimos que acudir a estas instancias para que nos pudiesen escuchar. Como le dijimos en un principio: aquí en Venezuela no hay intención ni voluntad de darnos justicia porque no hay Estado de Derecho, donde las instituciones sean autónomas. Todas dependen del poder central, y la orden es ocultar diluir, atrasar y, por supuesto, someternos a este grado de incertidumbre y de sufrimiento en la búsqueda de justicia para que abandonemos y desistamos de la lucha.
—Elvira: La política de Estado es mantener la impunidad. Entonces, si tú nos hablas de procesos largos, este proceso en Venezuela también será larguísimo y menos vamos a conseguir justicia. Por lo menos en la CPI tenemos una esperanza, aquí ni siquiera la tenemos porque juegan es a cansarnos, a anularnos, y los victimarios protegen a la cadena de mando, a los responsables de las violaciones de derechos humanos y no a las víctimas.
“Nos quitaron hasta el miedo”
—Como familia, y ahora cuando hay mayor presión sobre el gobierno, ¿sienten miedo de sufrir persecución o de que les suceda algo? La investigación puede ser determinante sobre lo que pudiese ocurrir con la cadena de mando.
—Elvira: Desde el mismo día en el que asesinaron a Juan Pablo a nosotros nos han sometido a amedrentamientos y a hostigamientos, han llamado a hijo delincuente, criminal, y fuimos amenazados. Nos cambió la vida. El día en el que mataron a Juan Pablo nos quitaron todo, hasta el miedo; hemos aprendido a luchar y no sabemos todavía de dónde sale toda esta fuerza. Creo que es la fuerza del amor que tenemos hacia Juan Pablo. Claro que hay miedo, en el sentido de que mientras ellos se sientan más amenazados más van a arremeter, pero nosotros queremos quedarnos aquí en Venezuela, no queremos irnos del país. Queremos seguir luchando, queremos seguir trabajando, Juan Pablo nunca se fue, nosotros no lo vamos a hacer. Esperamos que no y, mira, vivimos un día a la vez y ese día trabajamos y luchamos en función de esta misión que tenemos.
—José: Cuando comenzaron las persecuciones, amenazas y amedrentamientos cinco países nos ofrecieron asilo y les dijimos que no. Primeramente porque llevaremos este dolor a cualquier lugar del mundo adonde vayamos y, por otra parte, porque se hubiese apagado la lucha de Juan Pablo, y la de todos esos jóvenes asesinados. Hay muchos jóvenes asesinados que dieron su vida por la misma razón por la que Juan Pablo salió a protestar y que hoy prácticamente nadie se acuerda de ellos. Porque esto ha sido constante, día a día. Sabiendo que está prohibido olvidar el gran esfuerzo y el sacrificio de cada uno de esos jóvenes y que recibirán su justicia en el momento determinado, cuando en Venezuela encontremos todas las condiciones y exista un sistema de justicia real, que se aboque a dar la justicia a todos los familiares de esos jóvenes asesinados, prácticamente ejecutados por las fuerzas del gobierno, por el simple hecho de proteger esto que hoy tenemos, que es completamente un desastre.
—Por eso los asesinaron, por eso la grandeza de esos muchachos no puede borrarse de un día para otro. Sabemos los riesgos que enfrentamos, pero, como dije, ya perdimos todo, hasta el miedo. Estamos reclamando justicia, nosotros no le asesinamos el hijo a nadie, ellos nos deben a nosotros, nos mataron a nuestro hijo, mataron nuestros sueños, nuestra continuidad, era nuestro hijo único, en el que teníamos todas nuestras esperanzas, nuestros proyectos de vida, nuestro futuro. ¿Por qué seguir en esta tierra? Ellos lo acabaron con todo eso por el simple hecho de que un joven salió a protestar. Protestar no es un delito, protestar es un derecho, protestar es saber que las cosas no están bien, protestar es un derecho universal que tienen todos los ciudadanos en el mundo y eso no le da derecho a nadie a quitarle la vida a ninguna persona, en ninguna parte del mundo, y es por eso que estamos firmes, porque se lo debemos a Juan Pablo, porque se lo debemos a cada uno de esos muchachos ejecutados por querer un país distinto.
—Elvira: Y, ¿qué buscamos nosotros? ¿Qué podemos dejar de aporte con esta lucha? Justicia, verdad y reparación integral, no solamente para nosotros sino para cientos de víctimas, en memoria de ellos, y las garantías de que estos hechos no se volverán a repetir en Venezuela, que un joven salga a manifestar y no regrese a casa, porque los órganos de represión del Estado le quitaron su derecho por disentir, por pensar diferente.
“Como familia nos destruyeron”
—¿Cómo manejan la ausencia de Juan Pablo y, al mismo tiempo, la indignación por toda la injusticia que han vivido?
—Elvira: Juan Pablo era nuestro único hijo y teníamos una niña adoptada, nuestra hija; a nosotros como familia nos destruyeron. Gabriela sufría de cáncer, esa era una de las razones por las que Juan Pablo también salía a protestar, porque no había un sistema de salud y el vivió toda la enfermedad de su hermana. Gabriela siguió luchando contra el cáncer, pero luchó también después de la muerte de Juan Pablo contra una depresión muy fuerte, fue muy difícil para ella superarlo, y murió el 19 de enero de 2020. Nos destruyeron como familia. Yo todavía, como madre, a veces me pregunto cómo sigo, de verdad, sí te soy sincera, es un dolor que comienza conmigo desde la mañana hasta que me acuesto, mi pesadilla comienza cuando yo despierto. Vivir sin ellos, vivir sin Juan Pablo, es un reto diario, es una lucha diaria. Hemos tratado de buscar alternativas, de buscar psicólogos. Yo soy católica, me refugio mucho en mi religión, en Dios, que es lo que me tiene de pie, y la lucha por mi hijo. Vivo un día a la vez, y supero los retos un día a la vez, trato de vivir un día a la vez, supero un día a la vez y me aferro a Dios y a mi hijo, a la fortaleza y a la valentía de mi hijo.
—José: El 7 de febrero de este año me operaron a corazón abierto de un mixoma que descubrieron de casualidad, pudimos recoger las ayudas, los aportes de todos, de los venezolanos y de otras personas que no son venezolanos, pero que conocen, a través de las redes sociales, el caso de Juan Pablo. Pero lo que me levanta es que tenemos que ver la justicia, que la muerte de ellos no fue en vano y que los asesinos de Juan Pablo tienen que estar ante la justicia. Cuando hablamos de estas personas nos referimos a los actores materiales e intelectuales porque esto obedece a un plan preconcebido del Estado. Estas fueron ejecuciones que obedecen a un patrón sintomático. Nosotros sabemos que somos la voz de nuestro hijo y si se apaga esta voz, ¿quién va a seguir en esto eso? Es la fuerza. Cuando me levanto lo primero que hago es agradecer a Dios por un día más. Ellos van a pagar, enfrentarán la justicia, y celebramos este gran paso que se logra para las víctimas en la búsqueda de la justicia. Más temprano que tarde van a pagar por todos los delitos que han cometido. Todos.
Irregularidades de la investigación de la muerte de Juan Pablo Pernalete
—¿Cuál es el estado de la investigación por el asesinato de Juan Pablo y cuáles son las irregularidades que hasta la fecha han documentado?
—Elvira: Nosotros llevamos dos causas. Una por el asesinato de Juan Pablo y la otra por el asesinato moral, el daño moral y psicológico, que nos hicieron a nosotros cuando estos medios de comunicación, Venezolana de Televisión, canal 8, Últimas Noticias y los altos personeros del Estado se encargaron de sembrar una matriz de opinión falsa, donde decían que a Juan Pablo lo habían asesinado a sus compañeros con una pistola de perno. Esa investigación ante el Ministerio Público y ante el Tribunal Supremo de Justicia está en cero, no han hecho absolutamente nada. Nos ha costado conseguir alguien en la parte civil a alguien que nos ayude a demandarlos por el daño moral que nos hicieron, así como ayudaron malamente a este personaje, al que ni siquiera nombraré, porque los personajes nefastos (Diosdado Cabello) no hay que nombrarlos, por el que le quitaron unos activos a El Nacional. Nosotros, más que nadie, podemos demandar, pero lamentándolo mucho en Venezuela, en la parte civil, hay miedo.
“Tarek aceptó la verdad”
—Y no se ha avanzado ni siquiera en la parte penal por el asesinato de Juan Pablo, que la tenemos desde el año 2017. Todavía está en fase de investigación. Debido a la presión que hemos tenido mi esposo y yo, y debido a la presión internacional que tiene encima, Tarek aceptó la verdad de los hechos, que nosotros veníamos diciendo durante todos estos años, que a Juan Pablo lo asesinó la Guardia Nacional, pero el fiscal que tenemos ahora, después de 15 fiscales que nos han revictimizado, pretende imputar a los guardias nacionales por preterintencionalidad con grado de responsabilidad correspectiva. ¿Qué significa eso? Preterintencional es un delito que está en el Código Penal que, en palabras llanas, significa que el guardia intentó hacerle un daño a Juan Pablo, pero, en el intento, le causó la muerte. Esa es la preterintencionalidad. Y la responsabilidad correspectiva, que ellos también pretenden añadirle al imputación, es que lo asesinó un tumulto cuando es mentira. Podemos demostrar con todas las pruebas, los testigos, con los videos, con el golpe que tenía Juan Pablo en el pecho, que el guardia le disparó la bomba lacrimógena directamente, a la zona más amplia del cuerpo, que es donde está el corazón. Si de verdad él intentaba hacerle daño, ¿por qué no disparó hacia un brazo o una pierna? Él lo sabía claramente, porque ellos tienen que estar estudiados para ir a una manifestación, que si lanzaba una bomba lacrimógena directamente al cuerpo iba a ser letal; todos los procedimientos dicen cómo se trabaja ese armamento a nivel internacional, que tiene que ser disparado hacia arriba para dispersar protestas. El guardia sabía que si disparaba iba a ser letal y la distancia fue menor de 20 metros. Todo eso está documentado.
Los 12 guardias involucrados en la muerte de Juan Pablo Pernalete no están presos
—El fiscal del caso pretende ahora darle esa calificación y hacernos sentir un grado de culpabilidad al decirnos que Juan Pablo se provocó la muerte al salir a protestar y al estar tan cerca de los guardias. Evidentemente este fiscal está parcializado y lo hemos denunciado y se lo hemos dicho, le hemos dado escritos por escritos, le hemos hecho solicitudes de investigación para individualizar al guardia y nos las niega por defecto de forma, no de fondo, violándonos nuestros derechos a solicitar una investigación imparcial y efectiva. Tenemos todas las formas de documentar que aquí la imputación que el fiscal Tarek William o el Ministerio Público le está dando al caso de Juan Pablo no corresponde ni a la realidad ni a la gravedad de los hechos. Ellos están protegiendo a la cadena de mando y a los victimarios; y mandarle un mensaje a muy claro a los guardias, que ellos van a poder seguir reprimiendo porque estos 12 guardias nada más fueron presentados ante un tribunal y dijeron que los iban a investigar por el caso de Juan Pablo Pernalete. Todos están en sus comandos, como si no tuvieran ninguna responsabilidad siguen sus vidas sin ningún tipo de consecuencias. Es una calificación que en el Código nada más te da cinco años de prisión y, dependiendo del tribunal, pueden hasta quedar libres. Entonces, ¿cuál es la justicia que nos van a dar a nosotros ante un hecho tan grave de violación derechos humanos y un crimen que está documentado por la Misión de Determinación de los Hechos? Claramente se sabe que es un crimen grave cometido como crimen de lesa humanidad. Te podrás imaginar todos estos entramados en el Ministerio Público en contra de nosotros, que no nos está dando una justicia real y efectiva, nosotros hemos documentado, evidenciado, la denegación de justicia, lo que hemos hecho, porque sabemos que en Venezuela no vamos a conseguir una justicia verdadera en el caso de Juan Pablo.
—¿Creen que el papel que tuvo Luisa Ortega Díaz fue importante? Hablo de cuando apareció, de manera sorpresiva, y dijo que Juan Pablo murió por el impacto de una bomba lacrimógena. ¿Habrían llegado tan lejos si esa rueda de prensa no se hubiese dado?
—Elvira: Por voluntad de Dios a ella se le abrió el entendimiento de que tenía que hacer su trabajo. En el caso de Juan Pablo Pernalete en el Ministerio Público, en ese momento, hizo el trabajo que tenía que hacer.
—José: Ejercer la función penal y la investigación. Ella cumplió en su momento con su deber como la alta representante del Ministerio Público, que puso más, que puso menos, no. Estaba dentro de sus funciones hacer su trabajo.
—Y si vamos hacia ese momento, las investigaciones avanzaron más rápido que con Tarek William Saab.
—Elvira: Ella se pronunció el 24 de mayo de 2017, dos días antes de que se cumpliera un mes del asesinato de Juan Pablo. Recuerdo que en esa misma rueda de prensa se dijo que en pocos días iban a tener al guardia individualizado, pero después la sacaron del Ministerio Público. Nos quedaremos con la interrogante de si en ese mismo año hubiésemos tenido al guardia que le disparó a Juan Pablo, al autor material, y a los guardias que estuvieron presentes. Hizo su trabajo en su momento y pudo haberse continuado. Cuando entró Tarek se paralizó la investigación, él mandó a comenzar todo; y todas las investigaciones arrojaron los mismos resultados: que un guardia asesinó a Juan Pablo. A él no le quedó más que reconocerlo, después de dilatar el proceso tantos años. Todo arrojó los mismos resultados. El Ministerio Público no tuvo interés para tapar y proteger a la cadena de mando por el caso de Juan Pablo. En el expediente reposa claramente el Plan Guaicaipuro, y ellos querían dilatar el proceso, que se diluyera, pero se consiguieron con unos padres que no se iban a cansar y aquí seguimos luchando. Hemos llegado hasta donde hemos llegado por la lucha y el esfuerzo constante.