La salud de los pacientes renales del estado Lara se encuentra en riesgo debido a la falta de gasolina en el país. Cada día, durante varias horas, estas personas hacen largas colas en las estaciones de combustible, pese a que el sector salud debería tener prioridad para abastecerse de combustible.
«Perder una diálisis acorta la vida de los pacientes renales. En Lara hay decenas de pacientes que no pueden abastecer sus carros con gasolina para llegar a las unidades», denunció en Twitter la Red de Derechos Humanos del estado Lara.
En esta entidad existen aproximadamente 900 pacientes renales y muchos de ellos no cuentan con combustible o transporte para desplazarse a las unidades de diálisis.
«En Lara hay un promedio de 900 pacientes renales que se dializan en 9 unidades. Algunos comienzan a faltar a las sesiones porque no tienen cómo trasladarse. No hay gasolina ni unidades de transporte«, indicó un usuario en Twitter con el hastang #DiálisisEnRiesgo.
Denuncian que las rutas de transporte habilitadas por las autoridades locales no se ajustan a los turnos de diálisis y tampoco cubren todos los sectores. Muchos de los pacientes aseguran que se quedan en las paradas porque los choferes de estas rutas, no se detienen.
Quienes tienen vehículo, aun cuando realicen las largas colas para surtir de gasolina, no tienen garantías de lograr llenar el tanque, pues puede que se agote el combustible esperando el turno.
Los pacientes crónicos deberían tener trato preferencial en las estaciones de servicio, tal y como lo afirmó la Gobernación del estado Lara en varias ocasiones. Sin embargo, según La Prensa de Lara los funcionarios de seguridad que custodian las bombas de gasolina no cumplen estos lineamientos.
Gilberto Querales, paciente renal atendido en la unidad de diálisis El Ángel, indicó al medio de comunicación regional que diariamente junto con otros enfermos recorren diversas estaciones buscando combustible.
«Van a ser las 12:00 del mediodía y yo no he desayunado. Tengo diálisis a las 2:00 de la tarde. Lo he dicho mil veces en la bomba, pero a los funcionarios parece no importarle. Estoy mareado. Tengo la tensión alta», expresó mientras esperaba en la cola de una estación.
Marielys Daza, hija de una paciente renal, reclamó el mal trato de los funcionarios, aun cuando se trata de personas delicadas de salud.
«Dicen que no hay gasolina, pero las personas que pagan en dólares tienen derecho de llenar el tanque. Nosotros como afectados le hacemos un llamado a la gobernadora Carmen Meléndez para que se ponga al frente de los enfermos y dé respuesta a los pacientes», dijo.
René Rivas, presidente del Colegio de Médicos, aseguró que en las estaciones de servicio tampoco le dan prioridad al personal sanitario. «Somos un sector priorizado que no está siendo atendido«, indicó.