La violencia sexual es un método de tortura utilizado con frecuencia por los organismos de seguridad del Estado, especialmente por la Dirección de Contrainteligencia Militar (Dgcim) y el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), confirmó la Misión Internacional Independiente de determinación de los hechos de la ONU sobre Venezuela.
En el informe presentado este miércoles por la misión, se documentaron 45 incidentes que incluyen 89 actos específicos de violencia sexual que involucran a múltiples víctimas.
«De esos incidentes, 9 ocurrieron en el contexto de manifestaciones, 34 ocurrieron durante interrogatorios o detenciones de disidentes u opositores, y 2 ocurrieron durante operaciones de seguridad», indica el documento.
Esto lo corrobora el exdirector del Sebin Cristopher Figuera, quien dijo a la misión que la institución tenía un comportamiento cultural de tortura.
74% de los incidentes de violencia sexual fueron perpetrados contra hombres y 30% contra mujeres, de acuerdo con la investigación. Sin embargo, la misión advirtió que es posible que existan muchas más víctimas que por miedo o falta de confianza en los organismos judiciales decidieron no denunciar sus casos.
La misión indicó que el uso de la violencia sexual como técnica represiva se aplicó durante circunstancias coercitivas como el arresto y la detención de personas por servicios de seguridad del Estado.
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Actos de violencia sexual y de género documentados
- Violación sexual utilizando partes del cuerpo u objetos (3 casos confirmados).
- Amenazas de violar a personas o hacer que otras personas las violen (19 casos confirmados).
- Amenazas de violación u otros tipos de violencia de género contra familiares mujeres de las víctimas (5 casos confirmados).
- Violencia sexual incluyendo el manoseo de senos, glúteos y genitales y azotes (10 casos confirmados).
- Desnudez forzada incluso durante períodos prolongados (23 casos confirmados).
- Violencia dirigida a los genitales, incluidas las palizas o la aplicación de descargas eléctricas (24 casos confirmados).
- Requisas corporales invasivas e innecesarias a personas detenidas o visitantes (5 casos confirmados)
Además de la violencia sexual, la investigación destacó que también se usan otras técnicas de tortura como posiciones de estrés, asfixia, golpes, descargas eléctricas, cortes y mutilaciones, así como amenazas de muerte y tortura psicológica.
Responsabilidad de la Dgcim y el Sebin
La Dgcim y el Sebin perpetraron la mayoría de los actos de violencia sexual documentados por la misión, 24 y 10 incidentes, respectivamente. Los ataques fueron cometidos contra ciudadanos vinculados a la disidencia militar o la oposición política.
«Funcionarios utilizaron la violencia sexual como medio de tortura para obtener confesiones o información de las víctimas, infligiendo tanto dolor físico como humillación y angustia psicológica. Estos hechos se llevaron a cabo generalmente en los centros de detención de los servicios de inteligencia, en particular la Dgcim de Boleíta, el Sebin de El Helicoide y el Sebin de Plaza Venezuela (La Tumba), bajo el control de funcionarios de mayor rango. La Dgcim también perpetró algunos de los actos documentados en las casas clandestinas, denominadas casas seguras», destacó el informe.
La Misión indicó que recibió información fidedigna de un hombre detenido que fue violado en la Dgcim de Boleíta.
“Los comandantes, incluyendo las autoridades de alto nivel dentro del Sebin y la Dgcim, tenían pleno conocimiento de este patrón de crímenes, que a menudo ocurrían en los mismos edificios donde trabajaban. La misión ha registrado los nombres de más de 45 funcionarios del Sebin y de la Dgcim directamente responsables que deben ser investigados y procesados”, dijo Francisco Cox, miembro de la misión.
Otros actos de violencia sexual registrados vinculan a funcionarios de la GNB y la PNB durante las protestas antigubernamentales.
«Estos incidentes incluyen la violación de por lo menos dos manifestantes hombres y agresiones sexuales contra varias manifestantes mujeres. Además, funcionarios de la GNB y la PNB amenazaron con violar a hombres y mujeres detenidos, incluidas personas de la población Lgbti. Por ejemplo, una testigo detenida en 2014 dijo a la misión que funcionarios de la GNB retuvieron a una manifestante transgénero con los manifestantes hombres, y amenazaban con violarla cuando iba al baño», precisó el documento.