La ONG Alerta Venezuela cuestionó este jueves, en la presentación de su informe Lecciones no aprendidas, lo que llama «diplomacia silenciosa» de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en el país. A su juicio, esto no permite ir hacia mecanismos de denuncia pública.
«Naciones Unidas, en el caso de Venezuela, ha privilegiado una diplomacia silenciosa, sin haber trazado una línea desde la cual haya la posibilidad de cambiar el tono y comenzar a hacer un acto de denuncia del incumplimiento de las obligaciones de los Estados», afirmó la coordinadora de la organización, Ligia Bolívar.
Agregó que a finales de 2020, cuando se intensificó la criminalización y hostigamiento del gobierno venezolano contra organizaciones humanitarias aliadas de la ONU, «hubo silencio» por parte del organismo internacional o «una respuesta tardía y tímida».
Posición de la ONU hacia Venezuela
«Naciones Unidas no está pensando en la gente, está dando una respuesta burocrática a través de una terminología que es opuesta a lo que son los estándares humanitarios», indicó.
Bolívar señaló que desde la llegada de Gianluca Rampolla como coordinador residente de la ONU en el país ha habido «señales positivas». Pero insistió en la necesidad de que se profundice un enfoque en el que los derechos humanos y la respuesta humanitaria no se presenten como temas separados e irreconciliables.
Por su parte, el investigador de la ONG Ricardo Rosales dijo que en el caso venezolano hay una respuesta desarticulada de la ONU que también ha «hecho mella dentro de la crisis».
Añadió que hay una falta de líneas claras de comunicación y coordinación desde el más alto nivel, incluidos los coordinadores residentes, porque «muchas veces no hay claridad en cuanto a las funciones, al alcance de sus mandatos, y hay toda una cultura de opacidad respecto a las actuaciones que llevan a cabo».
«Uno de los temas más acuciantes es fortalecer tanto la transparencia como la rendición de cuenta de los funcionarios en la ejecución de sus mandatos», indicó.
Rosales exhortó al organismo internacional a fortalecer la capacidad de respuesta ante alertas tempranas, así como a desarrollar un sistema de alianzas con donantes, Estados y terceros que permitan construir un músculo para respaldar el trabajo en situaciones de crisis.