Dos jóvenes en Caracas documentaron cada una de las amenazas que han recibido en la zona donde viven, pues son una pareja “abiertamente homosexual”.
De acuerdo a un conteo realizado por la ONG Somos, 21 personas de la comunidad Lgbti resultaron asesinadas en el 2021.
De los 21 asesinados, “en aparentes crímenes de odio por orientación sexual, identidad y expresión de género”, 11 eran hombres gays. Siete, mujeres trans, incluida una cuyo cuerpo fue descuartizado y tres mujeres lesbianas.
En este sentido, las autoridades no ofrecen cifras de violencia desde hace varios años y tampoco crímenes relacionados con orientación sexual o identidad de género.
Daniel Silva y René Ferrer narraron para la Voz de América, las amenazas que viven en su comunidad, con señalamientos que van hasta con la muerte. “Los vamos a matar… ustedes no merecen la vida”. Son parte de las intimidaciones.
“Me siento preso en mi propia casa”, contó Daniel un diseñador gráfico de 34 años de edad que vive con su pareja de 49 años. “Siento que pueden agredirme físicamente”.
Frases como, “van a morir malditos maricones”, son las que permanecen rayadas en una de las paredes del edificio donde viven. De hecho, les ha tocado borrar mensajes que les dejan en la entrada de su apartamento “por salud mental”.
Cabe destacar que la homosexualidad en Venezuela es normalmente caricaturizada y usada como insulto, incluso entre los mismos políticos. El matrimonio igualitario no es legal y una adopción es casi imposible.
Aunque cada vez es más común escuchar discursos sobre tolerancia, muchas parejas gays deben vivir “eternamente en un closet”. Esto para evitar discriminaciones o agresiones, según René.
“No merecen la vida”: Comunidad gay en Venezuela recibe severas amenazas
El conflicto con sus vecinos escaló durante la pandemia. Primero, chistes a través del grupo de WhatsApp del condominio.
Seguido a esto, comenzaron los mensajes sobre el “asco” que le daba la homosexualidad. Luego a la violencia que hoy lo mantiene en este estado de pánico.
La pareja narró a VOA que hasta orine humano fue colocado en la puerta de su casa, también en la manilla de su auto. De hecho, un vecino le bloqueó el acceso a su espacio en el estacionamiento. En otra oportunidad violentaron la reja de su departamento con una segueta.
Al salir de una iglesia ubicada en el sector donde vive Daniel, también fue golpeado. Previamente, había acudido a pedir una misa para “concientizar” a sus vecinos.
Este caso está ya en Fiscalía, pero tardó, porque “básicamente tienes que mostrar la sangre para que la ley te voltee a ver”, agrega René, de 49 años de edad, quien es administrador. La pareja no da información de sus agresores por recomendación de su abogado.
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