La venezolana Alejandra Mendoza ofreció su testimonio sobre su experiencia cruzando el desierto de Sonora, que separa México de Estados Unidos, en su intento de residenciarse en este último país.
En entrevista con Telemundo contó que tuvo que caminar durante dos días sin comida y con muy poca agua, en territorios con elevadas temperaturas. Iba acompañada de su hija de 8 años de edad, así como de un grupo de personas a las que no conocía.
Venezolana cruza el desierto de Sonora
Aunque pudo llegar a salvo a Estados Unidos, donde ya lleva cinco meses, aseguró que al reflexionar acerca de las circunstancias y sobre las peripecias cruzando el desierto de Sonora, cae en cuenta de que si se viera en necesidad de hacerlo de nuevo no estaría dispuesta.
«Fue la experiencia más triste y decepcionante, y si me pongo a pensar no lo volvería a hacer», dijo.
Añadió que se arrepiente de llegar a Estados Unidos de manera ilegal y de exponer a la niña a múltiples peligros.
Por ello aconsejó a otros migrantes que quieran llegar a Estados Unidos que lo hagan de manera legal, sin exponerse a los peligros del desierto.
Agregó que en los próximos días solicitará el asilo.
«Una enorme máquina de matar»
En reiteradas oportunidades, las autoridades estadounidensenses han alertado a los migrantes de los peligros a los que se exponen al cruzar el desierto de Sonora, también conocido como desierto de Arizona.
Se trata de uno de los desiertos con las temperaturas más extremas del mundo.
Abarca un área de casi 260.000 kilómetros cuadrados, que se dividen entre partes de Arizona y California, en el suroeste de Estados Unidos; y de Sonora, Baja California Norte y Baja California Sur, en el noroeste de México.
Fue descrito por Jason de León, profesor de antropología de la Universidad de Michigan, como «una enorme máquina de matar».
Y explicó a la BBC Mundo: «Los rayos del sol te pueden cegar, debes caminar durante días bajo temperaturas de hasta 50ºC -si es verano-, o morir congelado durante el invierno. Y tienes que andar por largos trayectos montañosos que son sumamente escabrosos y donde no hay ninguna ayuda si la llegas a necesitar».