Más de 30 personas continúan desaparecidas desde el 16 de mayo pasado, cuando la embarcación Ana María en la que viajan hacia Trinidad y Tobago no dejó rastros luego de partir desde la localidad de Güiria, en el estado Sucre.
Los rumores de un posible naufragio cobraron fuerza entre los habitantes, pero en las labores de búsqueda no encontraron vestigios de que eso había ocurrido: no había restos del bote, tampoco bolsos ni alguna pertenencia de los tripulantes.
Nadie sabía a ciencia cierta qué había sucedido, pero ahora, cinco meses después, los allegados tienen certeza de que los desaparecidos son víctimas de una red de trata de personas que opera en la zona, y en la que presuntamente participan las autoridades locales.
Días en zozobra
Los familiares de Kelly Zambrano se enteraron de la desaparición tres días después. Romy Martínez, una amiga de la joven que la esperaba en Trinidad y Tobago, los mantuvo en la espera bajo engaño hasta que finalmente les aseguró que el peñero se había hundido.
Yeison Gutiérrez, hermano de la joven desaparecida, llegó a Güiria el martes 21 de mayo en horas de la tarde para averiguar qué había sucedido y para formalizar la denuncia ante las autoridades de la localidad, según declaró en una entrevista concedida a El Nacional.
Llegó a la sede de la alcaldía del municipio Valdez y una trabajadora se ofreció para acompañarlo hasta el hotel Plaza, en donde presuntamente estuvo hospedada Kelly antes de que Ramón, un implicado, la trasladara hasta su vivienda mientras esperaban la luz verde para el zarpe ilegal de la embarcación.
Pero en el registro del hotel no estaba el nombre de su hermana; tampoco los nombres de las demás personas. En otras palabras: Kelly Zambrano nunca se había alojado en ese lugar y no había nada que demostrara lo contrario.
Luego, el joven se dirigió a la Estación Principal de Guardacostas Zona Atlántica para denunciar la desaparición y ofrecer las declaraciones necesarias en torno al caso. En ese proceso, Gutiérrez suministró datos personales, como su dirección de habitación y de su trabajo.
Indicó que, cuando se dirigió a Protección Civil para también hacer su denuncia, todos los funcionarios de ese organismo de seguridad sabía lo que había conversado con la guardia costera.
Lo amenazaron
Al salir, y aún en presencia de uniformados, dos sujetos sospechosos lo interceptaron. Inicialmente Gutiérrez pensó que le robarían el teléfono celular porque en ese momento había llamado a su familia, pero no fue así. Lo amenazaron.
«No te muevas, quédate quieto. Tienes que irte de de aquí porque estás haciendo mucho revuelo con lo que pasó y eso nos está entorpeciendo el trabajo. Es mejor que te vayas y te quedes callado», le dijo uno de los sujetos.
Gutiérrez no guardó silencio y dejó claro que solo estaba en Güiria buscando a su hermana. Era lo único que le importaba en ese momento y no tomó en cuenta la gravedad de la amenaza de los sospechosos.
«Si te quedas dos días te vamos a amarrar una bola de plomo y te vamos a lanzar al mar, porque aquí a la gente bocona como tú le pasa eso, los matan», prosiguió.
«Mira, yo no te tengo miedo. Lo que tengan que hacer, háganlo. Donde yo vivo matan a la gente con pepas de caraota», le dijo Gutiérrez a los sujetos.
El joven aseguró que solo se le ocurrió esa respuesta cuando se llenó de valor para confrontar sin miedo a los que lo habían abordado.
«Los chamos se metieron detrás de una balsa. No tuve oportunidad de tomar fotos, porque la idea era denunciarlos. Cuando ellos se dieron cuenta se escondieron», indicó.
En horas de la noche de ese mismo día los familiares de los desaparecidos aguardaban en el muelle de La Playita, desde donde partió la embarcación. Ander Charles, alcalde chavista de Güiria, llegó al lugar para explicarles que no encontraron rastros de naufragio.
«Él preguntó quién era el familiar de Kelly Zambrano; sabía que estaba allá porque yo lo fui a buscar a la alcaldía, pero no sabía que quería hablar conmigo. Le dije que era yo y me subieron a su camioneta», narró.
La persecución
Charles le informó a Gutiérrez que darían una vuelta por el pueblo para no quedarse en el muelle y generar rumores. En el recorrido, el alcalde se percató de que una camioneta los estaba siguiendo, según aseguró el hermano de Kelly Zambrano.
«Yo estaba con un amigo que me acompañó en el viaje. El alcalde nos preguntó si el vehículo que iba detrás estaba con nosotros y le dije que no, que nosotros habíamos ido en autobús. Me preguntó eso dos veces», afirmó.
Recordó que Charles se vio en la obligación de llamar a sus escoltas para intentar interceptar al vehículo que los estaba siguiendo desde que salieron del muelle, pero se dio a la fuga.
«De una vez el alcalde me dijo que por mi seguridad me iba a prestar el apoyo. Me preguntó si yo sabía quiénes eran los muchachos que me amenazaron y yo le dije que no sabía, que no conocía a nadie en el pueblo», dijo.
Gutiérrez le describió físicamente los sujetos al edil. «Él se sorprendió. Entonces nos llevaron a un hotel y mandaron a sacar a toda la gente que estaba allí. Prácticamente lo cerraron para nosotros y los escoltas», detalló.
Esa misma noche, Gutiérrez y su acompañante quedaron protegidos por dos guardaespaldas en un hotel de la zona.
Al día siguiente, el miércoles 22 de mayo, una fiscal llamó al hotel a primeras horas de la mañana para pedirles que se alistaran porque los pasarían buscando para llevarlos hasta Guardacostas.
En la vía, Charles y la fiscal le advirtieron que no podía salir de la sede de la guardia costera hasta que recibieran una autorización o hasta que se fueran definitivamente.
«Les pregunté si sabían quiénes eran y me dijeron que lo que pasaba es que en ese pueblo hay una mafia de trata de personas y que las autoridades trabajan con eso», explicó.
Alcalde de Güiria, bajo presuntas amenazas
Charles insistió que Gutiérrez debía abandonar Güiria y le aseguró que en todo el tiempo que llevaba su gestión recibió más de 10 amenazas. «Me dijo que le han echado tiros y que de no ser por sus escoltas o porque se esconde lo hubiesen matado», aseguró.
El alcalde de Güiria le manifestó que estaba claro de que la desaparición de las 33 personas se trató de un secuestro y no de un naufragio.
Gutiérrez contó que se quedaron en la sede de guardacostas a la 1:00 pm. Ese día también se quedó en el hotel en donde había pasado la noche anterior.
Al día siguiente, llegaron a la zona los diputados miembros de la comisión especial que nombró la Asamblea Nacional para investigar los naufragios en Güiria.
«Los habitantes hablaron con los diputados para que nos sacaran de Güiria. Entonces el diputado Carlos Valero me pidió que que no nos separáramos de ellos. Fuimos a Guardacostas, pero no nos atendieron», aseguró.
Finalmente, los parlamentarios acompañaron a Gutiérrez y a su compañero al lugar en donde estaban hospedados para buscar sus pertenencias y después emprendieron el viaje de regreso a Caracas.
«Imposible hacer la búsqueda»
El hermano de Kelly también declaró que el alcalde de Güiria, entre las conversaciones, le habló de la imposibilidad de buscar a los desaparecidos porque el régimen de Nicolás Maduro no prestaría el apoyo.
Charles alegó, según indicó Gutiérrez, que en meses pasados las autoridades trataron de buscar la embarcación Jhonnalys José, que naufragó el 23 de abril con casi 30 personas a bordo. «Dijo que habían gastado miles de litros de aceite para motores», agregó.
Desde aquella experiencia, Gutiérrez no ha vuelto a Güiria para saber cómo van las averiguaciones de los desaparecidos. Su familia intenta comunicarse a diario, lo que los severos cortes de electricidad le permiten, con las personas que les ofrecieron ayuda y con los demás allegados.
«No volví más. A mi trabajo llegó una niña en un carro a buscarme con una foto en la que aparecía dando las declaraciones en Güiria. En las cámaras quedó grabado. Llegaron hasta la oficina a buscarme. Yo di toda mi información a las autoridades cuando estuve allá», manifestó.
La redacción de El Nacional intentó comunicarse con el alcalde Ander Charles, pero no obtuvo respuesta.
@Luisdejesus_