VENEZUELA

Naibelys Noel, una madre venezolana condenada a pena máxima por un crimen que no cometió

por Avatar Erika Hernández

Hace menos de un mes, Naibelys Noel fue condenada a 30 años de prisión, la pena máxima en Venezuela, por su presunto papel en el crimen de su hijo de 18 meses en 2019. Organizaciones defensoras de los derechos de las mujeres denunciaron que a la joven la criminalizaron solo por ser madre, pues a diferencia de ella su pareja y autor del homicidio cumple 15 años de cárcel por el infanticidio desde 2020.

El sábado 17 de agosto de 2019, en medio de una pelea porque ella había decidido terminar la relación e irse, José Teodoro González obligó a Noel a salir de la casa con la excusa de que fuera a buscar algo en una casa vecina. Mientras ella estaba afuera, el hombre golpeó al bebé de 18 meses hasta matarlo.

La joven encontró a su hijo muerto en el hospital de Santo Domingo, un pueblo del páramo andino, en el que González abandonó al pequeño y se dio a la fuga. Días después fue arrestado y confesó el hecho, por lo que le rebajaron la pena a 15 años de cárcel por el infanticidio.

A Noel la detuvieron el mismo día que encontró a su hijo muerto en el hospital. Hace unas semanas que la sentenciaron a 30 años de prisión por omisión en la ejecución del delito de homicidio intencional calificado con alevosía y por motivos innobles contra el menor de edad.

La Coalición Feminista contra la Violencia Judicial denunció que hay un patrón machista en Venezuela que termina en penas desproporcionadas para las mujeres y sentencias estereotipadas.

“La juez y la fiscal enfocaron todo en estereotipos de género. Se dijeron cosas como que ella había entregado a su hijo al asesino en bandeja de plata por andar enamorada, que había sido una buena mujer con su pareja pero una mala madre con su hijo. Esas fueron las conclusiones de la fiscal con las que la juez le impone la condena de 30 años porque supuestamente había descuidado al niño”, explicó al diario El País de España el abogado Iván Toro, miembro del Observatorio de Derechos Humanos de la Universidad de Los Andes, que asiste el caso.

El defensor señaló que el propio homicida había declarado la inocencia de Naibelys al admitir su responsabilidad, pero las audiencias de los juicios no se están grabando desde hace años en los tribunales del estado Mérida por falta de recursos, precariedad que abarca a todo el sistema judicial venezolano.

En el juicio, indicó Toro, logró demostrarse que ella también fue víctima del agresor que ejerció violencia física, psicológica y sexual y tortura durante el tiempo que vivió con ella, pero nada de eso fue considerado por la juez Lucy Terán, que admitió todas las acusaciones de la fiscal Geraldy Gavidia, consideradas subjetivas y estereotipadas por la defensa.

Naibelys Noel, al igual que muchas jóvenes provenientes de barrios latinoamericanos, encontró en González una opción para independizarse de su hogar en pobreza. A los 21 años de edad y con un bebé conoció a este hombre con el que decidió mudarse desde Cabudare, en el estado Lara, a los Andes.

Un mes después de que comenzaron a vivir juntos en Santo Domingo, a Noel no le gustó el trato de González hacia ella y su hijo, por lo que decidió terminar la relación. Sin embargo, el hombre le prometió cambiar, y en una situación de mucha vulnerabilidad la joven decidió regresar a la casa.

Cuando regresó, González le cortó la ropa para que no tuviera cómo salir a la calle, le quitó el teléfono y la dejó bajo llave en su casa en una calle con una sola entrada y salida en la que él siempre estaba vigilante. Al menos en dos oportunidades intentó denunciarlo, pero  no pudo. Incluso familiares del agresor también lo denunciaron en la policía por las escenas de violencia que ocurrían contra el niño y la mujer.

El caso de Naibelys fue expuesto en la última reunión del Comité Cedaw, en Ginebra, por la Comisión de la ULA contra la Violencia de Género. Amnistía Internacional también ha denunciado que Naibelys fue sometida a violencia vicaria (instrumentalizar a los hijos como objeto para maltratar y ocasionar dolor a sus madres) y que ha sido revictimizada durante el proceso judicial.

La defensa prepara un largo camino de apelaciones y la coalición también llevará el caso a instancias internacionales complementarias para alcanzar justicia, mientras avanzan en la investigación sobre madres judicializadas. Y es que solo en la prisión donde está Naibelys Noel, el Centro Penitenciario de la Región Andina, en San Juan de Lagunillas, hay al menos otros tres casos similares.