00Durante la tarde de este lunes 27 de diciembre fueron repatriados a Venezuela los tres músicos de la Orquesta Sinfónica de Nueva Esparta, detenidos el pasado 24 de diciembre por la guardia costera de Trinidad y Tobago. Los jóvenes iban acompañados por su madre.
José Ramón Herrera, padre de los músicos, informó a El Nacional que «no he hablado con ellos, pero fuentes muy confiables me confirmaron que los repatriaron de una vez a Güiria», en el estado Sucre.
Asimismo, señaló que las autoridades de ese país lo mantuvieron al margen de la situación, pese a que Herrera se entregó y solicitó que lo repatriaran junto a sus hijos. «No les importó que yo fuera su papá, ni el récord guinness de mis niños», aseguró.
Sin respuesta ante sus súplicas
Preocupado, el padre intentó apelar al lado humano de las autoridades trinitarias, sin embargo sus súplicas no conmovieron a ningún organismo de ese país.
«Estuvieron incomunicados totalmente, cosa que considero una violación a los Derechos Humanos, no me sorprende porque así actúan estos gobiernos».
En 2020 Trinidad y Tobago protagonizó un episodio similar en el que expulsó a 165 venezolanos, el mismo quedó enmarcado como un acto de violación de los DDHH por la investigadora para el Caribe de Amnistía Internacional, Louise Tillotson.
Además, aseguró que «ningún organismo protector de Derechos Humanos, se ha pronunciado ni los ha podido contactar».
Agotó todas las vías legales
Hace más de 3 años, Herrera tomó la decisión de migrar de Venezuela debido a la crisis que enfrenta el país. A pesar de sus ganas de quedarse junto a su familia, decidió buscar un mejor futuro en otras fronteras y eligió a Trinidad y Tobago porque ahí tiene familia.
Luego de un tiempo, intentó aplicar para la visa de su esposa e hijos, de forma que estos pudieran ingresar legalmente.
Herrera detalló que tuvo que desembolsar una importante suma de dinero. «Agoté todas las instancias legales y me rechazaron casi 7 veces, hasta por el color de la foto», dijo.
Una última salida
Tras múltiples intentos de optar por la visa, Herrera pensó que había perdido demasiado tiempo y que «había orden de rechazo para sus peticiones de documentos».
Después de dos años separados, se esposa le notificó su decisión, «nos vamos como sea», pues su situación en Margarita, donde residían, era insostenible.
Conmocionado ante la resolución de su pareja, Herrera le dio todo su apoyo y organizó el viaje por vía marítima.
Sin embargo, al llegar a la costa de Trinidad y Tobago, la guardia costera los detuvo el 24 de diciembre en la mañana.
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