Un grupo de migrantes que retornó a Venezuela por la frontera con Brasil denunció la falta de protocolos sanitarios contra el covid-19 y retrasos en los traslados hasta Puerto Ordaz.
Correo del Caroní informó mediante un reportaje que los migrantes estuvieron en el albergue de la frontera ubicado en la Aduana Santa Elena, Bolívar, sin seguir todos los protocolos contra el covid-19.
En el territorio sí se cumple con realizar las pruebas PCR para detectar el virus, pero, seguidamente, las personas deben permanecer en el lugar hasta seis días. Durante su estancia, señaló el medio, no cuentan con hábitos de higiene o alimentación digna.
Desde la frontera, el siguiente destino de los migrantes es el albergue ubicado en Mundo Sonrisas, en Puerto Ordaz. De ahí se emite la orden para hacer los traslados desde la frontera, donde deben permanecer por 15 días más.
El grupo denunció, además, que los funcionarios cobran hasta 30 dólares para que los trasladen al albergue, aunque el servicio en teoría debería ser gratuito.
Además de eso, los venezolanos cuentan únicamente con la alimentación que pueda brindar el régimen porque en la zona no hay sitios para comprar comida. Este es otro factor que aumenta la precariedad y la difícil situación de los repatriados.
“Hay mucha gente que se viene sin recursos, se vienen porque les fue mal en otros países. Aparte de que muchos teníamos hasta 9 días de viaje. Cuando llegas tienes que pagar 30 dólares el traslado, hay muchos que no tienen ese dinero”, manifestó uno de los afectados que solicitó al medio mantener su nombre en anonimato.
Durante la estancia en los albergues se les despoja de sus documentos de identidad y los someten a malos tratos. “¿Por qué si estamos acá 4 o 5 días con PCR negativo, nos mantienen 14 días encerrados? No entendemos por qué nos tienen que encerrar ahí”, denunció el vocero citado por el medio.