«El Nacional está pegado a la historia de Venezuela, toda la historia cultural y democrática; todo eso es El Nacional», dijo su presidente editor, Miguel Henrique Otero, al ser consultado sobre por qué el diario no se vende.
Y agregó: «¿Vendérselo a esta gente (el régimen) con dinero mal habido?, yo nunca haría eso. Preferí seguir en la lucha, nunca lo pensé, la respuesta siempre fue no».
Otero formuló estas declaraciones en una entrevista con el periodista Napoleón Bravo, luego de que en la opinión pública se recordó que en 2014 el régimen de Nicolás Maduro ofreció 150 millones de dólares por el rotativo.
«Entregar El Nacional al régimen es peor que un crimen. No se negocia», expresó.
Diosdado Cabello presentó una demanda por difamación e injuria en 2015. ABC de España publicó una información que lo vinculaba con el narcotráfico, noticia que replicaron El Nacional y otros 80 medios de comunicación, pero el oficialista no demandó al ABC ni a las agencias de noticias. Se empeñó con el rotativo venezolano.
Fue así como el régimen de Nicolás Maduro aprovechó para intensificar el acoso que ya sufría El Nacional. Primero le quitaron el papel, pero el diario se mantuvo gracias a las donaciones de países vecinos. En 2018, sin embargo, el histórico periódico fundado en 1943 dejó de circular en su edición impresa para continuar, como hasta ahora, en digital. Por lo que Otero reiteró que El Nacional «seguirá operando firme mediante su página web».
El Nacional, ¿quién pierde cuando censuran a un medio?
El Nacional tenía un diario popular, otro gratuito, libros y la revista Hola. Hace 15 años empleaba a 1.100 personas, que ahora apenas llegan al centenar.
«El objetivo del régimen de Nicolás Maduro, y fue el de Hugo Chávez, era lograr la hegemonía comunicacional. La desaparición del periodismo independiente a largo plazo. Lo que conocemos como el modelo cubano», dijo Otero en la entrevista con Napoleón Bravo.
El embargo ilegal de la sede del diario, con casi 78 años de historia, evidencia que en Venezuela no hay un verdadero clima de libertad de prensa.
«Uno de los pilares de la democracia es la libertad de expresión, y para muchos es algo que está dado, que está ahí, y no nos damos cuenta hasta que nos coartamos», dijo.
«Nosotros (El Nacional) hemos sido defensores de la libertad de expresión desde que se fundó en 1943″, reiteró.
La noche del 14 de mayo, un juez acudió al edificio del periódico junto con un grupo de militares para ocuparlo como resultado de la sentencia de más de 13 millones de dólares a favor de Cabello por supuesto «daño moral».
Este duro golpe a la prensa venezolana ocurre en momentos en que la oposición y Nicolás Maduro acordaron iniciar un nuevo proceso de negociaciones, con mediación internacional, para buscar una salida a la prolongada crisis política y socioeconómica de Venezuela. Eso incluiría un levantamiento progresivo de las sanciones condicionado a la democratización del país.
«Venezuela es un país fracturado, es un país que no lo controla nadie. Nicolás Maduro no controla el país. Entendiendo esto, en la nación hay tres ejes de poder: Vladimir Padrino López, que controla las Fuerzas Armadas, entre otras cosas; Nicolás Maduro, que controla los ministerios y las fuerzas externas, y por último Diosdado Cabello, que controla el sistema judicial del país, la represión, el Congreso, las finanzas y la vocería. Entonces, quién controla más, da la impresión que es Cabello», manifestó Otero.
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