El pasado miércoles una comisión de la División de Vehículos del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas le seguía los pasos a Carlos Alberto Figueroa Pino, de 50 años de edad, y a su hijo Carlos Alberto Figueroa Cedeño, de 26 años, por ser ladrones de carros.
En un sector de la urbanización Los Rosales los investigadores vieron a padre e hijo que se desplazaban en un Chevrolet Corsa, color rojo, donde llevaban verduras, hortalizas y frutas que últimamente estaban vendiendo.
Comenzaron a seguirlos hasta San Agustín del Sur donde el auto se volcó.
Figueroa Pino quedó atrapado dentro del vehículo y al hijo lo sacaron por una ventana, relató Beatriz Cedeño, ex esposa de Figueroa Pino.
Dijo que los dos hombres fueron colocados en el pavimento, donde denunció que le dieron un disparo en el pecho a cada uno.
Ella dijo que no fue enfrentamiento, según indicaron testigos.
Agregó: «Eran ladrones de carros pero no mataban a nadie, no era asesinos».
Explicó que ninguno de ellos estuvo preso.
Cedeño se quejó de la tardanza en la entrega de los cadáveres por parte de la morgue de Bello Monte.
Explicó que mediante fotografía, en principio, no reconoció a su hijo porque tenia golpes en la cara.
Figueroa Pino era padre de cinco hijos.