Monseñor Mario del Valle Moronta Rodríguez, quien hasta hace unos días fue obispo de Táchira, desde hace años ha incomodado al gobierno de Nicolás Maduro debido a sus discursos en los que habla sobre la situación del país y en los que condena las violaciones de derechos humanos.
Uno de los más recientes roces con el Estado venezolano ocurrió luego de una homilía en La Grita, donde dijo que muchos de los jóvenes que fueron detenidos en las protestas poselectorales no son terroristas y exigió libertad para ellos.
Esto ocurrió el 6 de agosto, durante la misa de celebración de los 414 años del Santo Cristo de La Grita, en la que se encontraba presente el gobernador chavista Freddy Alirio Bernal Rosales, jefes militares y multitudinarios peregrinos.
“Un verdadero católico no persigue a sus hermanos porque piensen de manera diversa, inventando narrativas que no corresponden con la realidad”, fue una de las frases de Moronta que causó malestar entre los funcionarios chavistas.
El prelado también formuló una contundente pregunta: “¿Por qué no se persigue a los irregulares que invaden nuestros campos y a los mafiosos que esclavizan a tantos adolescentes y hacen negocio con el narcotráfico y la trata de personas?”.
Luego de la homilía en La Grita a monseñor Mario le prohibieron dar misas y confirmaciones en los cuarteles y lo declararon “persona no grata” en las instalaciones militares, de acuerdo con una nota de Sebastiana Barráez para Infobae.
Monseñor Mario Moronta fue sustituido como obispo de Táchira
El primero de noviembre se dio a conocer la designación de monseñor Lisandro Alirio Rivas como obispo de la diócesis de San Cristóbal, en sustitución de monseñor Mario Moronta.
La designación de Rivas se dio mientras Moronta está convaleciente en una clínica de San Cristóbal, capital del Táchira, por un problema de salud en el estómago.
Hace solo semanas, cuando asistió al Encuentro de Catequistas en el Seminario Santo Tomás de Aquino, en Palmira, municipio Guásimos del Táchira, recibió información de que se ordenó que no le permitieran celebrar confirmaciones en la capilla Virgen de Coromoto del Comando de zona 21 debido a las críticas contra el gobierno que hacía en misa.
Anteriormente le habían impedido el ingreso a la misa en el Centro Penitenciario de Occidente (CPO), en Santa Ana, estado Táchira. Ese día el sacerdote se quedó en la puerta de acceso hasta que uno de los funcionarios le dijo que tenían orden de no dejarlo entrar para misas ni para confesiones.