Manuela Bolívar, diputada a la Asamblea Nacional por el estado Miranda, exigió este viernes a las autoridades venezolanas que el caso de la mujer que estuvo secuestrada durante 32 años en Aragua no quede impune.
Morella, seudónimo que usan para proteger la identidad de la víctima, permaneció 32 años retenida por un hombre identificado como Mathias Salazar.
Salazar torturaba y abusaba sexualmente de Morella y también de otras tres mujeres, incluso de su hija.
La legisladora señaló que este dantesco caso pone en evidencia que en el país no hay mecanismos para defender a las mujeres que son víctimas de violencia.
«Estas instituciones hoy no cuentan con los recursos económicos ni con la generación de capacidades en los operadores de justicia para la debida atención a las víctimas», añadió.
La parlamentaria hizo énfasis en la importancia de que Salazar no quede en libertad. «Requerimos investigación; que no sea un caso más que quede impune. El perfil de esta persona exige que se ponga sobre él todo el peso de la ley. En este caso no puede existir impunidad.».
«Mathias Salazar debe pagar por los crímenes que cometió en contra de Morella y sus demás víctimas. La violencia, tortura, abuso sexual y psicológico contra la mujeres son crímenes y están penalizados. Basta de un sistema que favorece a los victimarios«, manifestó.
Bolívar también hizo un llamado a la sociedad para que no se callen los casos de violencia. «No puede ser que en 32 años nadie vio ni dijo nada. Hay que seguir denunciando y denunciando; no podemos hacernos de la vista gorda», dijo.
Manuela Bolívar aseguró que los funcionarios deben estar preparados para atender este tipo de casos y siempre darle el beneficio de la duda a cualquier mujer.
«No puede ser que se ignoren casos porque se crea que son mentira», manifestó.
Detalles del caso
Morella comenzó su relación con Mathías cuando tenía 17 años y él 23. Un año después el hombre le propuso irse de Valencia porque la familia de la joven no le quería y allí fue cuando comenzaron las amenazas.
El hombre la tuvo cautiva de lugar en lugar durante varios años. Se mudaban tan pronto los vecinos comenzaban a sospechar; sin embargo, en el último apartamento ubicado en el Conjunto Residencial Los Mangos, en Aragua, permanecieron 18 años.
El 24 de enero de 2020, Morella, de 49 años de edad, encontró unas llaves en el apartamento y pudo escapar.
Durante su encierro, Morella escuchó en un programa de radio que hablaban sobre la violencia en contra de la mujer. Allí hicieron mención del Instituto de la Mujer del estado Aragua, por lo que al escapar se dirigió a este centro.
Relató su vida de terror a dos funcionarias del instituto, pero no le creyeron. Otra trabajadora del ente la escuchó y se dio cuenta de que no mentía, por lo que la ayudó y remitió el caso al Ministerio Público.