VENEZUELA

ABC: Maduro moldeó la dictadura chavista bajo el terror, la represión y la corrupción

por El Nacional El Nacional

Venezuela se ha enfrentado a una dictadura desde que Nicolás Maduro continuó el legado y el gobierno de Hugo Chávez. Con el apoyo de Irán, Rusia, China y Turquía se impuso la represión y la corrupción exacerbada en el país.

De acuerdo con el medio español ABC, Venezuela es un país petrolero en ruinas. La hiperinflación y el desempleo característicos de la dictadura de Maduro ocasionan que 96% de los venezolanos estén desempleados.

El medio destaca, además, los 5,5 millones de personas que abandonaron el país en busca de un mejor futuro. Venezuela es catalogada como “la peor crisis del continente americano, según analistas”, destacan en ABC.

Los orígenes del desastre se remontan a 1999 cuando no se sabía de la relación entre Chávez y Fidel Castro. Se afirmó que Venezuela no era Cuba, pero ahora la situación en el territorio es incluso peor que la cubana.

ABC señala que en 2002, Chávez cambió los poderes e instituciones para poder tener mayor control del gobierno. Mantuvo las apariencias democráticas al convocar elecciones y referéndums todos los años con un sistema electoral electrónico. Sin embargo, solo era una fachada.

“El novedoso sistema electoral electrónico instalado le permitió ganar al comandante todos los comicios, menos el referéndum para la reforma de la constitución de 2007”, señala ABC. Ese año, la alta participación de venezolanos en el proceso electoral impidió que se cometiera fraude.

El medio español afirma que es la abstención a participar lo que permite que el convocante a las elecciones gane. Este es, precisamente, el mecanismo utilizado por Nicolás Maduro para mantener la dictadura y su régimen totalitario.

“Con el sistema de Smartmatic los resultados electorales se pueden voltear a favor del cliente. Siempre ha sido así con Chávez”, dice la experta Adriana Vigilanza citada por ABC.

Los cambios para mantener el poder

Entre otras de las estrategias implementadas, Chávez empezó a cambiarle el nombre a las instituciones, ministerios y calles a los héroes de Cuba con el fin de  empoderar al poder popular. Le dio protagonismo a sus seguidores con el fin de mantenerlos sumisos y controlados.

La corrupción en la FANB también fue parte de la estrategia. De esta forma se mantuvo mayor control de la armada del país. Una corrupción que creció y se incrementó durante la dictadura de Maduro.

Los militares cuentan ahora con el mayor poder en todos los ámbitos civiles, empresariales, económicos y políticos. Además, son candidatos para diputados de la Asamblea Nacional.

“El gran poder que sostiene internamente a Maduro, heredero de Chávez, son los militares, quienes ejecutan la represión contra los que piensan distinto”, señala ABC.

La oposición y una lucha perdida

En 2015 se produjo un pequeño triunfo en las filas de la oposición cuando se alcanzó la victoria de la actual Asamblea Nacional, mayoritariamente opositora, que dirige Juan Guaidó. Sin embargo, Maduro y Diosdado Cabello, quien era presidente de la directiva parlamentaria saliente, no se quedaron conformes.

Se aprovecharon las festividades navideñas antes del cierre para nombrar un nuevo Tribunal Supremo de Justicia y eliminar tres diputaciones indígenas. De esta forma se logró que el parlamento de la oposición no tuviera los dos tercios que requiere la mayoría absoluta de los 167 diputados.

Así con esa mayoría simple de 112 diputados era poco lo que podía hacer el parlamento opositor para acabar con la dictadura de Maduro. Desde ese momento el régimen es totalitario.

“Se colocan obstáculos al camino de los parlamentarios opositores con su política del terror, de amenazar, acosar, perseguir y encarcelar hasta sus familiares. Además sabotean todo su trabajo legislativo. Esto produjo una diáspora en el exilio de más de 35 diputados y colaboradores de Guaidó”, señala ABC.

Maduro, incluso, llegó a eliminar el sueldo de los diputados opositores, en un país económicamente acabado. En 2017, como un premio de consolación, Maduro decide convocar una Asamblea Nacional Constituyente para complacer a Diosdado Cabello, explica ABC.

Se propone reformar la constitución en medio de una crisis política que llevó a los venezolanos a las calles y a continuas protestas. Cabello fracasa en su intento y no produce ninguna reforma, pero sí encabeza la persecución contra los diputados y afines. Comienza la persecución y encarcelación de todo aquel que estuviera en contra.

Al año siguiente, en 2018, Maduro decide lanzarse a la reelección de la presidencia, inhabilitando a los políticos y partidos de la oposición de su competencia. Solo se le permitió a Henry Falcón, entre otros candidatos, para que le sirvan de comparsa.

En estos comicios, el régimen apeló a la abstención por la falta de condiciones electorales libres y justas. Con la misma táctica que usó Chávez, Maduro ganó las rechazadas y cuestionadas presidenciales de ese año, cayendo en la categoría de usurpador e ilegítimo.

Con esas misma descalificación y rechazo, Maduro se prepara el domingo a unas elecciones parlamentarias que no son reconocidas ni por la oposición ni por la comunidad internacional.