Nicolás Maduro respondió este miércoles a las innumerables criticas que han surgido luego de los anuncios salariales que ofreció el lunes, primero de mayo. Se esperaba que incrementara el salario mínimo, pero solo anunció un aumento en los cestatickets y en el llamado «bono de guerra económica».
«Pretenden atacarme para destruirme porque estoy pariendo recursos para ponerle el ingreso mínimo a los trabajadores en 70 dólares indexados. Y se los puse, que es lo más correcto y lo más justo», aseguró Maduro en una transmisión televisada, aunque su aseveración no aplica para todos los casos pues ni el bono de alimentación ni el «de guerra económica» son percibidos por la totalidad de los trabajadores venezolanos.
Añadió que «llegará el momento» en que podrá dar lo que llamó «pasos contundentes» en las tablas salariales. Afirmó que para ello ya hay un plan trazado.
«Y le vamos a tapar la boca a los hablachentos, los habladores de pistoladas y a los traidores», expresó.
Del salario mínimo al «ingreso mínimo»
El primero de mayo, Día del Trabajador, Maduro hizo anuncios que en la opinión de economistas, trabajadores y políticos dilapidaron la figura del salario mínimo, pues se decretaron aumentos pero referidos a los dos bonos mencionados: el de alimentación (cestaticket) y el llamado «de guerra económica».
En el caso del cestaticket se elevó de 45 bolívares (menos de 2 dólares) a 40 dólares indexados a la tasa oficial del Banco Central de Venezuela (BCV).
Mientras el «bono de guerra económica» se estableció el lunes en 20 dólares. Pero el martes el gobierno decidió aumentar otros 10 dólares para quedar en 30 dólares. Según las declaraciones de Maduro, este bono también estará indexado a la tasa cambiaria oficial.
No son 70 dólares
En apariencia, y como lo ha querido hacer ver el Ejecutivo, al sumar el aumento de estas dos bonificaciones podría suponerse que el ingreso mínimo quedaría en 70 dólares. A estos se añadirían los 130 bolívares del salario mínimo (unos 5 dólares), para un total de 75 dólares. Pero no es el caso. Tiene trampa, pues estos bonos no son percibidos por todos los trabajadores.
Por un lado, el cestaticket es un beneficio exclusivo para los trabajadores activos, por lo cual los jubilados y pensionados no percibirán esos 40 dólares. Tampoco lo recibirán los trabajadores que prestan servicios, tanto para el sector privado como el público, en calidad de independientes o que no están registrados en nómina.
De igual manera, el «bono de guerra económica» solo se otorga a algunas personas por medio del sistema Patria, a discreción del gobierno. Por lo que buena parte de la población, sobre todo del sector privado, no recibirá esos 30 dólares.
Es decir que solo un sector indeterminado de los trabajadores percibirá el ingreso de 70 dólares indexados, para lo cual tendrían que ser trabajadores activos, registrados en nómina y, a la par, ser beneficiario del «bono de guerra económica».
Pero, desde la otra perspectiva, para los trabajadores activos que no reciben el «bono de guerra económica», el aumento de su ingreso será de 40 dólares por concepto de cestaticket, no de 70 dólares. Mientras que, por ejemplo, los pensionados que reciban el «bono de guerra económica» solo percibirán un aumento de 30 dólares. Los pensionados que no reciban este bono, por no estar registrados en el sistema Patria, no percibirán ningún aumento.
Aunado con todo esto, los bonos no generan prestaciones sociales, que se calculan con base en el salario mínimo, que sigue en 130 bolívares desde marzo de 2022. Razón por la cual este aumento del ahora denominado por el propio Maduro como «ingreso mínimo» no incidirá en el cálculo de beneficios laborales como vacaciones, aguinaldos ni prestaciones por cese de labores.