El gobierno de Nicolás Maduro y la delegación opositora de la Plataforma Unitaria acordaron, en el marco del proceso de diálogo que se reanudará este sábado en México, usar parte del dinero que el país tiene bloqueado en cuentas del extranjero en inversión social, si bien no se conoce el mecanismo a seguir para alcanzar este objetivo.
«Hay una importante cantidad de recursos que hemos acordado sean dispuestos para el tema social, para salud, educación, electricidad, para agua, para atender las recientes tragedias, para alimentación del pueblo», dijo este jueves el jefe de la delegación oficialista, Jorge Rodríguez, en declaraciones transmitidas por el canal estatal VTV.
La mesa de negociación política, suspendida formalmente desde octubre de 2021 por decisión del gobierno de Maduro, se instalará de nuevo este sábado en Ciudad de México con el propósito de firmar un acuerdo social que busca ayudar a las poblaciones más vulnerables del país con recursos congelados en el extranjero.
«Creo que es un buen acuerdo, creo que nos va a permitir la recuperación de recursos que estaban ilegalmente bloqueados en cuentas en el extranjero y que van a llegar directamente a la atención de la población venezolana», prosiguió Rodríguez, sin detallar en qué países se buscará el desbloqueo de bienes.
Cuentas bloqueadas
Nicolás Maduro también se refirió a la reanudación del diálogo, un hecho por el que agradeció a México como país anfitrión y a Noruega por su papel como mediador de este proceso que arrancará «en un nuevo nivel», partiendo del acuerdo en usar el dinero depositado en cuentas bloqueadas.
Se trata, dijo, de «rescatar parte de los miles de millones de dólares que nos secuestraron con las sanciones y las medidas coercitivas unilaterales», las cuales, según el gobierno, suman 762 restricciones para Venezuela, que en el último sexenio no ha podido controlar parte de sus riquezas en el extranjero.
No obstante, en el cómputo del gobierno madurista se incluyen las sanciones personales que vetan los viajes de funcionarios y miembros del chavismo a países de la Unión Europea, Estados Unidos y Canadá, y los bloqueos de cuentas particulares que no afectan a bienes del Estado ni al sistema financiero nacional.
El objetivo es poder acceder a un dinero, cuyo monto no fue precisado por el mandatario, para «invertirlo en Venezuela en el servicio eléctrico, en el agua, en salud, en educación» y en zonas afectadas por las lluvias de los últimos meses que han dejado miles de viviendas afectadas y casi un centenar de muertos.
Urgencia opositora
Por su parte, la oposición volverá a Ciudad de México «con la urgencia y la voluntad de encontrar, de una vez por todas, acuerdos tangibles y reales que se traduzcan en soluciones para la crisis humanitaria», según se lee en un comunicado de la Plataforma Unitaria.
En el texto, la delegación antichavista subrayó su interés por aprovechar este espacio para «la construcción de condiciones e instituciones que garanticen, entre otras cosas, elecciones libres y observables», especialmente de cara a la contienda presidencial, prevista para 2024.
«Agradecemos el interés y apoyo que han mantenido diferentes gobiernos de países amigos para que sea posible este reinicio. Contamos con que ese apoyo de la comunidad internacional continúe y se intensifique a lo largo del proceso», agregó la plataforma.
De vuelta a la mesa
El diálogo en México había comenzado en agosto de 2021 y el gobierno decidió suspenderlo menos de tres meses después, en señal de protesta por la extradición del empresario colombiano Alex Saab -presunto testaferro de Maduro- de Cabo Verde a Estados Unidos, donde es procesado por un delito de conspiración para blanqueo de dinero.
En esta nueva fase de las negociaciones, el oficialismo incluyó en su delegación a la esposa de Saab, la italiana Camila Fabri, en un intento simbólico de insistir en la excarcelación del empresario, al que el chavismo considera un «diplomático secuestrado» por Estados Unidos.
Se desconoce si esta cita concluirá el mismo sábado o se prolongará durante más jornadas, como en sesiones anteriores, que tenían una duración de un mínimo de dos días y un máximo de tres.