Un grupo de madres de adolescentes detenidos en el contexto poselectoral hizo una vigilia frente a la cárcel de Tocuyito, en el estado Carabobo, para exigir su liberación y condenar las acusaciones de terrorismo.
«Ni terroristas ni delincuentes, nuestros muchachos son inocentes», gritaron repetidamente las madres, quienes llevaban puesta una camiseta con un versículo de la Biblia.
También clamaban justicia en el caso de los detenidos.
En Venezuela, la reciente detención de adolescentes tras las presidenciales ha generado una ola de indignación y preocupación, tanto a nivel nacional como internacional. Según informes de la Misión Internacional Independiente de la ONU para Venezuela, al menos 150 menores de edad quedaron detenidos durante el período posterior a las elecciones.
«¡Queremos justicia!», gritaban también las madres frente a Tocuyito.
Estos detenidos, en su mayoría, han sido imputados por delitos graves como terrorismo e incitación al odio, lo que conlleva altas penas de privación de libertad.
Las madres han denunciado torturas y tratos crueles en los centros de detención contra sus hijos. Las condiciones inhumanas y la falta de acceso a visitas han exacerbado la angustia de las familias por la integridad física y mental de los detenidos. Incluso se llegó a conocer, a través de allegados, que a los acusados les dan comida podrida y con gusanos.
La comunidad internacional, incluyendo la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, ha condenado estas detenciones y ha instado al gobierno venezolano a garantizar los derechos de los menores y respetar su presunción de inocencia.